2017: Genesis, la profecía

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Son las tres y cinco de la tarde. Marisol, acaba de aparcar su moto en el garaje, como es habitual en ella, se dispone a coger el ascensor y comenzar con su rutina familiar. Desconoce el motivo de la tardanza pero hoy se retrasa más de lo habitual. Parece, como si una fuerza sobrenatural quisiera con esta pausada y obligada espera, avisarla de algo.
Durante el retardo, la fusión de hambre y desesperación, obligan a esta mujer de mediana edad a darse un paseo por el rellano del portal. Al pasar cerca del buzón, lugar que nunca suele mirar, se percata de que en su interior hay un sobre de colores vistosos. Esta carta, la cual le costó sacar al no disponer de llaves, carecía de sello y de remitente, por lo que deduce que alguien de su entorno, tuvo que introducirla personalmente.

La extraña carta, que va dirigida a ella y desprende un fuerte olor a perfume, despierta tal  intriga en Marisol, que deja de nuevo escapar el ascensor, para poder sentarse en uno de los escalones del rellano y comenzar con la lectura del misterioso escrito.

<< Buenos días, disculpe que le moleste y mi atrevimiento por mandarle este mensaje. Se que le parecerá ridículo lo que le voy a contar, pero solo quería advertirle sobre la persona que se encuentra a su lado.
Quino, no es realmente quien dice ser. Este señor, al que le garantizo conocer perfectamente, no es una persona normal. Esta persona, está dominada por un ser maligno y cuando digo maligno, me refiero literalmente a eso.
Es de mi conocimiento que este individuo en la adolescencia, fue partícipe de una sesión de ouija, manteniendo contacto único y personal con un demonio muy poderoso. Este demonio de nombre Asmodeo, se interesó mucho por su alma, queriendo dicho textualmente por él, poseerlo en su totalidad.
Su marido como era normal, huyó despavorido tras tremenda petición, dejando por desconocimiento, la sesión abierta y a este ser demoníaco en libertad ligado a él de por vida.
Sin más, le dejó para que continúe con su vida.
Si considera sabias mis palabras y quiere saber algo más, solo tiene que preguntarle a la persona que vive con usted. De seguro, le dirá que no quiere hablar de ello, pero solo tiene que amenazarlo con decir el nombre del demonio en tres ocasiones.
Buenas tardes, le deseo todo lo mejor >>.

Marisol, después de leer semejante estupidez, introduce la carta en su bolsillo y lamentando el tiempo perdido, vuelve a llamar al ascensor.
Una vez en la casa y como siempre al entrar en ella a estas horas, todos se encuentran en el salón, preparando la mesa para comer.

Mencionar, que esta numerosa e improvisada familia, está compuesta por la pareja citada anteriormente, Anabella, hija de ambos y otros tres adolescentes más, fruto de matrimonios pasados.

Después de los pertinentes besos y saludos en el recibidor, todos se sientan a degustar el fantástico guiso que Quino tenía preparado para la ocasión. Como es habitual, la comida transcurre entre charlas y risas, marcados por los gritos ininteligibles de Bella, el retoño de la familia. Terminado el apetitoso manjar, mientras Quino degusta su habitual café y Marisol toma un helado de postre, está, saca la carta de su bolsillo y a modo de broma se la arroja junto a la taza mientras le dice:

    •    Toma amor, estaba en el buzón. Asmodeo quiere hablar contigo.

Un fuerte ruido hace eco en el salón de la casa. Cientos de minúsculos cristales se esparcen por el suelo. Quino, ha reventado el vaso con la mano, su mano sangra abundantemente mientras su cuerpo permanece inmovil y en silencio con la mirada fija en la pared.

El semblante de Marisol, al ver semejante espectáculo, palidece y cambia por completo. A la voz de no salir del cuarto, la atenta cabeza de familia, alerta al resto dé miembros para que mientras hace uso del botiquín sobre la mano herida de su marido, no hagan acto de presencia en el salón.

    •    Amor ¿estás bien?

Quino, se levanta y corre a bajar las persianas de la casa. Su cortada mano, deja un reguero de sangre por toda la vivienda.

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