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.・゜-: ✧ :-  

¡🐥!

— ¡Sunoo hola, soy Ni-ki! ¡Mira a quien traigo!— entre sus brazos, Ni-ki trae a un gato naranja que mueve su cola de lado luego de tener a su dueño a la vista.

Sunoo parece tener una clase de "click" al verlo, su corazón salta de emoción y se ve de más cuando su sonrisa se alarga al verlos juntos.

— ¡Oow Barry! ¡Mi Barry, Barrysito! — sus piernas corren al mismo tiempo en el que siente sus ojos humedecerse un poco al ver al pequeño ser de pelaje anaranjado que le daba felicidad, su parada es instantánea cuando está lo suficientemente cerca de ambos para tomar a su gato del rostro y amasar su rostro. — ¡Dios! ¡Podría besarte! Gracias por cuidarlo.

Los ojos del rubio se cierran de la alegría contagiada del chico frente a él, no tanto por sus palabras sino por el simple sentimiento de anhelo que le hacia ver cuanto aprecio le tenía a su mascota, incluso si se le subiera la sangre a las mejillas, no iba a querer que lo notará.  — No fue nada... Se porto bien y le di de comer un poco más, estaba algo flaco.

— ¿Flaco? Pero si esta gordito.

— Tiene mucho pelo y no deja ver sus proporciones, por eso se ve así... — Barry alarga su estadía en su pecho intentando no alejarse tanto como para dar indicios de alejarse. Sunoo asiente a sus palabras mientras sobaba su cabeza.

— Bueno... te lo devuelvo... — Barry escucha a lo lejos mientras sus pequeñas garras se alargan hasta encajarse en su suéter y así no poder dejarlo ir.

Tal como lo pensó, ese chico rubio quizo sacarlo de su pecho mientras lo tomaba por debajo de sus patas delanteras, a los pocos diez centímetros en los que forcejeo un poco o para sacárselo soltó varios maullidos mezclados con sus mal formadas palabras.

" ¡Ya te elegí, ya te elegí! "

" ¡No puedes dejarme, ya te adopte! "

— Ouuh... ¿O quizá no? — Ni-ki cierra sus brazos de nuevo cargando al felino como a un bebé caprichoso.

— Lo siento, seguro Barry no quizo dañar tu suéter a propósito. — maullidos en forma de quejas se presentan bajo de su platica que continuaba sin que Barry le diera importancia.

— O quizá quiere que lo acompañes a casa, ¿no quieres saber dónde es? Así puedes visitarlo cuando quieras.

— ¿De verdad?— Sunoo asiente mientras ve de reojo a su gato dirigirle la mirada como si de algun mensaje se tratara.

En el momento no pudo descifrarlo y no lo hizo nunca, estaba más concentrado en colorear sus mejillas de rojo y una tibieza al segundo en el que se dio cuenta como un rubio de ojos media luna lo acompañaba a casa con su gato.

En el momento no pudo descifrarlo y no lo hizo nunca, estaba más concentrado en colorear sus mejillas de rojo y una tibieza al segundo en el que se dio cuenta como un rubio de ojos media luna lo acompañaba a casa con su gato

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𝐤𝐢𝐬𝐬 𝐲𝐨𝐮 ๑ 𝐬𝐮𝐧𝐤𝐢 𝐚𝐮 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora