𝐒 𝐏 𝐈 𝐃 𝐄 𝐑 𝐃 𝐔 𝐂 𝐊 - 𝑶𝒏𝒆 𝑺𝒉𝒐𝒕𝒔

The Other Side (🌷)

AU: The Greatest Showman
(Se cambiaran cosas)
Inspired: Song — The Other Side.
B: Quackity T: Roier.

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El ambiente en el "R. Barnum Circus" se hacia resonar alegre. La gente reía, entretenida con los actos que se hacían presentes en la pista principal.

Baile, acrobacia, magia y sobre todo un musical encantador se hacia presente en aquel edificio, la gente alababa los actos, pero solo eso. Para todos eran solo un montón de "fenómenos andantes" que hacían un espectáculo entretenido.

Luego de un tiempo el circo había dado fin a sus actos, animando a la gente que regresaran al día siguiente a ver nuevos actos que se presentarian. El dueño del lugar con una sonrisa despedía a toda la gente, algunos solo lo miraban y se iban, otros solo hablaban entre sí y otros felicitaban al "príncipe de los disparates" Roier Barnum.

Al ya no haber nadie dentro del lugar suspiro satisfecho y entro rápido a los camerinos de sus trabajadores, quienes descansaban, bailaban o reían emocionados, aún si nunca se los decía, el sentía que ellos eran su familia. Los admiraba.

Al ver que el jefe había aparecido, todos pararon lo que hacían y felicitaron a su líder, diciéndole lo bien que había salido todo, Roier solo sonrió emocionado, pronto un par de niños corrieron hacia el y lo abrazaron emocionados.

Bobby y Tilín, sus últimas razones de seguir adelante, desde que su difunta esposa se había ido de este mundo, ellos eran los últimos que le daban la fuerza para seguir, incluso si el abuelo de sus hijos se los quizo llevar, el nunca dejó que lo hicieran, no permitiría aquello.

Una mujer joven, alta de cabello castaño y mirada dulce se acercó a su mejor amigo y le abrazo, saludandolo y mencionando lo bien que había salido todo el espectáculo. Roier agradeció por aquello, después de dejar su sombrero en su camerino, se despidió de sus actores, y siendo acompañado por sus niños y su amiga, Jayden, salieron de ahí para dirigirse la presentación de su pequeño Tilín.

...

La gente aplaudía en el momento que la música clásica empezó a sonar y quedaron en un profundo silencio.

Las cortinas se abrieron dejando ver a un niño, que Roier reconoció orgulloso de inmediato. Aquel pequeño, Tilín, estaba sentado de rodillas en el suelo, y en cuanto un violin empezó a sonar, se levanto del suelo lentamente mientras una pierna se estiraba hacia otro extremo,y terminaba parándose en una puntilla con la pierna derecha estirada en cuarta posición. Enseguida más bailarinas pequeñas empezaron a aparecer mientras Tilin hacia una bella danza con emoción y encanto, los adultos se encontraban maravillados, Roier se sentía más que orgulloso.