Nosotros

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Hoy es el cumpleaños de Yoongi y Jimin quería regalarle algo sin que se viera tan obvio que se lo daba porque le gusta, sino porque son buenos amigos y era el cumpleaños del rubio. Todo el fin de semana se la llevó buscando el dichoso llavero de kumamon que tanto mencionaba Yoongi, pero por fin lo encontró, lo envolvió y lo preparó para dárselo. Jimin llegó más temprano a la empresa, porque sabía que Yoongi siempre llegaba temprano, por lo que quería aprovechar para estar solos y que no le diera pena darle el regalo, además no sabía como iba a reaccionar, porque días antes le dijo que odiaba sus cumpleaños y era fastidioso andar abrazando a la gente hipócrita de la empresa.

—¡Yoongi! — saludó Jimin tímidamente desde su escritorio. Esperando a que Yoongi le regresará el saludo desde su oficina.

—Hola, hola. Te tiraron de la cama que madrugaste Park— Yoongi dejaba sus cosas y acomodaba su saco para sentarse.

—Si un poco, la verdad es que quería llegar temprano para felicitarte, ¡Feliz cumple!— El pelinegro se acercaba al lugar del rubio, sonrió y abrazo al mayor mientras que este estaba sentado en su silla giratoria y Jimin con su pequeña mano seguía escondiendo el pequeño kumamon detrás de él.

—Gracias, gracias, pensé que no te acordarías de mi cumpleaños, la verdad es que es un día más para mí, pero te agradezco— Yoongi miro a Jimin asentando la cabeza y apretando los labios.

—Bueno es que la verdad no sabía si felicitarte o no, con eso que uno nunca conoce tu carácter odioso— soltó una sonrisa, y extendió su mano enfrente de Yoongi, para mostrar al pequeño kumamon en una cajita con un pequeño moño azul.

Yoongi salto los ojos y no sabia si ver al kumamon o a Jimin, pero los ojos se le salían de la emoción, al instante no supo que hacer. Y solo movía su cabeza de arriba hacia abajo.

—Gracias Jimin, me gusta mucho, que no se si sacarlo de la caja o dejarlo ahí— Yoongi se levanto de su silla y le dio un abrazo fuerte a su compañero.

El menor pensó en abrazarlo con mucha fuerza, pero su emoción retenida y corazón lo detuvo y solo le dio pequeñas palmaditas en la espalda.

—Que bueno que te gusto, porque no sabía si era tu favorito, pero bueno espero y decidas pronto donde lo pondrás.

—Claro que es mi favorito, por kumamon vivo y por kumamon moriré— el pálido acomodaba al pequeño kumamon en su escritorio.

El día casi terminaba y esa fue la única interacción que tuvieron. Tanto Yoongi como Jimin, coincidieron en el elevador y bajaron juntos, Yoongi propuso llevarlo a casa, pero el menor no accedió y prefirió ir solo. Pasaron unos cuantos días y no paso nada relevante. Pero justo una semana después Yoongi llego emocionado con Jimin y le dijo que adivinará donde había colgado a kumamon. Es obvio que Jimin ya sabia donde lo había puesto, ya que para eso lo compro. El pequeño llavero colgaba de las llaves del carro de Yoongi y una sonrisa de oreja a oreja les salió a los dos.

—Era obvio que lo ibas a sacar de la caja, y mas obvio que lo pusieras en tus llaves del auto— Jimin se recargaba en el escritorio de Yoongi

—¿Acaso tan fácil soy de descifrar? o tal vez eres brujo— señalo a Jimin y soltó una risa

—Claro que si, soy brujo y yo se todo— decía el pelinegro agarrando las llaves del mayor.

Le regreso las llaves, rozando las manos grandes y pálidas de Yoongi, el mayor reacciono y tomo las manos de Jimin y lo jalo para estar frente a frente. 

—Sabes Jimin, quería hacer algo, pero es mejor que salgamos del trabajo, te espero hoy en mi auto— El rubio se fue a su escritorio y siguieron con su jornada laboral.

Fue momento de salir y las manos de Jimin sudaban y temblaban, no sabia si ir con Yoongi o mejor solo despedirse y decirle que no podía subir a su auto, sabia que tarde o temprano tenía que confesarse, pero si lo hacía podría estar en problemas, además no se quitaba la idea de la cabeza de que su amor era imposible porque había una relación concretada entre el mayor y alguien más, él no quería ser el segundo ni mucho menos dañar a alguien más. Pero sabía que estar a solas con Yoongi, podía salir o muy bien o muy mal, ya fuera que el rubio lo rechazará o que aceptará su amor, pero lo más probable es que terminaría con el corazón roto. Así que decidió terminar esto una vez e ir al auto del mayor.

Yoongi estaba fumando recargado en su auto, esperando y doblando las mangas de su camisa blanca, mientras que el humo a tabaco salía de su boca y sus mejillas comenzaban a tornarse color rosado, por el día nublado que estaba haciendo.

—Vamos sube al auto Jimin— Yoongi terminaba su cigarrillo y tiraba la colilla para apagarlo antes de abrir la puerta.

—No, espera Yoongi, prefiero ser sincero y no avanzar esto, además tengo cosas que hacer— el menor guardaba sus manos en su abrigo y se acercaba a Yoongi, hasta quedar casi de frente con él.

—La verdad es que me gustas, pero se que tienes una novia linda y pues además yo soy hombre, no soy nada guapo, ni tengo un cuerpo alto como el tuyo, pero la verdad es que el tiempo que pasamos juntos lo aprecio mucho y es muy agradable, pero no quiero confundir sentimientos, además siento que ni eres mi tipo, que solo eres un capricho, pero quiero confesarme, para que me rompas el corazón y saber que entre tú y yo jamás habrá nada, se que sueno patético, pero no quiero que nuestra amistad termine, pero tampoco quiero que me veas como un simple compañero del piso 7, quiero ser algo más, pero se que es imposible, así que rechaza mis sentimientos por favor— Jimin levantaba la miraba hacia Yoongi y en ocasiones bajaba la mirada y jugaba con las manos nerviosas dentro de las bolsas de su abrigo, su cara se comenzaba a tornar rosada, pero no sabía si era por el frio que le congelaba y soplaba sobre él  o solamente eras sus emociones a flor de piel.

—Jimin— hizo una pausa —Sabes que duele y me pega en mi ego que me digas que soy un capricho y que ni soy tu tipo, pero siento lo mismo que tú, es complicado por sé que tengo a alguien, pero no te sales de mi maldita cabeza— el rubio se tocaba la cabeza algo confundido y serio.

Yoongi cambio la situación y estiro su mano derecha, jalando a Jimin hasta quedar pegados pecho a pecho, enseguida subió su otra mano y la coloco en la cara del pelinegro, acariciando delicadamente el contorno de su cara y lo beso rápidamente, su beso empezó un poco lento y lleno de cariño, el aliento de ambos estaba completamente caliente, el olor de Yoongi a tabaco y perfume inundaban las fosas nasales del pequeño, mientras que Jimin comenzaba a rodear la cintura de su superior. Pegándose más e intensificando más el beso, las manos grandes de Yoongi apretaban su mano y jugueteaban de vez en cuando con sus dedos, y la otra mano paseaba dentro del cabello del menor, el agarre de Jimin se hacia cada vez más fuerte y no quería que se separaran ni por un segundo. Sabía que estaba mal y que las cosas que estaba haciendo no eran las correctas, pero el beso y sus sentimientos confundidos no lo dejaban separarse.

—Oye Jimin, me gustas mucho, pero creo que esto no es correcto— Yoongi se separó lentamente de él.

—Lo sé, se que esta mal y no quiero causarte más peleas de las que ya tienes con tu novia, no quiero que por una confusión dejes lo que de verdad importa en tú vida— Jimin tomó aun más distancia.

—Sabes, vamos a casa, te voy a dejar, y dejemos esto por ahora, tenemos cosas por resolver, no quiero que nuestra amistad termine de una manera en la que sea incomodo estar juntos, así que hay que dejarlo por ahora, ¿Esta bien?— Yoongi sacaba otro cigarrillo y lo colocaba en su boca mientras abría la puerta de su auto y sacaba el llavero con el pequeño kumamon

—Si esta bien, vayamos a casa, cada quien tiene cosas que resolver.

Piso 7Donde viven las historias. Descúbrelo ahora