7. Guns&Kisses

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-¡Llegué! - Lauren cerró la puerta del departamento mientras soltaba las llaves sobre la mesa - El Time Square estaba lleno de gente a pesar del frío, tardé años en poder cruzar - Se quejó la pelinegra mientras caminaba hasta la cocina, para encontrarse a Camila sacando algo del horno.

-No tuvimos eso en cuenta cuando nos mudamos a Nueva York. Específicamente a dos cuadras del Time Square, ¿Eh? - Bromeó mientras se giraba y depositaba un suave beso en los labios de su novia.

-Igualmente, no me arrepiento. Langley era tan aburrido - Lauren se quitó el abrigo y lo depositó en el perchero, en el mismo momento en que el teléfono comenzaba a sonar.

-¿Diga? - La ojiverde levantó el tubo mientras reía al observar como Camila se quemaba y maldecía en la cocina.

-Los necesitamos en Langley, ahora.

La joven miró a la castaña mientras soltaba un suspiro.

-¿Otra vez? Hace menos de dos meses que nos mudamos aquí y ya es la tercera vez que debemos ir, John - Protestó mientras Camila caminaba hacia ella con una ceja alzada.

-Lo sé, y lo siento. Estamos teniendo problemas, serán solo un par de días, Laur.

La pelinegra refunfuñó para sí misma mientras le daba el teléfono a Camila y se iba a la habitación para preparar los bolsos.

Cinco minutos después Camila estaba a su lado.

-Lo siento.

-No es tu culpa - Susurró mientras se ponía de puntillas para besarlo - No pueden vivir sin nosotras.

Camila soltó una risa mientras comenzaba a empacar también.

-Tienes razón.


***


-Amo los aviones - Susurró Lauren mientras se acomodaba en el pecho de su novia. Faltaba algo más de media hora para llegar a Langley, y la pelinegra estaba exhausta.

-Eres rara. Pero te amo igual - La joven soltó una risita y miró hacia arriba por entre sus pestañas.

Camila estaba nerviosa.

Al ser alguien siempre tan serena y controlada, el hecho de que estaba nerviosa era evidente.

-¿Estás bien?

-¿Ah? Ah, sí. Sí. - Y también estaba distraída.

La pelinegra la miró con una ceja alzada.

-Dímelo.

-Estoy bien.

-Camila...

La morena rodó los ojos y Lauren se incorporó en su asiento para mirarla de frente.

-Quería esperar hasta que lleguemos para decírtelo.

-¿Decirme qué?

Lauren observó como Camila se mordía el labio con el ceño fruncido.

-¿Vas a terminar conmigo? - Camila la miró consternado cuando la pregunta escapó de su boca.

-¿Qué? ¡No! Por supuesto que no, Ojitos - La pelinegra se relajó en el asiento antes de volver a la carga.

-¿Entonces?

-Yo quería preguntarte si... -


"Pasajeros, abrochen sus cinturones para comenzar el descenso"


La ojiverde se apresuró a abrochar el suyo, y se volvió a girar hacia Camila en menos de medio minuto.

-¿Preguntarme qué? - La curiosidad la estaba matando, y el hecho de que Camila se viera tan nerviosa no ayudaba.

-Yo...

-Cabello, si no lo dices ya te juro que - La pelinegra se calló de golpe cuando el avión comenzó a descender abruptamente, y se concentró en agarrarse bien del asiento.

-Respira y tranquilízate, Ojitos. Ya llegamos - Camila tomó una de las manos de la pelinegra entre las suyas, sonriéndole alentadoramente.

En menos de dos minutos, ya se encontraban bajando del avión, mientras Lauren iba mirando a Camila inquisitivamente.

-¿Sabes? La paciencia no es uno de tus muchos talentos, cariño - Camila le sonrió traviesamente.

-Definitivamente. Venga, Camila - Antes de que pudiera seguir hablando, el inconfundible sonido de una bala cortando el aire los hizo girarse hacia la derecha.

Por instinto, ambas se arrojaron al suelo, y mientras los gritos comenzaban a resonar en el enorme aeropuerto, tomaron las armas que traían encima.

-Allí - Camila señaló hacia un hombre vestido de negro que corría en la dirección contraria a ellas.

Sin dudarlo, ambas se precipitaron en aquella dirección.

-Mierda - La pelinegra resopló mientras corrían, chocando a unos cuantos desgraciados que pasaban por allí y evitando a la seguridad.

-¿Dónde mierda está? - Camila miraba hacia todos lados mientras intentaban encontrar nuevamente a la oscura figura.

-¡Camila! - El grito de Lauren fue lo único que salvo a Camila de recibir una bala antes de tirarse al suelo.

La muchacha, sin dudarlo apuntó la pistola por sobre su novia, a un punto negro que se movía a lo lejos y disparó.

El grito de un hombre herido fue todo lo que recibió en respuesta.

Camila se puso en pie y volvieron a seguir su carrera hacia el lugar en el que un hombre yacía en el suelo, con la pierna totalmente ensangrentada.

-¿Quién eres? - Camila lo tomó por el cuello mientras lo interrogaba, pero el hombre solo emitía quejidos de dolor.

-¿John? - Laur hablaba a su teléfono rápidamente, sin despegar la vista del hombre herido - Alguien nos disparó en el aeropuerto. Envía una ambulancia, está herido - Sin más cortó el teléfono, y se dedicó a explicarles qué sucedía a los alarmados (e inútiles) guardias de seguridad del aeropuerto.

Una vez que la ambulancia se hubo llevado al hombre de negro, Lauren se giró hacia Camila.

-Dime.

Camila soltó una carcajada mientras la abrazaba. Lauren sintió la dureza de la pistola apoyada en su cintura.

-Ni siquiera en estas circunstancias te olvidas, ¿Eh?

-Nop - Le respondió enfatizando la 'P' mientras lo seguía mirándolo fijamente.

-Quería pedirte que fueras mi esposa - La pelinegra abrió mucho los ojos mientras Camila se mordía el labio - Cásate conmigo, Ojitos.

Una risa se escapó de los labios de Lauren mientras se abrazaba a Camila con fuerza, rodeando la cintura de su novia con las piernas.

-Sí, sí, sí. Seré tu esposa, Camila Cabello - Le respondió ante la atónita mirada de la gente que se encontraba a su alrededor.

Hace dos minutos estaban disparándole a un hombre y ahora se estaban besando.

-Te amo, Lauren.

-Y yo te amo a ti, Cabello. Te amaré siempre.






***Fin***

¿Como que compañeras? (Cg!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora