𝙀𝙦𝙪𝙖𝙡 𝙋𝙤𝙡𝙚𝙨

Meet Zach Wilson.

Los adolescentes son conocidos por ser rebeldes, depresivos, problemáticos y un sinfín de otras características que los adultos suelen asociar con esa etapa de la vida. No te voy a decir que Zach y Audrey no eran así a los 17 y 15 años, respectivamente. Más bien, encajaban perfectamente con esas etiquetas, mostrando comportamientos típicos de la adolescencia, como cuestionar la autoridad, experimentar cambios de humor y enfrentarse a diversos desafíos emocionales y sociales.

Aunque, como en todos los casos, ellos tenían sus razones. Zach tenía una relación difícil con sus padres. Su madre nunca le mostró mucho cariño y siempre lo trató con frialdad y distancia, y su padre siempre estuvo ausente y sin mostrar afecto.

Además, no tuvo ningún abuelo, tío o primo que lo guiara o apoyara en su adolescencia. Sí, él era un poco rebelde, siempre andaba en su patineta por las calles, se escapaba en la mañana para ir a fiestas y pasar el rato con sus amigos. A menudo, estas escapadas eran una forma de escapar de la realidad de su hogar, donde se sentía solo y sin apoyo emocional.

Pero si hablamos sobre la escuela, él era muy bueno; no era sobresaliente, pero mantenía sus calificaciones en un 8 o más, lo que muestra su dedicación y esfuerzo en los estudios. . Aunque, claro, las calificaciones no te definen como persona, son solo una parte de la historia. Zach también era una persona amable y generosa, siempre dispuesto a ayudar a sus amigos cuando lo necesitaban, lo que reflejaba su verdadero carácter más allá de las notas.

Por otra parte, Audrey era igual que él, aunque con una historia muy diferente. Ella era hija de dos aclamados superhéroes, Spiderman y Wolverine. Su infancia la pasó bien, claro, peleas, discusiones, vidas en peligro, sus padres casi no estaban, porque, ya sabes el dicho "Allá afuera las personas nos necesitan". Audrey nunca se mostró triste ni molesta por eso, siempre mantuvo una actitud positiva y valiente frente a las adversidades.

Aunque, un 5 de octubre, durante una batalla contra el Duende Verde, Spiderman pierde la vida. Todo el mundo se devastó ante esta noticia, incluida su familia. Wolverine, o por su nombre de civil, Logan, empezó a beber, dejó de cuidar a la ciudad, y los 4 Fantásticos tuvieron que encargarse de su trabajo. La pérdida de Spiderman fue un golpe muy duro para todos, especialmente para Logan, quien no supo cómo lidiar con el dolor.

Audrey se distanció de su padre, comenzó a salir de fiesta y a grafitear junto a su mejor amigo, Miles Morales. Este nuevo estilo de vida le permitió a Audrey escapar momentáneamente de la tristeza y la soledad que sentía.

ZACK WILSON

Estaba corriendo apresuradamente por las calles de mi tan amada ciudad de New York (es sarcasmo, odio esta ciudad con todo mi ser). Corría empujando a algunas personas, cuidando de no tirar a ninguna al suelo. Miro mi reloj y veo que son las 6:59; tengo exactamente un minuto para llegar, así que tomo todas mis fuerzas y empiezo a correr lo más rápido que puedo. En unos segundos ya estoy en la puerta del instituto y, con un último esfuerzo, doy un gran salto. Detrás de mí escucho cómo cierran la puerta del instituto y veo al conserje Murphy, quien me obsequia con una sonrisa.

-Maldito suertudo -canturrea con su acento de rancho característico, mientras se aleja empujando su carrito lleno de escobas, trapeadores y todo lo que se supone que un conserje debe llevar.

Me apresuro a la clase que me toca, Biología. Sinceramente, casi no me gusta esta clase, pero hay algunas cosas que me llaman la atención. Aunque no es como si tuviera opción de saltármela, al menos no hoy, ya que mis padres están en casa y prefiero mil veces estar aquí. Son siete horas que se sienten como quince horas encerrado en la escuela, pero siete horas con mis padres se sienten como quince años. Así que, resignado, tocó la puerta del aula. No tarda mucho en abrirse la puerta, y muestra a la maestra Anderson. Su cabello pelirrojo estaba recogido en un chongo un poco desordenado, y se cruza de brazos mientras me observa con una sonrisa.