01.conocerse

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Juanjo

Me acababa de levantar, y lo primero que hice fue encender mi móvil. Sinceramente, es mi rutina de cada día, pero esta vez algo había cambiado. Entré a Instagram y lo primero que vi fue un post de la cuenta de Ruslana. En la foto aparecía la persona atractiva que me encontré ayer. No voy a mentir, me puse a stalkear. Entré a los comentarios, y me encontré con el protagonista de la foto, el chico atractivo. Se llamaba Martin. Era el único que había comentado, así que supe que era él. Entré a su perfil y estuve dudando en si seguirlo o no, cuando de repente mi móvil empezó a vibrar. Me estaba llamando Álvaro.

-Dime.-

-Holaa, bonitoo!! Buenos días.-

-¿Qué quieres, Álvaro?-

-Oye, tampoco te pongas así, que tengo buenas noticias.-

-Lo siento, es que son las 9 de la mañana y me acabo de levantar, Alvarito.-

-Bueno, como sea. Hemos quedado para salir esta noche también.-

-¿Cómo que "hemos quedado"? ¿En qué momento...?-

-¿Te acuerdas de la chica de ayer, la que bailaba conmigo y que te ayudó a llevarme al baño? Se llama Ruslana.-

-Me acuerdo.-

-Bueno, pues como nos caímos tan bien, he quedado con ella y con sus amigos. Vamos a salir para socializar un poco con la gente del pueblo, que nos hace falta un poco de vidilla.-

En ese momento, mi corazón se aceleró. Iba a ver otra vez al chico atractivo, a Martin. Pero, ¿qué me estaba pasando? ¿Por qué me ponía así si ni siquiera lo conocía?

-Ok, pues ya me dirás dónde y cuándo quedamos. Chau.- Colgué, intentando disimular las ganas que tenía de volver a salir, pero me repetía que no era por el chico atractivo; eso solo era algo físico... ¿verdad?

Martin

La resaca de la noche anterior me tenía prisionero en la cama, con la cabeza latiendo como un tambor. Lo peor era esa sensación incómoda en el pecho, como si algo estuviera fuera de lugar, pero no lograba identificar qué. Las imágenes de la fiesta eran un borrón en mi memoria, una mezcla de luces, música y... ¿qué más? No lograba recordar con claridad.

-Martin, levántate ya!- La voz de Ruslana me sacó de mi ensimismamiento. Ella, Chiara y yo compartíamos piso, y hoy parecía más animada que de costumbre. La noche anterior había estado bailando sin parar con Álvaro, un chico que habíamos conocido, y parecía haber conectado con él de inmediato.

-¿Qué tal la cabeza, campeón?- bromeó Chiara, lanzándome una almohada. Sabía que estaba de resaca, y el tono de su voz lo hacía aún más evidente.

-Fatal... y lo peor es que no recuerdo casi nada de lo que pasó anoche- admití, dejándome caer de nuevo en la cama.

Chiara arqueó una ceja con una sonrisa divertida. -Eso explica por qué parecías tan perdido toda la noche. Estabas en tu mundo.-

Fruncí el ceño. -¿Perdido? No sé, supongo que sí. La verdad es que todo es una nebulosa.-

Ruslana, que había estado mirando su móvil, se acercó y me mostró una foto en Instagram. Era de la fiesta, y se veían ella y Álvaro bailando en el fondo. No me acordaba de casi nada. Intenté recordar algún detalle, pero mi mente estaba en blanco.

-Fue una fiesta muy caótica- comentó Ruslana con una sonrisa. Sentí un nudo en la garganta, pero no quería que ellas se dieran cuenta de lo frustrado que estaba por no recordar nada. Decidí no decir nada. No quería preocuparlas, y tampoco tenía sentido hacer un drama por algo que ni siquiera recordaba bien.

-Bueno, esta noche tienes otra oportunidad para recordar- dijo Ruslana, mostrándome su móvil con un evento marcado en la pantalla.- Álvaro quiere que todos nos reunamos otra vez. Esta vez será más tranquilo, en un bar del centro. ¿Te apuntas?

Asentí, aunque sin mucho entusiasmo. Lo cierto es que no me hacía mucha ilusión repetir la experiencia, pero tampoco quería quedarme solo en casa.

-Claro, ¿por qué no?- respondí, intentando sonar casual, aunque en realidad solo quería olvidar lo que fuera que me tenía tan intranquilo.

Juanjo

Ya era de noche, y me preparé con mi mejor camisa, una negra con los primeros botones desabrochados, y un pantalón tejano. Estaba listo y no voy a mentir, tenía muchísimas ganas de ir.

Quedamos en que Álvaro y Bea vendrían a mi casa media hora antes de reunirnos con Ruslana y sus amigos, así que ya estaban por llegar. Justo entonces, picaron a la puerta.

-Hola, chicos. ¿Preparados?-

-Sí, pero antes déjame ir al baño, que me estoy meando- dijo Álvaro.

Nos quedamos Bea y yo a solas, y me acordé de ayer y de la chica nueva.

-Ayer no me dio tiempo a preguntarte, ¿Qué tal te fue con tu "churri"?

-Primero de todo, no la llames "churri" que es rarísimo de cojones; segundo, tengo chismee- dijo Bea con mucha emoción.

-¡Lo sabía, lo sabía! ¡Cuenta, cuenta!-

-Pues fui, hablamos, y ahora tengo una cita.-

-¿Y ME LO DICES ASÍ DE TRANQUILA? -Le contesté, muy emocionado. La verdad es que me alegraba mucho por Bea. Todavía recuerdo el día en que le rompieron el corazón, y desde entonces siempre ha tenido mucho miedo de volver a conocer a alguien. Por eso estaba tan orgulloso de ella.

-¿Qué pasa aquí, cuánta emoción?- entró en la conversación Álvaro, que ya había vuelto del baño.

—Bea, que ha ligado!!-

—¡OLE, OLE, OLE! —Álvaro empezó una especie de ritual cantando y bailando con Bea. Estábamos locos, pero eramos felices.

Se nos pasó el tiempo volando, y ahora teníamos que correr para llegar al bar donde habíamos quedado con los de ayer.

Martin

Estaba en medio de una conversación con Chiara cuando la puerta del bar se abrió. El sonido de la campanilla llamó mi atención, y al girar la cabeza, vi entrar a Álvaro y sus amigos.

No reconocí a ninguno de ellos. Supuse que debía ser por la resaca o por lo poco que recordaba de la noche anterior. Entre el grupo, uno de los chicos parecía particularmente llamativo, con una camisa negra y aire relajado. Pero no me detuve demasiado en él; simplemente asumí que era uno más del grupo.

Mientras ellos se acercaban, intenté recordar algo, cualquier cosa de la noche anterior, pero nada. No sabía qué sentir respecto a todo esto, ni siquiera me sentía particularmente interesado. Me limité a seguir la conversación y a no darle más vueltas al asunto.

Cuando Álvaro hizo las presentaciones, Juanjo —el chico de la camisa negra— me estrechó la mano con una sonrisa amable. Yo le devolví el gesto, pero sin mucho más que añadir. Me sentía extraño; algo en él era familiar, pero no lograba ubicar de qué. Preferí ignorar esa sensación y seguir adelante.

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HOLII, ya está empezando lo bueno de la historia os lo prometo jijiji

Gracias por leer

Besiiitos

Ariii <3

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⏰ Última actualización: Aug 13 ⏰

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