Capítulo 11

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Caminaron hacia el edificio de KAE, se trataba de una casa de dos pisos, mucho más grande que la de Jackson. Era de arquitectura clásica, la hermandad de KAE era muy antigua, y prestigiosa. Aquel edificio llevaba más de cien años en pie, el padre de Andrew contribuyó a sus reformas, por ese motivo Andrew era en aquel momento el presidente de la hermandad. No por sus cualidades de orador o de líder, es más, no tenía ni un ápice de aquellas cualidades, no era más que un niño mimado que hacía todo lo que le decía su querido amigo Tom, al que veía como un dios.

Jackson pensó que sería fácil conseguir entrar si tenía a favor al presidente, o al menos sería más sencillo que pedir dinero a su padre para que donara a la hermandad.

Mark iba quejándose de aquellas hermandades y de sus miembros desde que salieron de la habitación.

—Si tanto las odias, quédate durmiendo. —se quejó Jackson.

—Que va, más razón para ir. —Mark compuso una mirada maligna, siempre había sido así.

También acudía siempre a las fiestas de Jackson, aunque le odiara tremendamente, porque Mark nunca podía perder la oportunidad de fastidiar aquellas fiestas de snobs. Recordaba todas aquellas veces en el instituto y no podía evitar sonreír, dirigió la mirada a Jackson y le sonrió de forma juguetona.

—Además, me encantará ver la cara de idiota que se te quedará cuando entre. —Mark pasó un brazo por la cintura de Jackson, olvidándose completamente de que B.J estaba a su lado. Acercó sus labios a la oreja de Jackson y susurró. —Estás tan guapo cuando estás...

No pudo acabar la frase, Jackson le dio un codazo para que se apartara y se callara. Jackson lanzó una mirada señalando a B.J, Mark se maldijo a sí mismo. Odiaba tener que esconderse y estar pendiente de si había gente continuamente, solo quería llevarse a Jackson a un rincón y estar toda la noche despierto. Menos mal que B.J estaba inmerso en sus pensamientos.

—¡Jackson! —se escuchó de repente.

Un grupo que estaba cerca de la casa saludaba a Jackson desde lejos. Jackson les sonrió y se giró hacia Mark y B.J.

—Bueno, yo me voy. Que no les caiga mal la noche.

—Nos vemos luego entonces. —dijo B.J con una tonta sonrisa.

Mark puso los ojos en blanco.

—No lo creo. —respondió Jackson dirigiéndole una mirada malintencionada a Mark, y se encaminó a reunirse con el grupo.

—Imbécil... —susurró Mark para sí.

Jackson saludó a todos los presentes del grupo, los chicos se limitaban a darle la mano o hacerle un gesto con la cabeza, pero las chicas le dieron un beso en la mejilla. A Jackson le pareció exceso de confianza, pero él se mostraba siempre encantador con los desconocidos, todo por la apariencia. Se movieron hasta la entrada de KAE, pero antes buscó a Mark con la mirada. Estaba tan guapo como siempre, o incluso más. Por suerte a Mark no le dejarían entrar, no le apetecía que un montón de universitarias borrachas empezaran a rondarlo.

Si el destino era bueno con él, dejaría a Mark fuera de la fiesta.

Dos chicos de la puerta reconocieron a Jackson y lo dejaron pasar. Jackson vio que Mark le observaba desde el lugar donde le había dejado. Le sonrió con maldad y le levantó un dedo, en gesto obsceno, y entró en la fiesta. Mark frunció el ceño, B.J al verle abrió los ojos perplejo.

—Para ser amigos tenéis una relación algo extraña. —dijo sin cambiar la cara de desconcierto.

Mark gruñó.

—No somos amigos. —dijo y empezó a caminar hasta la puerta.

No pensaba quedarse fuera mientras Jackson asistía a su primera fiesta universitaria.

Sólo dos cosas - 爱 // MarksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora