Capítulo tres: Aeron Bracken.

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N/A: Tomé la boda de Robb y Talissa y Sansa y Ramsay como inspiración. Y probablemente ni Daemon y Jace tengan nada que ver acá pero los amo JAJAJA.

Esoadiós, el próximo capítulo es el final.

***

Willem no tuvo respuesta más que la sonrisa de Aeron. Vio sus pupilas, llameantes por la impotencia. Quizás Willem nunca apreció la posibilidad de que los Bracken considerasen el acuerdo también como una victoria. A Aeron le daba igual, cualquier cosa era una victoria, y en ese instante él realmente había ganado.

El esposo que quería, un título y el Seto de Piedra.

—Dices eso como si tuvieses la esperanza de poder engendrar —él siseó. Aeron se imaginó apuñalándolo y la idea le regaló la satisfacción necesaria como para permanecer de pie simplemente mirándolo—. Un Omega que participa en las justas en vez de mirarlas, ¿cómo sabemos siquiera que eres fértil?

—Quizás no lo sea, será mejor para ustedes si en dicho caso desposo a alguien que no sea el heredero de los Blackwood —Aeron acotó, alzándose de hombros—. ¿Es un trato?

Willem gruñó de mala gana y terminó por asentir. Aeron suspiró y entonces todos los ojos se volvieron hacia Davos. Quizás le debía una, saber de antemano a lo que se enfrentaría, y tener un momento para procesarlo, definitivamente le había permitido aclarar su mente y llegar sin dudas frente al rey y al príncipe.

—¿Tú estás de acuerdo? —Lord Benjicot cuestionó hacia Davos.

Davos lo miró, Aeron frunció el ceño. Él casi le había suplicado que lo escogiera, ¿por qué siquiera iba a dudar? Se encontró con su mirada oscurecida y alcanzó a apreciar un brillo malvado antes de verlo encogerse de hombros. Davos suspiró, como si estuviese haciendo un gran esfuerzo, y entonces asintió sin ganas.

—Si no queda de otra. . .

Que hijo de puta hipócrita doble cara, debería darle vergüenza.

—¿Contamos con los Bracken, entonces? —Daemon cuestionó.

Se obligó a asentir, y el silencio que los sobrevino Aeron lo utilizó para inhalar y botar el aire. Se inclinó con lentitud, no porque quisiese tardarse, sino que por el dolor latente en su pie. Usó ese como apoyó y la rodilla del restante tocó el suelo mientras bajaba la cabeza. Su cuello expuesto al rey.

—La Casa Bracken jura lealtad a la legítima reina Rhaenyra Targaryen —pronunció—. Mis hombres serán dispuestos para su causa y pelearán por su reclamo.

Aeron no vería ni sería el causante de la caída de su Casa. Perdieron, Aegon Targaryen no llegó a socorrerlos aún teniendo al dragón más grande de Poniente a su nombre. Daemon y Jacaerys Targaryen estaban ahí, ofreciendo más de lo que esperaba y permitiéndole una salida. Aeron la tomaría, porque su propia vida podía darle igual, pero no la del resto. Ya habían muerto demasiados.

—Bien, la boda se celebrará lo antes posible —el rey Daemon juntó sus manos y asintió hacia los dos—. Asegúrate de que tus hombres sepan hacia donde va su lealtad.

—Lo haré —Aeron dijo, y pronto agregó—, mi rey, pero es posible que hayan peleas interinas.

—Será un problema del viejo Tully poner orden —Daemon dijo—, si tenemos un poco de suerte, lo será de su nieto.

—Tío —el príncipe masculló.

—Arreglen lo de la boda pronto, si no me equivoco, los Bracken tienen un Septo por acá.

Willem se adelantó.

Como molestaba ese maldito hombre para ni siquiera ser el Lord de los Blackwood. Aeron quería blanquear los ojos cada vez que hablaba.

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⏰ Última actualización: Aug 09 ⏰

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