Bajo el resplandor de los neones titilantes y el constante murmullo de la multitud, las calles de Las Vegas cobran vida en la oscuridad de la noche. Las luces parpadeantes de los casinos iluminan el pavimento, atrayendo a los incautos con destellos de promesas y riquezas fugaces.
Grupos de amigos se pasean con copas en la mano, risas desenfrenadas y miradas llenas de complicidad, mientras que solitarios en busca de fortuna caminan con paso decidido hacia su destino en algún casino.
El aroma a cigarrillos y perfumes caros se entremezcla en el aire, creando una atmósfera embriagadora que envuelve a los visitantes en un abrazo seductor y tentador. Las fachadas de los edificios brillan con anuncios luminosos de espectáculos extravagantes, cenas de lujo y fiestas exclusivas, prometiendo una experiencia única y desenfrenada que solo Las Vegas puede ofrecer.
Janet Parker miraba con desánimo a través de la ventana de su limusina a los artistas callejeros que desplegaban sus habilidades ante una audiencia efímera, mientras vendedores ambulantes ofrecían souvenirs kitsch y recuerdos de una noche que muchos querrían olvidar.
Fang Lee veía los letreros neones con un poco más de interés, hasta que se percató de la expresión desanimada de su novia. Suavemente colocó su mano sobre la de la chica, quien al sentir el toque gentil lo miró.
—¿Todo bien? —preguntó con tono comprensivo.
La peli-azul hizo una mueca. No podía ocultar lo nerviosa que se sentía.
—Sí, estoy bien. Es solo que... nunca antes había asistido a una fiesta así —respondió apretando ligeramente su mano.
La cantante iba camino a una fiesta exclusiva de las élites de la industria musical. Como vocalista principal de los Good Randoms, había sido invitada. En un principio, la idea la emocionó, pero se desanimó cuando los demás miembros de la banda informaron no poder asistir. Ella también iba a desertar entonces, pero, prácticamente se vio obligada a asistir.
Cuestiones de formalidad. Iba a ser grosero si no aceptaba particularmente ella la invitación. Sus representantes no la dejarían manchar su reputación. De manera que le daba miedo ir sola y por eso había pedido a Fang acompañarla.
Fang si bien no era músico y las personas invitadas a esa fiesta solo eran personas del mundo de la música, no había problema, pues asistía como invitado especial de Janet. Por ser un actor reconocido, también era del mismo estatus social.
—Me alegro de que hayas venido conmigo. Gracias —le mencionó con una sonrisa dulce. El chico representaba un gran apoyo para ella, tanto en su vida profesional y como personal. Respiró profundamente, intentando calmar sus nervios.
—Sé que si estoy contigo, todo va a salir bien.
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No tardaron en llegar más que un par de minutos. La limusina se estacionó afuera de un casino. El letrero: “Ares Casino” resplandecía bajo el manto oscuro del cielo.
Al entrar, fueron recibidos y posteriormente escoltados por un grupo de caballeros uniformados de negro.
—Señorita Parker, señor Lee; sígame, por favor.
Mientras eran guiados, Janet ponía atención al sonido de las máquinas tragaperras mezclado con risas exaltadas y el tintineo constante de monedas, creando una sinfonía caótica pero seductora para los clientes que los envolvía en un éxtasis de emociones.
La mayoría no le prestaban atención a las celebridades. Los ludópatas estaban demasiado absortos en sus juegos.
Al final, terminaron siendo llevados a un tipo de cuarto secreto del casino, escondido entre la bodega y un mostrador. Al ingresar, pasaron nuevamente por otra puerta que llevaba a una especie de sótano. Incluso desde arriba, el ruido de la bocina sonaba con potencia, como si ya estuvieran en la fiesta.
—Gracias —expresó Fang con una sonrisa.
—Disfruten la fiesta —respondió el jefe del equipo de seguridad.
Janet tomó la mano de Fang mientras bajaban, algo abrumada por el sonido, aunque poco a poco se iba acostumbrando.
Ambos notaron de inmediato el ambiente un tanto... Peculiar. Por algo era una fiesta exclusiva y la seguridad era han meticulosa.
Janet se sorprendió por lo que vio. Fang no tanto. Esperaba algo así.
Por supuesto, varios artistas de mucho renombre en la industria estaban ahí, hablando unos con otros casi como si fuera una fiesta común pero, claro, también estaban las bebidas alcohólicas, que muchos ya habían sido afectadas por ellas. El ambiente además estaba cargado de olor a alcohol, humo de cigarro que parecía neblina, etc. Otros tantos, si no es que la mayoría, estaban consumiendo toda clase de drogas.
La oji-azul se sintió de inmediato abrumada y se pegó a Fang, abrazando su brazo. Él la tomó de los hombros.
—Tranquila, yo te cuido —avisó en tono cálido, buscando reconfortarla.
—Todo se siente tan... intenso —expresó mirando a su alrededor, observando a los artistas y celebridades que parecían moverse en ese mundo con tanta naturalidad. Resultaba shockeante para ella ver a algunos colegas suyos inyectándose quién sabe qué y a otros aspirando polvos blanco.
—Tomémonoslo con calma. Ven, vayamos a un lugar más tranquilo.
Fang la guió a otro lado un poco menos cargado de humo y con menos ambiente de drogadicción. Un área más “safe” de la fiesta, por decirlo de alguna manera. Tenían que socializar, así que buscaron con la mirada con quién hablar.
Para su suerte, se les acercó un joven pelirrojo de cabello largo.
—¡No puede ser! ¿Janet de los Good Randoms? ¡Qué gusto! Y... ¡Tú eres Fang! El actor, ¿verdad? Ah sí, ¿ustedes están saliendo, no? ¡O bueno, es lo que dicen en redes! —saludó el chico casi de manera atropellada. Por poco y ninguno de los dos captaba todo.
—¡Vaya, Draco! Qué gusto conocerte por fin igualmente —respondió la chica con una amplia sonrisa, sorprendida y aliviada mientras le tendía la mano y la estrechaban.
Jamás había tratado con al famoso Draco Johnson en persona, pero conocía su reputación así como él la de ella. Parecía ser de primera impresión un sujeto agradable.
—Sí, somos pareja. Le pedí a Fang que me acompañara hoy —explicó mientras su novio estrechaba la mano con el guitarrista.
—Un gusto. Fang Lee para servirte.
—¡Ah! ¡Lee! Qué apellido tan más extraño —opinó mientras inconscientemente retenía la mano del otro.
—Es chino —declaró el peli-azul para luego soltar suavemente su mano.
—Ah claro, ya decía yo —respondió sin más, aunque daba a entender que los rasgos físicos del asiático ya lo delataban—. La verdad es que los vi un poco perdidos y me acerqué para hablarles un poco. ¿Quieren hacernos compañía a mi novia y a mí un rato? Estamos un poco aburridos y nos haría bien charlar con alguien, ¡y qué mejor que otra pareja! —declaró sonriendo ampliamente.
—¡Por supuesto! tu invitación suena perfecta —contestó la chica mirando a Fang, quien asintió—, sería un honor acompañarlos. Es un placer poder estar aquí y convivir con otros artistas como nosotros.
—Síganme, es por aquí —indicó el pelirrojo para guiarlos a donde su novia lo esperaba.
Janet y Fang lo siguieron de cerca. La peli-azul estaba emocionada y se sentía más segura por convivir con otra pareja. Fang se mantenía a la expectativa.
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Secret Swingers - Melodie×Janet, Fang×Draco
FanfictionEn una fiesta privada de los artistas de élite de la industria musical, tres de los cantantes más grandes del medio y el actor promesa de Hollywood se conocieron. En algún punto de la fiesta, todo se les va de las manos. Portada hecha por su pendeja...