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La mañana de ese día se sentía cálido y acogedor, los suaves rayos del sol empezaron a golpear su rostro, recordándole que anoche olvidó cerrar la ventana y cortinas de su habitación.

Con pesar tomó su teléfono que se encontraba en su pequeña mesa de noche, con un poco de trabajo pudo enfocar su vista divisando la hora, 6:25am.

Oh no, empezó con el pie izquierdo.

Se levantó volando de su cama para dirigirse a su baño, rápidamente tomo una ducha y se vistió, ni siquiera desayuno, salió corriendo de su hogar, no pudo ni acomodar de manera correcta su corbata ni su saco solo pudo tomar su maletín donde tenía todos sus papeles, corrió lo más rápido que pudo para llegar al metro, rezó para tener la suerte de que su tren estuviera en la estación, asombrosa e increíblemente si estaba, luego prosiguió a subirse al tren.

Vaya si que era un terrible desastre a quien se le ocurre jugar videojuegos hasta tarde, exacto solo a Yoichi Isagi, ahora gracias a su irresponsabilidad tuvo que correr como alma que se llevaría el diablo, Dios no quería ver el espectáculo que hizo frente a la gente, tropezó con varias personas, tiro varias cosas de pequeños puestos que estaban en su camino y por último casi cae sobre un gato.

Pero bueno se preocuparía de su dignidad más tarde, ahora tenía que enfocarse por su apariencia ya que tenía una entrevista muy importante, había pasado por muchas y esta era su última entrevista, sería una completa pérdida de tiempo si no pasaba esta, aunque competía con muchas personas el necesitaba este trabajo para poder mantenerse y apoyar a sus padres, claro él vivía solo en un departamento cómodo para una sola persona, pero necesitaba apoyar a sus padres ellos ya estaban muy grandes para trabajar, aun así, lo seguían haciendo. Decidió dejar de pensar en eso para concentrarse en terminar de acomodar su ropa, ya pronto bajaría del tren, revisó su teléfono para ver su hora y grata su sorpresa fue ver que solamente faltaban 15minutos para la hora de su tan ansiada entrevista y para llegar a pie hasta el lugar donde se realizaría le tomaba un tiempo de 25minutos aprox. Genial se acabó trabajo... 

No, no podía dejar pasar esta oportunidad, debía correr, otra vez.

Arranco otra vez, todas las personas lo miraban, pero eso no importaba, bien ya podía ver el gran edificio de la empresa para la cual trabajaría en un futuro, ahora solo le faltaban unas cuantas cuadras, estaba tan concentrado en llegar que no se fijó que un carro se dirigía hacia él.

 Lo único que escuchó fue una bocina de un carro, giro su cabeza y vio lo que se dirigía hacia él, bien moriría, ya se iba con la Reina Isabel, extrañaría la rica comida de Japón también a su animal favorito, la langosta. Esperaba su trágico destino, todo gracias al idiota que se encontraba en aquel hermoso coche.

¡Sorpresa!

No sintió golpe alguno, se quedó congelado no se podía mover, alrededor de unos cuantos segundos reacciono y finalmente se pudo mover de la carretera hacia la escarpa.

- ¡¿Eres un idiota que maneja ebrio?! - exclamó Yoichi, genial se estaba retrasando.

- ¡¿Disculpa?! - el conductor de coche asomo su cabeza por la ventana - Si tú fuiste el que no se fijó de su camino.

- Estoy cruzando por un maldito paso peatonal - Contestó, Que clase de inepto no respeta un paso peatonal.

- Y también por un carril muy transitado - dijo aquel chico - ¿Por qué mejor no razonas un poco más y te fijas por donde caminas, en vez de echarle la culpa a los demás? 

-Maldito idiota - exclamó Isagi mientras retomaba su ruta, no perdería más tiempo con un tipo como él.

- Maldito tonto - dijo más para sí mismo que para el peli azul que ya se había retirado.

Mi trabajo es amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora