★ - Susurros

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Narrativa por Ford

Estaba en el sótano donde se encontraba Bamboleos con la barriga abierta mientras formábamos un círculo; Dipper, Stanley y yo. Nos mirábamos entre todos sin saber que hacer hasta que Stanley dio un suspiro que rompió el silencio incómodo.

— Aún no entiendo porqué hemos hecho esto.— Hablo Dipper mientras se giraba cruzandose de brazos mientras aún tenía en su pequeña mente la escena de cortando la barriga de Bamboleos.— Mabel ya no nos va a ver igual.

— Esa lluvia era extraña y Bamboleos estaba raro, no podíamos dejarlo pasar.— Le dije aún con mi voz tranquila girándome hacia el lado de Dipper mientras mi hermano hacía lo mismo.— Era como fuego la lluvia, casi nos quema vivos.

— Vale, ahora dejar de hablar de los misterios una vez por vuestra vida y centraos en qué le vais a decir a Mabel, suficiente tiene con soportaros.— Refunfuñó Stanley mientras nos miraba enfadados.

Lo que decía era cierto, era nuestra culpa y ahora estaba Bamboleos muerto, o bueno lo estaba porque en seguida vimos a Bamboleos caminar por el suelo mientras hacía sonidos de cerdo. Todos nos miramos sorprendidos, sin palabras.

Aún que fue Stanley el primero en actuar agarrando a Bamboleos y mirándole si tenía alguna cicatriz, ninguna, ningún rasguño ni quemadura.

— Pero que... — Se callo justo en la parte que iba a decir "mierda" recordando que teníamos a Dipper al lado.— Voy a avisarle a Mabel.

Y tan pronto que se iba, apareció Mabel en la puerta lanzándose a por Bamboleos como si ya supiera lo que iba a pasar, se le veía con ganas de llorar mientras reía.— ¡Bamboleos, no sabía que ibas a estar vivo! Si que funcionó.— Lloriqueo Mabel.

— ¿Mabel, como que si funcionó, le diste algo?— le pregunté con curiosidad mientras ella se veía nerviosa aún con sus lágrimas en la mejilla.

— ¿Que? No no, lo dije porque ehh antes había dejado una piedra, ¡Esa misma de ahí!— Dijo señalando la piedra con ojos mal pegados.— Bueno yo me voy ya no quiero que le volváis a abrir la barriga, ¡Nunca más!

Y con esa últimas palabra desapareció por la oscuridad. Todos nos quedamos de nuevo mirándonos sin saber el porqué de esa situación. Aún que Stanley fue el primero en irse Dipper y yo nos quedamos en la sala, sentados en una silla cada uno.

— ¿Que crees que significaba lo que ha dicho Mabel?— Me pregunto Dipper mientras veía las herramientas que usamos.— Un cerdo no se regenera así de rápido, ¿Y si es obra de Bill?

— Niño, parece que eres el más traumado con Bill— Di una carcajada mientras le agarraba el hombro.— Bill nunca haría algo así por esta familia y ya no está aquí, ¡No hay de que preocuparnos!

Dipper se mantuvo callado, como si tuviera algo que contar que no quería y se notaba por su lenguaje visual que estaba nervioso.

— ¿Dipper, no tienes nada que contarme?— Con la silla me acerque a el, poniendo su cabeza en mi hombro.

— Tiene que ver con hace un rato, en el vertedero.— No le respondí, dejé que el terminase la frase.— La marioneta rara que tiraste se iluminó uno de sus ojos cuando le cayeron gotas, supongo que será por qué se quemó la madera.

— Que... Tenemos que ir ahí, Dipper.

Y sin pensarlo dos veces, le agarre del brazo subiendo al coche viejo, al principio no arrancaba cosa que me desespero pero al final ya funcionó.

Fue un viaje largo por lo estresante que fue ya que casi nos llevamos a una persona por encima del coche por la velocidad que íbamos, aún que ella parecía que quería que le atropellemos.

Por fin llegamos, aún habían charcos de la lluvia que había antes y evitamos a toda costa estar en ellos. Buscamos la marioneta por todos lados y en ningún lado estaba y cuando digo en ningún me refiero a que vimos incluso por dentro de la chatarra.

Al saber que no había nada fui con Dipper, quien estaba puesto con su gorra en la cara evitando que se le viese.— No quiero ver a nadie, ¡mucho menos a Bill!— se quejó el joven.

Sabía que estaba enfadado, tanto esfuerzo para que con una simple lluvia se jodiera todo, le di unas cuantas caricias en el pelo indicándole que ya nos íbamos. Cuando se puso de pie nos dirigimos hacia el coche, el de copiloto y yo en el asiento del piloto (no de avión, claro).

Por fin llegamos a la cabaña del misterio y cuando nos adentramos no había nadie, solo Mabel quien estaba con una nota amarilla que no se veía que ponía, era raro ya que cuando se dio cuenta que me acerqué a ella se puso nerviosa y puso la nota en su boca.

— !Mabel, escupe eso!— le di palmadas en la espalda para que no se atragantase pero acabo tragándose el papel. Le mire con una expresión de decepción y ella se encogió de hombros.

Tío ford, ¿puedes ir al bosque donde se ve la luna desde un sitio muy alto? Como si fuera un valle.— Me dijo mirándome directamente a los ojos.— Quiero invitar a alguien que me gusta ahí pero quiero saber que no hay nadie y confío mucho en ti.

Dipper no estaba, se había subido arriba si no seguro que se lo pedía a él. No me gustaba esa idea pero igualmente sabía que si no Mabel no me hablaría, igualmente aire fresco no viene mal ni mucho menos ver la luna llena.

— Aceptó, solo si duras más de 1 semana con ese chico.— Bromeé mientras reía y dejaba cosas en una mesita.

Mabel estaba callada, como si yo me hubiese equivocado en algo ya que estaba algo incomoda.

— O chica, quien te guste.— Le sonríe mientras ella me miraba feliz.

Me puse ropa diferente, ropa discreta no muy llamativa y me dirigí hacia la puerta.— Por cierto, aleja a Bamboleos del sótano.— Y con esas últimas palabras me fui hacia aquel sitio.

Cuando llegue no había nadie, solo un viento llamativo y la luna estaba un poco amarilla apagada cosa que era extraña.

Estaba tranquilo, fácilmente me podría haber dormido hasta que escuche un susurro detrás de mi oreja.

Era imposible, no, no era el. O eso quiero pensar.

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⏰ Última actualización: Aug 20 ⏰

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𝙐𝑛𝑡𝑖𝑙 𝙔𝑜𝑢 𝘼𝑐𝑐𝑒𝑝𝑡 ! - 𝘽𝑖𝑙𝑙𝙁𝑜𝑟𝑑⋆⭒˚.⋆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora