Entre Redes

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Abigail

En la clase estoy algo distraída, Madame Clarisse me ha corregido más veces hoy que en los casi cuatro años que llevo aquí, pero es inevitable, haber bailado con Alex creo que lo ha cambiado todo. La manera en la que me tocaba, como sus manos se aferraban a mi cintura, no hacía falta que le repitiese dos veces como debía sujetarme... ha sido como volver a bailar con Cameron, y todavía no he podido decidir si eso es bueno o es malo.

- señorita Waldorf, no sé qué narices le está pasando hoy, pero o se adelanta a la música o se atrasa – me habla la profesora realmente cabreada parando la música por cuarta vez mientras Zack me mira resoplando.

- ¿de verdad no puedo hacer este baile con Regina? – replica molesto cruzándose de brazos y mirándome mal – con ella no fallo ningún movimiento, nos compenetramos mucho mejor, y Regina no se adelanta a la música.

- Oye idiota, que un día malo lo puede tener cualquiera, ¿o no recuerdas cuando me dejaste caer al suelo? – le digo enfrentándome a él cabreada, no me puedo creer que tenga la cara de venir ahora con esas después de lo desastre que es él – y no me vengas con que te distrajiste porque te estaban mirando, eres un bailarín y se trata de que te miren

- De primeras, a mí no me insultes, si eres una inepta para la danza no es mi problema, tener un apellido conocido no debería ser suficiente motivo para que te dejen entrar en una universidad como esta – me rebate y juro que me da exactamente igual que mida dos metros, solo quiero saltar sobre él y estrangularlo.

- Por ahí sí que no paso, aquí el único inepto eres tú, que hasta un jugador de voleibol que no ha bailado en su vida sabe hacer los pasos mejor que tu – esta vez el enfado me sale hasta por las orejas, siento que estoy toda roja, que voy a estallar de rabia, y como se le ocurra abrir la boca le lanzo una de las puntas a la cabeza, lo juro por dios.

- ¡Ya está bien los dos! No pienso permitir este comportamiento en mis clases – por suerte para Zack la profesora nos detiene y respiro hondo y profundo – hoy estamos cansados, por lo tanto, vamos a dejar estar el ensayo, pero mañana o ambos vienen dispuestos a bailar juntos y con energía o los descalifico y ninguno podrá optar a la plaza del campeonato nacional donde están los ojeadores de las compañías, ¿ha quedado claro?

- Si Madame Clarisse – ambos hablamos al unísono bajando la cabeza, cada uno coge su bolsa y mientras bebo agua adelanto a Zack dándole un golpe en el brazo, no lo soporto, ni a él ni a Regina. Ambos piensan que estoy en esta universidad por el apellido de mis padres, pero no es así, me esfuerzo día a día para no rebajar el nivel, y me recuerdo que sí que merezco estar aquí, que ninguno de ellos tiene razón, que de no ser porque bailo bien jamás habría podido entrar en una universidad como esta.

Salgo de la ducha como nueva, camino enrollada en la toalla por la residencia hasta mi habitación y tras ponerme cómoda saco mi comida de la nevera para calentarla. Los domingos aprovecho para prepararme todo el menú de la semana y dejármelo listo en la nevera, para que días como hoy que llego justo a la hora de comer pueda hacerlo enseguida y no deba ponerme a cocinar a estas horas.

Después de comer decido ponerme a estudiar y adelantar algunos trabajos, me gusta ir por delante de las fechas de entrega, así me sobra más tiempo para estudiar y ensayar en mis ratos libres. A media tarde, mi teléfono vibra y lo miro por primera vez desde que me he puesto a estudiar, veo un mensaje y una sonrisa que todavía no comprendo porque aparece, se instala en mi cara al ver quien me lo ha enviado.

"Aquí te espero mi cisne blanco"

"ubicación"

Algo dentro de mí se remueve al leer el apodo por el que me ha llamado, refiriéndose al ballet del Lago de los cisnes, lo que todavía no puedo comprender es como ha sabido que es mi ballet favorito si yo no se lo he dicho.