Estaban a un par de pasos de la mesa, a unos metros del baño y, por primera vez, observa a JiMin hablando con tranquila efusividad, sin tartamudeos ni sonrojos.
Se veía sereno y relajado, incluso las tenues luces frívolas y alocadas del club le hacían contrastar su natural encanto masculino, realzando la belleza de sus duras facciones, pero al mismo tiempo viéndose tan tierno y dulce como siempre.
Ese niño lo estaba volviendo loco. Debía relajarse. Quizá esa chica ni siquiera significaba algo para JiMin… pero TaeHyung no podía evitar querer ir hasta ella y abofetearla por meterse con lo que le pertenecía aunque realmente no le perteneciera. Pero él le había echado el ojo primero, así que se valía.
Tomó el trago que Bang Chan dejó en sus manos y se lo bebió en dos sorbos, llamando la atención de YeonJun.
—Tae, no bebas demasiado, JiSoo se enojará si llegas demasiado ebrio a casa. —le recuerda el pelinegro, logrando que un infantil quejido saliese por los labios del otro.
—JiSoo no me quiere en casa porque irán sus amigas. —le explica a Choi, tomando el trago que solía ser de NamJoon para empezar a bebérselo.
—JungKook y NamJoon se irán a la casa de playa de los Jeon después de que salgamos de aquí. Dudo que ellos quieran acompañante. —le hace saber YeonJun, frunciendo el ceño.
—Entonces con Mark...
—Lo siento, Tae, yo me llevaré a Mark a Daegu mañana a la madrugada. Mi madre quiere verlo. —se excusa JackSon, sonando apenado, pero alegre a la vez. TaeHyung supo de inmediato que se debía a que su madre y su novio estarían juntos pronto y adoraba la buena relación que tenían.
—¿Contigo...? —sugiere TaeHyung por última vez, dirigiéndose a YeonJun, quien niega con la cabeza de inmediato. TaeHyung siente ganas de llorar—. ¿Dónde mierda dormiré esta noche, entonces?
—¿De qué hablas, Tae? —preguntó la voz de JiMin, quien recién llegaba nuevamente a la mesa.
—De nada. —se apresura a decir.
—Tae no tiene donde dormir esta noche. —suelta Mark, con la intención de burlarse de TaeHyung. El pelinaranja lo mira compasivo.
—Si quieres... —JiMin comienza a decir, pero TaeHyung le interrumpe abruptamente.
—No importa, conseguiré un lugar. —gruñe, levantándose del sillón de la mesa—. Iré por uno más de estos. —dice entrecortadamente, tambaleándose hasta salir de la mesa y perderse en la multitud.
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TaeHyung no tenía idea de con cuantas personas diferentes había bailado después de su quinto trago. Recordaba vagamente estar entre los brazos de un chico que le susurró en el oído su nombre. JiHyun. Después se les unieron Bang Chan y HyunJin, quienes se encontraban con NamJoon, JungKook, YeonJun y MoonByul.
TaeHyung había bailado un par de canciones con ellos, sin embargo, después se apartó del grupo y los perdió de vista. Hasta ese momento.
Justo ahora, no bailaba con nadie y estaba demasiado ebrio como para preocuparse por ello. La música le ensordecía, pero se sentía bien. Porque a su alrededor no flotaban preocupaciones, sólo notas musicales y distintos aromas de las personas a sus costados, quienes bailaban en estados iguales o peores al suyo.
Divisó a lo lejos a JackSon dirigiéndose hacia él, así que sonrió y comenzó a correr, escapando.
—¡Mierda, TaeHyung, vuelve aquí!
Le escuchó gritar, pero no se detuvo. O al menos, no hasta que chocó de frente con una pared y cayó al piso de trasero.
—Tae, ¿estás bien? —le preguntó la pared.
"Un momento...la voz de la pared se parece a la de JiMin...", pensó TaeHyung, en medio de sus desvaríos ebrios. Soltó una risita estúpida y miró hacia arriba, y encontró unos adorables ojos color miel tras unos lentes redondos.
—Eres una pared... —hipido—. Una pared extraña... —murmuró arrastrando las palabras.
—¡JackSon hyung, ya lo tengo! —escuchó gritar a JiMin, quien lo sostenía entre sus musculosos brazos. TaeHyung pasó sus dedos por los músculos de aquellos brazos, sonriendo embobado. El cuerpo de JiMin tembló bajo su toque, pero TaeHyung estaba demasiado perdido para comprender que lo estaba asustando.
—Eres tan fuerte... eso me pone caliente... —gruñó, enterrando sus uñas en los brazos del mayor.
—Tae, quédate quieto. —pidió JiMin, ante la pataleta que empezó a hacer TaeHyung de repente.
—¡Déjame ir, déjame ir, déjame ir! —gritaba el menor, intentando vanamente golpear al chico que le sostenía—. Debo encontrar a JiHyun...
—¿JiHyun? —preguntó JiMin, intrigado—. ¿Conoces a mi hermano?
—No, qué tonterías dices... —TaeHyung empezó a reír histéricamente.
En ese momento, TaeHyung siente como su cuerpo es entregado a otros brazos distintos, lo cual le hace enfadar.
—Gracias, JiMin. —dice JackSon, llevándose a TaeHyung al hombro—. Suele ser un poco fastidioso cuando bebe de más.
—Está bien, hyung. No hay problema. —asegura JiMin, sonriendo.
—¿Seguro que quieres llevarlo a tu casa? —pregunta, genuinamente preocupado.
—¿Ves eso, JackSon hyung? —pregunta TaeHyung, riendo—. Es tu novio...¡Hola, Mark! ¡Te ves bien! ¡Pero el rosa se ve mejor en mí!
—Sí, no quiero que le pase algo malo en ese estado. —admite JiMin, sonrojándose levemente. Wang lo nota y sonríe.
—Bien, te acompañaré a tu auto para dejarlo allí.
—Déjame buscar a mi hermano primero, debo preguntarle algo. —pide JiMin, señalando a sus espaldas. JackSon asiente y el pelinaranja se va.
El moreno camina con TaeHyung en su espalda, quien no ha parado de cantar entre balbuceos la canción que la gente baila en la pista.
—¿Tú sabías que JiHyun es el hermano de JiMin? —le pregunta JackSon a Mark en cuanto se acerca lo suficiente para que este le oiga.
—Sí, amor. Nos lo dijo cuándo le conocimos. —Mark sonríe y le da un pequeño beso en los labios a su novio.
—Ew… ustedes dos son asquerosos... —se queja el menor, seguidamente hace silencio y se puede oír como empieza a sorber por la nariz—. Pero también son taaan lindos...
—¿Estás llorando, Tae? —pregunta el mayor, preocupado. JackSon baja al castaño de su hombro y lo pone en el piso, junto a su novio.
—No... —miente el castaño, cubriéndose el rostro con ambas manos.
—¿Por qué lloras? —pregunta Mark de nuevo, inclinándose para apartar las manos de TaeHyung y secar sus lágrimas.
—¿Tú crees que Minnie tenga novia? —pregunta con tono de voz lastimero, haciendo un adorable puchero que le derrite el corazón al mayor.
—Claro que no, Tae. Él nos lo hubiese dicho. —se incluye JackSon en la conversación, sonando seguro de sí mismo.
—¿Lo prometes? —pregunta TaeHyung, estirando su pequeño dedo meñique.
—Lo prometo. —asegura, enganchando su dedo con el del castaño. Este sonríe.
—Ya estoy de vuelta. —anuncia JiMin, observando a los tres presentes. TaeHyung de inmediato se lanza a abrazarlo, haciéndolo tornarse rojo como tomate.
—Vámonos. —dice Mark, tomando la mano de su novio y caminando hacia la salida del club.
