CAPÍTULO XVI

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-Fernando:

Pasaron cinco días desde que la directora nos comunicó a todos sobre el torneo y la guerra. Cinco días desde que Ezra se me declaró en público. Seguía pensando que lo que hacía estaba mal, el no respetar mi decisión, a pesar de eso sabía que tenía razón en muchas cosas, como en que no podía eternamente negar mis sentimientos, pero tenía que hacerlo, por el bien de mi familia. Cuando Ezra dijo todas aquellas cosas finalmente acepté. Fueron segundos eternos para tomar una decisión. Elegí ir con él al baile y pasar una noche genial junto a la persona que por primera vez me hacía sentir todas aquellas mariposas en el estómago, sin embargo, también un último momento junto a mis amigos. Al darme cuenta de que Ezra no se detendría y de que mis sentimientos eran reales, tomé la elección de abandonar la escuela. No se lo dije a nadie, quería irme sin siquiera despedirme, si lo hacía no podría marcharme. Únicamente Silas y Luna estaban informados. ¿Por qué lo hacía? Por la salud de mi abuela. Prefería perder a Ezra que a ella, la mujer que me crio con amor desde que mis padres fallecieron. Ella y mi abuelo lo eran todo para mí, no podía perderlos. Ese torneo y el baile serían mis últimos momentos en Coven, los disfrutaría al máximo.

Eran las doce del día. El torneo comenzó a las nueve. Primero iban los guardias. Un montón de alumnos se inscribieron, ninguno sabíamos contra quién nos iba a tocar luchar, nunca se decía hasta el mismo momento. Todo era sorpresa, tanto para los espectadores como para nosotros. De paso se evitaba así que alguien hiciera un "Tonya Harding". Fue justo a las doce cuando se dio a conocer los siguientes participantes. Al fin había llegado mi turno y me enfrentaría a Ezra. Me pareció una ironía después de lo que pasó en la cafetería días atrás. En cuanto los nombres de los participantes fueron anunciados caminé hasta donde se realizaba el evento, a una especie de arena improvisada en medio del jardín trasero. El sito estaba lleno de gradas, las cuales hallaban repletas. Estas formaban un círculo, en él sería nuestra pelea. Me recordaba un poco a los coliseos, donde los gladiadores peleaban por sus vidas.

—Vaya, vaya. Hay que ver cómo es la vida, ¿no? —Ezra se encontraba frente a mí, en medio de la arena de combate. Se veía bastante entusiasmado.

—De alguna manera creo que sobornaste a Silas para que nos hiciera luchar. —Él agarró una espada que se encontraba en una esquina, en la sección de armas. Para las batallas de los guardianes tenían preparado un armamento, podíamos elegir lo que quisiéramos para la pelea.

— ¿Estás de broma? No tengo ganas de destrozar tan bello rostro. —Yo lo imité, aunque en mi caso lo que cogí fue un arco con un buen montón de flechas.

—Tranquilo, eso no pasará. —Le sonreí y caminé hacia una esquina del lugar, allí me correspondía estar hasta que Luna nos permitiera empezar. Ezra hizo lo mismo.

— ¿Estáis preparados? —preguntó Silas. Los dos gritamos: "sí", para que pudiera oírnos, ya que tanto él como Luna estaban bastante lejos —. ¡Pues que empiece el combate! Solo no olvidéis las normas. ¡Adelante! —El sonido de una campana se escuchó en todo el lugar, esa era la señal que necesitábamos para empezar.

La sonrisa de mi contrincante era inmensa y repleta de seguridad. Ezra era muy bueno, pero yo también. En ese entonces no éramos amigos y los sentimientos quedaban a un lado, nos volvimos rivales, enemigos hasta que uno de los dos cayera o se rindiera ante el otro.

Tomé el arco y apunté hacia el guardián que tenía frente a mí. Cogí una flecha y la preparé, estaba listo para esa batalla. En cuanto el estridente sonido se adentró en mis oídos solté la flecha sin dudarlo un solo segundo. Como no estaba seguro de si impactaría contra Ezra al instante tuve que lanzar otra rápidamente. Al ser un guardián tenía los sentidos y las habilidades más desarrolladas, por lo que coger, cargar, apuntar y disparar solo me tomó un par de segundos.

Coven I: El despertar - ✨Ya en físico ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora