señor prohibido ; tom kaulitz ¡!

𝓒ap. 02

Cameron había llevado alcohol a la fiesta y todos empezaron a beber. Honestamente no sabía cómo lo había conseguido, pues éramos menores de edad y no podían vendernos.

—¿Dónde lo conseguiste? —le pregunté a Cameron, quien les servía a todos en sus vasos.

—¿Por qué, tú también quieres? —me respondió con una pregunta, mientras que con una sonrisa me extendía un vaso con alcohol.

—No, no, simplemente quiero saber cómo lo conseguiste. Somos menores de edad.

—Eso lo sé, mi padre lo ha comprado para que lo bebamos.

Cuando dijo eso, abrí mis ojos en sorpresa.

—Tu... ¿tu papá te dio alcohol siendo menor de edad? —tartamudeé.

—Sí, linda Julie, ¿cuál es el problema?

Maldita sea, ese apodo había hecho que mi corazón se acelerase. Cuando Cameron y yo éramos más cercanos, hace unos años, él siempre me decía así, «linda Julie».

—No, nada.

—¿Quieres?

—No, nunca he tomado.

—Pruébalo. Yo mismo te llevaré a tu casa, no te preocupes. —dijo con una sonrisa. Tragué saliva y acepté el vaso.

Le pregunté por qué decía que me llevaría a casa y me respondió que mis padres no me habían dado permiso para ir, pero él quería que yo fuera, así que les dijo que él me llevaría a casa, solo así aceptaron.

Después de que me tomé unos cuantos tragos, Cameron me llevó a mi casa. Frenó su auto y yo abrí la puerta para bajarme, pero él me detuvo.

—Juliette —me llamó y yo volteé—. Gracias por ir a mi fiesta.

—Gracias a ti por invitarme —le respondí con una sonrisa.

Él me la devolvió y fue ahí cuando empezó a acercarse a mi rostro. Mi corazón nuevamente se aceleró. Cerré mis ojos al sentir los labios de Cameron contra los míos.

Cameron estaba besándome.

No dudé en corresponder al beso; tomé las mejillas de Cameron y lo profundicé. Después de unos segundos, me acordé de Sarah.

No podía besarme con el crush de mi mejor amiga, así que me separé, pero fue normal ya que de todas maneras también nos separamos por falta de aire.

Cuando nos separamos, ambos nos miramos a los ojos y yo estaba nerviosa, la mirada de Cameron siempre me ponía nerviosa.

—Nos vemos mañana —me dijo con una sonrisa acariciando mi mejilla. Asentí con timidez y abrí la puerta del auto, me bajé y lo miré.

—Buenas noches.

—Buenas noches, linda Julie —me sonrió nuevamente y arrancó su auto.

Cuando vi que se alejó, no pude evitar dar unos pequeños saltitos de emoción, sentía un cosquilleo en mi estómago que me hizo recordar cuando yo estaba enamorada de Cameron.