8. El famoso Juanjo

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Habían pasado un par de días donde tuvieron que cantar una canción a coro y hacer una canción improvisada al momento. Ya solo quedaban dieciocho personas, es decir, estaban en la recta final del concurso, quedando solo una prueba.

Martin, Chiara y Ruslana estaban rebosantes de felicidad porque además de haber superado todas las pruebas también lo habían hecho juntos. Por otra parte, Juanjo y Martin después de ese abrazo no volvieron a intercambiar palabra solo pequeñas miradas y sonrisas cómplices, algo que a la audiencia les había decepcionado porque pensaban que podía salir una bonita amistad de ellos dos. Lo que no sabían era que los dos chicos también estaban decepcionados porque el contrario no le hubiera vuelto a dirigir la palabra, pero la realidad era que ninguno tenía el suficiente valor de empezar una conversación. Algo que a ninguno de los dos le había pasado nunca, siendo ambos bastante sociables con el resto de personas.

-¿Cuál creéis que será la siguiente prueba?- Preguntó Martin mientras iban al salón principal donde los habían vuelto a citar.

-¿Hacer un striptease?

-Ruslana, no digas eso.- Le regaño la morena.- Yo creo que hacer acrobacias.

-Pues si es eso, yo creo que me voy.- Dijo Ruslana pensando en la sesión de acrobacias que tuvieron en el cuarto de Martin el día anterior, según Chiara era una buena forma de quitar estrés. Para ella en cambio fue una tortura ya que su culo no paraba de chocar con el suelo al contrario de sus dos amigos que cada vez hacían cosas más difíciles de imitar.

-Os estáis olvidando que es un concurso de canto, no una prueba de acceso para el circo.

-Aburrido.- Dijeron las dos chicas a la vez. El castaño les iba a responder cuando noto que chocaba con un muro, o más bien con una espalda bastante amplia.

-Lo siento.- Se disculpó el vasco enseguida.

-Eh, no pasa nada.- Dijo el más alto girándose, Martin se  dio cuenta que era Juanjo.- Todavía no han abierto la puerta.

-Ay es verdad, no sabía qué todavía era pronto.- Dijo Martin mirando detrás del castaño donde se encontraba la puerta cerrada sin poder mirarle a los ojos avergonzado por haberse chocado.

-Hola, soy Ruslana, tu supongo que eres el famoso Juanjo.- Dijo la pelirroja apartando a Martin para ponerse ella en el campo de visión del nombrado.

-¿Famoso?- Pregunto levantando una ceja.

-Si, Marts nos habló de que eras "majo" .- Dijo Chiara de manera acusatoria como si fuera un policía. Pero enseguida relajó el rostro y le sonrió.- Por cierto, soy Chiara.

-Os diría mi nombre pero veo que ya lo sabéis.- Miro al castaño que ahora estaba detrás de sus amigas con las mejillas aun más sonrojadas.- Y Martin, tú también eres majo.

-Pues gracias, eh chicas dejar de ser un incordio.- Intentando que sus amigas dejaran de ponerle en evidencia delante del chico guapo que durante toda la semana no había podido quitarse de la cabeza.

-Es verdad, que solo podemos incordiarte a ti.- Dijo la castaña volviendo a colgarse al cuello de Martin siendo seguida por la pelirroja.

-Ayuda.- Le dijo a Juanjo de forma divertida.

-Lo siento, pero yo en este trio extraño no me meto, prefiero ser espectador.- Juanjo no podía contenerse la risa mientras hablaba. 

La verdad que la imagen de estos tres juntos era una mezcla entre divertida y enternecedora que el más mayor ya había notado en estos días. Debía admitirlo, sus ojos habían ido a parar a Martin más de lo que le hubiera gustado admitir, era como si tuviera un imán para que no le pudiera dejar de mirar.  

-Así me pagas que te haya ayudado con el baile.

Los cuatro se sentaron en un sofá que estaba cerca del salón principal y empezaron a hablar mientras esperaban que abrieran la puerta. Juanjo había encajado genial con el grupo, parecía que fueran amigos de toda la vida.

-Pues yo le dije al chaval, i am sorry but i like girls y a él no se le ocurrió otra cosa que en halloween disfrazarse de mujer.- Los tres escuchaban la historia de la castaña con suma atención.

-¿Y que paso luego?- Preguntó Juanjo sin poder ocultar su vena cotilla.

-Bueno pues yo.- No pudo seguir hablando cuando empezó a sonar un timbre que les avisaba que todos debían de estar en menos de cinco minutos en el lugar citado.- Bueno, luego os sigo contando.

Los tres se levantaron para entrar en la sala que justo habían abierto las puertas. Todos los nervios que habían desaparecido desde que se pusieron a hablar habían vuelto y con mucha más fuerza al ver tan poca gente en la sala cuando apenas hacía una semana todas las sillas estaban ocupadas. 

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Hasta aquí el capitulo, espero que os guste <3

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