La Mascara del Deseo

Capitulo [17]

STEPHANY VOLKOV

Estoy completamente desnuda, estoy abierta de par en par, mis piernas y manos están amarradas a los extremos de la cama, y tengo una maldita mordaza de bola que tiene entumecidas mis mejillas

Maldito, maldito

Entra nuevamente tiene la blusa blanca abierta, el torso marcado por algunos tatuajes, en la mano trae un látigo, empiezo a intentar gritar pero su risa se hace presente, cierra la puerta y viene a mi

El látigo viaja de mí mentón a mis pechos donde da un azote en mi pezon, me retuerzo de el dolor que provoca pero de igual manera mi vagina empieza a chorrear por el, por su contacto en mi piel, me quita con cuidado la mordaza

—¿Quien mierda te crees?,¿Christian Grey?—Le gritó molesta

—Puedo serlo, y tu puedes ser mi Anastasia Steele

Su boca se acerca a mis labios correspondo el beso pero cuando se intenta alejar le muerdo con todas mi fuerzas el labio hasta sentir el sabor amargo de su sangre, cuando lo suelto el se relame los labios gustoso y me mira con pura lujuria

—¿Quieres que sea masoquista?,bien—El látigo acaricia mi muslo derecho—Juguemos a verdad o azote

—Suéltame —Chasquea la lengua

—¿Me amas?—Me pregunta

—No—El azote me enrojece el muslo —Maldito..

—Tengo toda la noche

No respondo el empieza a mover él látigo hasta mi muslo izquierdo

—¿Me deseas?

—No—Respondo cortante

—¿Entonces por que te estas empapando?—Su vista viaja a mi coño—Hasta aquí veo lo mojada que estas por mi

Pasa su dedo indice por los pliegues para recolectar mis fluidos, su dedo sale brilloso lo chupa gusto y lo saborea

—Extraño tanto tu sabor—Gatea hasta mi coño, me alza para que su cara quede al mismo nivel

—Dylan—Sentir como su aliento choca con mi punto débil me hace estremecer —Esta mal, te vas a casar..

Empieza a lamer y succionar, su lengua se mueve de manera circular por mi punto débil siento como sus dedos se clavan en mis muslos para seguir comiéndomelo

—¿Me extrañaste?—Mete la lengua dentro de mi canal y se aleja para verme en espera de una respuesta—Mil noventa y cinco días sin ti se hicieron eternos

Empieza a introducir dos dedos y a estimular mi punto débil con su maldita lengua

—Suéltame..—Suplico—Necesito tocarte

El se separa de mi coño y empieza a repartir besos húmedos hasta llegar a mi boca

—¿Y si intentas escapar?—Sus manos se aprietan en mi cuello

—Me encontrarías..

El desata mis manos, cuando estoy libre lo estrecho en mi pecho y lo beso de una manera pasional su empalme duro roza levemente mi vientre, nos separamos jadeado a recuperar oxigeno, volver a sentirlo es una puta gloria, tenerlo nuevamente lamiendo y tocando mi piel

—Déjame otra vez y te juro que te corto las pelotas morkov'

Me gira colocándome en cuatro, hace aun lado mi melena larga, su dedo recorre el tatuaje que tengo en la columna, su tacto me eriza la piel, lo extrañaba tanto, saca su falo erecto empieza a rozarlo en mis nalgas