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Namjoon.

Esta haciendo un frio del asco, la maldita nieve no deja de caer, todo el día he tenido un dolor de cabeza terrible, los dedos se me estaban congelando, por lo que el olor a pan recién horneado llamo mi atención.

La panadería parecía nueva, no recuerdo haberla visto antes, el ventanal de exhibición relucia con letras cursivas Honey Kiss. Algo cursi pero suena bien.

Entre absorbiendo el calor rápidamente, mi estomago gruño, haciéndome mirar a mi alrededor, esperando que la campana de la entrada anunciará correctamente mi llegada.

—¡Enseguida voy!

Tras el pequeño grito, de entre las puertas salió un chico alto, que cargaba un pequeño bulto entre las manos, lo coloco en un moisés que estaba cerca de la caja registradora.

—Buenas Tardes —cuando se giro quede impactado, nunca había visto a nadie tan ¿hermoso? Incluso para ser un hombre su belleza, es impresionante — ¿señor?

Sacudí mi cabeza —El aroma me trajo.

—Oh, recién saco una magdalenas del horno, ¿gusta probarlas?

Asentí como tonto, entro de nuevo por las puerta, y mi atención se fue hacia unos pequeños piecitos envueltos en un mameluco rosa que se movían acomodándose.

—Aquí tiene.

Me sirvió una magdalena y una pequeña taza de chocolate caliente.

—Huele muy bien.

—Si no le gustan es cortesía de la casa.

Di una mordida y mi paladar fue bendecido con el pan más rico que hubiera probado y el chocolate no era dulce haciendo que el contraste de sabores fuera perfecto, escuche una pequeña risa, haciéndome abrir los ojos, no me había dado cuenta que los cerré.

—Creo que si le gusto.

—Perdón —me limpie las comisuras de los labios —nunca había probado nada tan rico, es lo que necesitaba.

—¿Dia difícil?

—Terrible.

—Entonces es mi regalo para usted, mejorar su día fue un pago perfecto.

—No podría, esto merece un precio, me sentiría muy mal no pagarlo.

—Mire, tómelo como mi promoción, tengo apenas una semana abierto, hacer clientes frecuentes me ayudara mas que solo pase por aquí una vez, prométame que volverá y estaremos a mano.

—Es seguro que volveré —busque la plaquita en su uniforme pero no se la vi.

—Ah, mi nombre es Kim Seokjin, soy el dueño del lugar, como el panadero.

—Bueno Kim Seokjin, soy Kim Namjoon y seré tu cliente frecuente a partir de ahora.

Su emoción se noto en su sonrisa además de un ligero rubor en las mejillas, no podía dejar de verlo, es tan extraño, en verdad es hermoso, además de que se nota la amabilidad que posee, incluso mi dolor de cabeza desapareció. Un pequeño llanto nos interrumpió, pero cuando levanto a la pequeña del moises note el parecido idéntico de ambos, sintiendo un poco de incomodidad, sin saber el motivo.

Es un chico, se nota que es menor, tiene pareja, y yo tengo una prometida, no debería de pensar nada inapropiado menos cuando lo acabo de conocer.

La nena se calmo apenas la cargo, asi como sus enormes ojos negros me observaron antes de sostenerse de su padre.

Sonó mi teléfono, mire el remitente y gire los ojos.

—Debo irme, nos veremos pronto joven Seokjin, hasta luego...

—Hyejin.

—adiós pequeña Hyejin.

Sali de la pequeña panadería mirando el mercedes negro llegando al lugar, entre al auto y cerré la puerta alejándome de uno de los lugares que seria uno de mis favoritos ahora, espero a la esposa de Seokjin no le moleste.

Beauty Boy (Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora