𝙲𝚑𝚊𝚙𝚝𝚎𝚛 [¹]

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    «Susurros de lluvia besan la tierra, despertando sueños en la piel del alma.»

                                              — Mûre

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Voldemort había caído.

Aquel otoño de 1981 Bruce se preguntaba si había tomado la decisión correcta. Cuando era un niño a la sombra de su padre, tratando de ser su orgullo después del fallecimiento de su madre, creía que haría lo que sea por levantar su apellido aunque se perdiera en el proceso. 

Durante su sexto y séptimo año en Hogwarts había presumido con total desdén su tatuaje, aquel que «demostraba» su importancia en el mundo mágico. Sus mejores amigos, Severus Snape y Edward Avery, eran parte de aquel círculo oscuro. Ese extraño trío era uno de los más importantes dentro de los mortífagos, hasta que Severus comenzó a portarse extraño durante los últimos meses antes de la caída de su señor, pero era un pensamiento corto que abarcaba en su mente, después de todo, él tenía cosas que perder al ser mestizo.

Su mente, magia y fortaleza se habían envuelto en sobresalir, en ser alguien que merecía su apellido. El cometido se cumplió, una vez que demostró que podían ganar en aquel bando su padre comenzó a mirarlo más, a presumir su nombre durante el ministerio. No había nada que rompiera su burbuja de felicidad, Bruce Mulciber era un nombre conocido en los pasillos del ministerio mágico y los escurridizos conocidos mortífagos. 

Pero la felicidad era fugaz y, así como se vio en la punta de ese extraño mundo, cayó. No hubo dolor más grande que ver su existencia misma caer en pedazos por la pérdida de alguien más grande que él. Todo por lo que había luchado, su sangre y lágrimas, se vieron tiradas por una guerra que se esperaba. 

A inicios de Noviembre su nombre volvía a sonar, no por razones que hubiera imaginado. Era buscado por los aurores, su imagen era puesta en los periódicos pidiendo una recompensa que ni los Weasley podían tener. Mientras que su padre lo trataba de inútil por no defender a su señor, él desistió.

No existía más por el que luchar, no cuando una noche de lluvia su mansión fue atascada en una emboscada. Escapó por los pasillos traseros de su jardín, dónde los rosales de su madre parecían protegerlo. Sin embargo, el jefe de familia no recibió la misma suerte.

Ignatius Mulciber recibió el beso de dementor una mañana del 27 de Noviembre de 1981 ¿Su acusación? "Obstrucción de la Justicia. Cómplice de Bruce Mulciber."

En el fondo dolió como quemadura lenta en su pecho, el hombre que lo vio crecer, quien amó y era su motivación yacía muerto sin una despedida digna. Aunque prefería pensar que ahora estaba con su madre, ambos en la orilla de esa playa que tanto visitaban en su juventud.

Durante la redada guardó en una mochila sus pertenencias más cercanas y por más que doliera tendría que abandonar su compañera más fiel, su varita. Sabía que podía ser rastreado con ella y no deseaba correr riesgos. Realizó varios hechizos de aparición durante días, hasta que estuvo seguro de no ser encontrado, llegando a una pequeña ciudad muggle en alguna provincia de Francia. Tarde se dió cuenta de las gotas que comenzaron a humedecer su ropa. Trato de disimular al creer que tendría que pasar como no–mágico, criaturas que él mataba por ser inferiores a su gente, caminó bajo la lluvia no esperando ser encontrado o llamar la atención de cualquier persona, ya sea mago o no.

Ese día de lluvia Bruce, mientras su vista se perdía en los charcos de agua que abarcaban algunas partes del pavimento, se preguntaba si había una segunda oportunidad para «malditos» como él.

«𝐑𝐚𝐢𝐧»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora