Único.

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I'm Mr. Loverman... And I miss my lover, man.

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Muchas veces escuche a las personas hablar sobre las almas gemelas, nunca crei en ellas, pensaba que eran estúpidas ideas de los demás. Pero todo cambio cuando te conocí.

Solo se que llegaste para iluminar la vida tan oscura que llevaba.

Aún recuerdo tu hermosa sonrisa llena de brillo y que se parecía a la de un conejo, también recuerdo ese olor a fresas y vainilla era un olor tan único que sigue presente en tu ropa. Oh y tu hermoso cabello castaño era tan sedoso decías que cuando lo acariciaba te daba paz.

Pero hay algo que nunca voy a olvidar y es la primera vez que te ví, sonreias tan lindo para las personas que entraban a esa cafetería con esa actitud de entusiasmo. Encendiste una nueva emoción para mi, hiciste que mi corazón latiera a mil y que sintiera esas famosas mariposas en mi estómago.

Todavía pienso en lo hermoso que es tu nombre y que te quedaba como anillo al dedo. Recuerdo sentirme nerviosa de hablarte pero no me arrepiento de hacerlo, es y será una de las mejores decisiones que tome.

Me sentí tan dichosa cuando me dejaste amarte en todos los sentidos. También recuerdo sentirme desfallecer cuando me dijiste por primera vez que me amabas y que era el amor de tu vida. Te había dicho que no creia en el amor a primera vista pero esta claro que cambiaste todas las ideas negativas que había en mi cabeza.

Mi mundo dio una gran vuelta, un día era una oficinista amargada, con un carácter horrible y al otro era una idiota enamorada que regalaba sonrisas a los demás como si nada.

Ame cada parte de ti sin restricciones, hice de todo para poder hacerte feliz. Logre hacer que me amaras mientras que tu me hiciste amar, de alguna manera lograste hacer algo que yo me sentía incapaz de hacer.

El día que te encontré sin vida en la cama que compartíamos, el tiempo se detuvo y veía como mi mundo se caía a pedazos. Solo me preguntaba ¿Que hice mal? ¿No eras feliz a mi lado? ¿Por qué? ¿Por qué decidiste hacer algo así? Dejándome en este mundo sola y desamparada.

Aún siento el malestar de no poder ayudarte como debía. Ese día también aprendí algo y es que no todas las almas gemelas terminan juntas y con un final feliz.

Eres y serás el amor de mi vida, te veo como mi mundo, te amaré hasta el día de mi muerte y si es posible lo haré también en mi proxima vida. No me veo amando a alguien más que no seas tú, yo se que nadie es capaz de hacerme amar como tu lo hiciste. Te amo con todo mi ser Kylie Cantrall.

Cuando Malia dejó de leer todo lo que pensaba comenzó a llorar, sentía que moriría pero sabía que tenía que seguir por Kylie.

Sintió unos brazos rodearla, al voltear vio a la madre de Kylie abrazarla. Ella también era un mar de lágrimas y con justa razón, acababa de perder a una de sus hijas.

- Gracias por estar para ella Malia, agradezco que la hayas hecho feliz. - la madre de Kylie habló lo mejor que pudo.

Malia solo se dejó abrazar y escuchar las palabras con atención, sabía que ella la había amado y sabía que hizo lo posible para ayudarla.

Cuando familiares y amigos cercanos de Kylie terminaron de despedirse con discursos todos se retiraron para salir del cementerio.

De camino a su hogar empezó a recordar las muchas cosas que pasó con Kylie. Recordó que los últimos días -antes de que la castaña tomará la decisión de acabar con su vida- se notaba decaída y no comía mucho. Por más que ella intento hacer algo por su pareja no logró nada, se sentía mal por eso.

Se puso a pensar el porqué, ¿Por qué nunca le dijo algo? ¿Por qué no le habló de todo lo que estaba pasando? De lo mal que se sentía. Eran pareja se supone que tenían la confianza para contarse ese tipo de cosas.

Llegó a la casa que compartía con la castaña. Estuvieron por lo menos cinco años juntas, en su tercer año de noviazgo decidieron vivir juntas, primero en un pequeño departamento cerca del trabajo de la rizada. Después de meses compraron esa casa, querían un poco más de espacio para ellas.

Lo que más le duele de todo esto que pasaba es el hecho de que estaba a nada de proponerle matrimonio a su novia. Le hubiera gustado verla con un vestido blanco y un velo en su cabeza, caminando hacia ella con un ramo de flores entre sus manos. Bailar junto a ella y tener una vida de ensueño como esposas.

Pero no estaba para lamentarse, fue feliz mientras duro y lo recordará.

Cambio la vestimenta negra que llevaba y la depósito en el cesto de ropa sucia, se dio cuenta de que toda la ropa de su amada estaba limpia y mantenía ese olor tan delicioso.

Se recostó con calma en la cama matrimonial que compartía con Kylie, esa cama donde compartieron noches llenas de amor y también de pasión. Donde también encontró a su novia sin vida, a pesar de que esa cama tenia uno de los peores hechos que ha vivido no quiso cambiarla.

Estaba llena de recuerdos, no quería desperdiciar todo eso.

Observo una de las fotos que tenía en la mesa de noche, tomó la fotografía entre sus manos. Recordaba ese momento, estaban celebrando su segundo aniversario juntas, habían ido a casa de sus padres para celebrar juntas.

Habían pasado tanto juntas, como la vez que Kylie fue a ver a sus padres junto a su pareja. Pero tristemente fue rechazada por sus progenitores, a pesar de eso, Kylie siempre estuvo con ella, nada las había podido separar.

Todo estaba en silencio, no se escuchaba esa risa tan linda que tenía la chica con ojos parecidos a los de un ciervo, llenos de inocencia y amor. Todavía podía sentir el calor de su piel, tan cálida y suave, su tono era claro pero no pálido en exceso era un color lechoso.

Siempre pensó que era como un ángel, llegando a la vida de los demás para salvarlos y hacerlos felices. La extrañaba demasiado.

- Me haces tanta falta Ky, te extraño amor mío. - dijo antes de caer en los brazos de morfeo -aún con la foto en sus manos- y soñar con encontrarse otra vez a su alma gemela.

Todo fue tan lindo y así se quedaría, todo será un hermoso recuerdo que nadie podrá borrar y que ella no podrá olvidar. Porqué al final de cuentas, ¿Quien olvida al amor de su vida?

Fin

Mr. Loverman | KyliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora