¿Cómo se atreve?

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Jeonghan era el maldito juguete de Seungcheol. Literalmente. Seungchol era un puto sádico que lo había comprado con el único propósito de destrozarlo, porque eso de algún modo era legal. Se suponía que su cuerpo estaba "hecho para ser azotado" y el idiota millonario de Seungcheol tenía el dinero suficiente para comprarlo con solo ese fin, ya que tenía cientos de sirvientes para todo el resto de cosas, incluso tenía sirvientes sexuales, Jeonghan solo estaba para satisfacer su absurdo fetiche.

Así que estaba a su completa disposición, si Seungcheol quería azotarlo al llegar del trabajo solo tenía que mandar un mensaje y Jeonghan se pondría en posición y lo esperaría hasta que llegara, incluso si tardaba horas en llegar. Una vez le dijo que se preparara a las cinco de la tarde ¡y llegó a las tres de la mañana! solo porque se le dio la puta gana de dejarlo esperando (No es cierto, llegó a las diez de la noche y fue porque una reunión del trabajo se extendió más de lo esperado).

Siempre tenía que esperarlo con la misma preparación. Con una mordaza en la boca, porque Seungcheol no quería escuchar sus gritos (En realidad utilizaba una mordaza porque no quería darle a Seungcheol el placer de escucharlo gritar); las manos esposadas (Porque tenía la mala costumbre de intentar cubrirse) y acostado sobre un mueble especial. ¡Seungcheol también lo hacía mantener la puerta abierta para que todos pudieran verlo! El muy imbécil amaba humillarlo (De hecho a Jeonghan siempre se le olvidaba cerrar la puerta, pero cuando algún sirviente pasaba y la veía abierta la cerraba sin decir nada, y Seungcheol siempre se aseguraba de cerrar después de entrar).

Debía comportarse de forma excelente durante los azotes y fuera de estos. Seungcheol podía azotarlo cuando se le diera la gana, pero era cien veces peor cuando lo hacía porque se había portado mal. Si se portaba mal recibía un castigo más fuerte de lo usual, pero si se portaba mal mientras el mayor lo estaba azotando, nunca entendió cómo carajos podía portarse mal alguien que tenía las manos esposadas y una mordaza en la boca, Seungcheol lo volvería a azotar al siguiente día y al siguiente día y así hasta que no fuera capaz de soportarlo más (Seungcheol era estricto, pero de igual forma dejaba pasar la mayoría de veces el mal comportamiento de Jeonghan).

¡Y es en serio que solo lo quería para azotarlo! Lo hacía cuando quería y se largaba tan pronto quedaba satisfecho (Siempre se aseguraba de cuidar y consolar a Jeonghan después de azotarlo). Solo lo quería ver para eso, no quería verlo en ningún otro momento, ¡Ni siquiera le permitía comer en la misma mesa que él o estar en la misma habitación! (Seungcheol siempre lo invitaba a comer con él, pero Jeonghan lo rechazaba casi siempre. Y tenía permiso para estar en cualquier parte de la mansión a excepción de los dormitorios de los demás sirvientes si no tenía el permiso de estos).

Odiaba a Seungcheol (No realmente). Odiaba estar a su completa disposición. Y odiaba por sobre cualquier otra cosa que los malditos que aseguraban que su cuerpo estaba hecho para ser azotado tuvieran razón. Jeonghan era un Spang, su cuerpo estaba literalmente hecho para eso, porque la naturaleza era rara y existían personas así. Soportaba el dolor mejor de lo que una persona normal lo haría, su piel era resistente y no se dañaba con facilidad, sin importar cuanto lo golpearan era muy difícil que le provoquen algún moretón y se curaba de cualquier tipo de herida absurdamente rápido. No era solo que fuera resistente, cualquier clase de dolor sea efímero o intenso le resultaba placentero, una mezcla de placer y sufrimiento que no debería tener sentido pero de algún modo lo tenía.

Bien, Jeonghan podía detestar su naturaleza, podía detestar los gemidos que inevitablemente soltaba cuando Seungcheol lo azotaba y que eran la verdadera razón por la que usaba una mordaza, podía detestar que el mundo lo viera como un juguete que se podía comprar, usar y tirar, podía detestar que Seungcheol tuviera el dinero y el poder suficiente como para comprarlo, podía detestar que lo usaran, pero ¿¡Cómo carajos se atrevía Seungcheol a reemplazarlo!? Sí, Jeonghan podía ser un dolor de cabeza, podía quejarse hasta por los codos de todo lo que no le gustaba (aunque en el fondo sí le gustara), podía ser grosero y maleducado ¡Pero eso no le daba derecho a Seungcheol de comprar otra persona como él! Aunque se quejaba de todo siempre estaba ahí cuando quería azotarlo, no importaba que fueran varias veces a la semana o incluso al día, siempre acataba la orden y nunca le pedía que lo postergara o que se detuviera. Ser azotado obedientemente era el propósito de Jeonghan y a pesar de su terrible actitud lo estaba haciendo bien ¡Así que Seungcheol no tiene ninguna razón para conseguir a alguien más!

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