Extra 1

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El cantar de los pequeños pájaros fuera de su ventana anunciaban el amanecer de otro hermoso día, el sol dejó que sus rayos se posaran sobre cada techo en la ciudad y hacían que cada gota de rocío brillará como si fuera un diamante, iba a ser un día perfecto, de eso estaba seguro el pequeño rubio dentro de la habitación al frente del enorme cerezo lleno de aves.

Hajun, como se llamaba el menor, se levantó de la cama en cuanto escuchó los sonidos afuera y el leve resplandor brillaba en sus cortinas. Buscó rápidamente una de sus medias, se le había perdido mientras dormía y el piso en la mañana era muy frío para caminar descalzo sobre él. Además, estaba seguro que a su madre no le iba a gustar verlo con los pies descubiertos, "¡te vas a enfermar!", ya lo podía escuchar.

──¡Te encontré! ──susurró victorioso, estaba debajo de su almohada, ¿cómo llegó allí?

Ni idea, pero la cuestión era que ya la había encontrado y ahora si podía salir de su cuarto, una vez se colocó la media, claro está. Hajun se bajó de su cómodo nido lleno del aroma de sus padres y casi caminó de puntillas a la puerta, la abrió con cuidado antes de asomar la cabeza, miró a ambos lados tratando de ver si había algún guardia o sirviente cerca, al no encontrar muros a la costa, salió.

Por suerte el piso de madera no rechinaba, aunque de todas maneras caminaba despacio y ligero para no despertar a nadie de las otras habitaciones en el pasillo, el cuarto de sus padres estaba al final, en donde las puertas eran más grandes con bordes tallados. Hajun tenía la difícil misión de pasar por el frente de todas las otras puertas para llegar a su objetivo.

No estaba muy lejos, pero duró un par de minutos llegar hasta la puerta corrediza de la habitación de sus padres, el menor apretó un puño en señal de éxito, nadie se despertó y ahora solo le tocaba entrar y meterse en el nido de los mayores, solo así sería el primero en felicitar a su madre por su cumpleaños, no podía dejar que otro le arrebatara ese derecho, iba a cumplir cinco años; sin embargo era más listo que los demás.

Hajun sonrió para sí mismo, iba a deslizar suavemente la puerta para tener una apertura en la cual meterse. Pero, la puerta se abrió antes de que pudiera tocarla, el pequeño rubio dio un salto del susto y casi cayó de trasero al suelo, eso definitivamente habría despertado a los otros, por suerte no gritó, aun así, fue descubierto en su plan, adiós a toda su planificación de horas.

──Enano, ¿qué haces despierto tan temprano? ──preguntó el mayor aún en el umbral de la puerta mientras miraba hacia abajo, Hajun quiso llorar, todo su esfuerzo no valió nada──, hey, no te pongas así.

El rubio mayor de agachó a la altura de su mocoso, ambos pares de ojos oscuros se miraron fijamente, un par más brilloso y lloroso que el otro, Hajun absorbió su nariz sin derramar lágrimas, sabía que no era culpa de su padre, pero de todas formas lo frustraba un poco.
                                                       
──Y-yo solo quería… ──La voz del menor se quebró y el rubio mayor no sabía qué pasaba, ¿fue una pesadilla? ¿Alguien lo molestó?, ¿Se cayó de la cama? Muchas preguntas, pocas respuestas.

──¿Jimin, que ocurre? ──preguntó una suave voz desde el interior del cuarto, Jimin arrugó un poco la frente antes de responder, pero entonces fue como si un "click" hubiera sonado en su cabeza, ya sabía que le pasaba a su renacuajo.

──Un intruso, al parecer, no le gustó ser descubierto. ──Jimin tomó al menor en brazos, regresó hacia dónde estaba su omega, sentado en la cama y secándose el cabello, por suerte la ventana fue abierta desde un rato y los aromas de ambos se habían ventilado.

──¿Hajun? ──Yoongi dijo confundido al ver a su pequeño en brazos del enigma, notó sus ojos aguados y se preocupó──, mi bebé, ¿que pasó?

Jerarquía 👑[Jimsu] [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora