Sentimientos en conflicto; celos y traiciones

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- estás segura que te quieres quedar pregunto su padre

- si además que puede pasar los vecinos están en sus casas y puedo gritar

- Hela no es gracioso - su madre tomo su bolso - será mejor que vayas con nosotros

- mamá, te prometo que voy a estar bien y después de todo solo son unas horas que van a estar fuera tengo el número de la policía voy a estar bien

Su madre de Hela acarició su cabello - bien cariño, pero regresaremos a media noche y estarás bien cielo


- si mamá les aseguro que no voy a salir a ninguna parte


- bien Hela tiene nuestros número

- no soy una niña papá



- bien entonces no vamos cariño - sus padres salieron



Tenían una cena en el trabajo de su padre solo que ella se había negado diciendo que estaría estudiando pero no dijo que, se sentó en la silla frente a su mesita de trabajo con.l ella la llamaba

*Es extraño creo que el imitador tiene fechas en las que ataca las primeras fueron en las que atacó la gente, yo era un niño cuando lo ví todo, ese chico los visitaba si fue un accidente la empujó por las escaleras ella rodo unos metros, lo demás dejo de ser accidente la verdad es que J

¡ La hoja está rota ! Estaba escrito el nombre y la ¡Hoja estaba rota! Tenía por fin una pista y la Hoja ¿ Estaba rota? Una J, la inicial del imitador y tantos nombres con J.

Guarde la libreta y lo que había descubierto para no quería pensar en nada más me coloque los audífonos cerré los ojos





-¿Hela? -

Escuché muy vagamente mi nombre además de sentir alguien en mi cuarto, mi mente pensó que estaba soñando.

Hela siguió fingiendo dormir, pero su corazón latía con fuerza. Podía sentir la presencia de Addam en su habitación, aunque no lo había visto entrar. Se dio cuenta de que estaba sentado a su lado, mirándola con intensidad.

De repente, Addam se inclinó y le susurró al oído: "Sé que estás despierta, Hela. No puedes ignorarme para siempre". Hela se estremeció al sentir su aliento cálido en su oreja.

Le quitó los audífonos y los dejó en la mesita de noche. Addam sonrió y se acercó más a ella, hasta que su rostro estuvo a solo unos centímetros del de Hela.

-- ¿Qué quieres, Addam? -le preguntó Hela, sin abrir los ojos

-- Quiero hablar contigo -respondió Addam- quiero saber por qué me ignoras ¿Es por lo que pasó en la fiesta?


Hela abrió los ojos y lo miró, intentando ocultar sus sentimientos Addam la miró con tanta intensidad que Hela se sintió incómoda.


-- ¿Por qué debería importarme lo que hagas? - Hela, intentando sonar indiferente.



Addam sonrió y se acercó más a ella. Hela podía sentir su corazón latiendo con fuerza, y su respiración se aceleró.



-- Creo que te importo, Hela -le susurró Addam y tú también me importas a mí.




Hela intentó levantarse de la cama, pero Addam la sostuvo firmemente por la cintura, impidiéndole moverse. Se acercó más a ella, su rostro a solo unos centímetros del de Hela. Ella se puso nerviosa, sabiendo que estaban solos en la casa y que sus padres no estarían de regreso hasta tarde.

La Dalia Negra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora