capitulo 26

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Ann POV

- ¿Que te hace pensar que se algo que vosotros no? - dije en un intento por liarlos.

Max fruncio el cejo y gruño. Bueno, al menos lo intente.

-No nos enredes, mujer del diablo. - su tono era recriminatorio, lo que causo que riera, en parte por el apodo.

- Ten. - hablo Alex extendiendome unas placas.

¡Mierda! Me habia olvidado por completo de ellas.

Le sonrei en agradecimiento y me levante a cogerlas.
Antes de que hubiese terminado de ponerme en pie, Dan trato de alcanzarlas. Viendo sus intenciones, y siendo muy consciente de que si se enteraban de a quien pertenecian las placas, acabarian matandolo, decidi evitarlo, por un bien mayor.

Hize un esfuerzo por moverme mas rapido que el, pero mi cuerpo aun estaba adolorido del atentado, y no respondia como yo quisiera. Gruñi en señal de frustracion, y recurri al plan B.

Justo antes de que Dan alcanzase la cadena, le aseste un codazo entre sus costillas, justo debajo del brazo. Fue mas que efectivo, porque inmediatamente se encogio sobre si mismo y comenzo a retorcerse de dolor en el cesped mientras siseaba de dolor.

Volvi mi vista a Alex, quien aun seguia con la mano tendida en el aire sujetando las placas, y que me miraba reprobatoriamente.
Le di mi mejor sonrisa inocente y de niña que no ha roto un plato en su vida, y juro que le vi alzar una ceja levemente con expresion divertida.

- Gracias Alex. - dije en cuanto coji las placas.

Este solo asintio y volvio a colocarse en el banco junto a Gabriel, quien se reia aun del sufrimiento de Dan.

- Ann...- gruño un Max que empezaba a parecer mas perro que humano.

- ¿Hum?

Eso solo parecio molestarlo mas aun, porque inmediatamente me agarro por las solapas de mi uniforme militar y me alzo, poniendome de pie.

El ambiente cambio radicalmente, ahora todos nos miraban serios y tensos, sin perderse ni un movimiento de lo que haciamos.

Observe con detenimientos los ojos grises de Max pero solo podia ver la furia que sentia en este momento, y que hacia ver sus ojos de un color plata liquida muy hermoso. El musculo de la mandivula de Max palpitaba lento pero con fuerza, señal de que estaba mas tenso que la cuerda de un arpon.

Durante unos segundos, ninguno dijo nada. Solo nos mirabamos a los ojos en una pelea de gris contra marron.

De un momento a otro, las grandes manos de Max habian soltado mi chaqueta, dejandome caer al suelo y permitiendome respirar de nuevo con normalidad.

Pude escuchar los suspiros de alivio de Lion y Dan a mis esoaldas.

Max retrocedio un par de pasos, y pude ver miedo y arrepentimiento cruzar en su mirada. Se llevo las manos al rostro, y despues se las paso con frenesí por su cabello rubio.

- Lo siento, yo... - su voz se detuvo y sus ojos grises volvieron a clavarse en mi.

Le di una sonrisa tranquilizadora.

- Es normal Max. Todos estamos alterados. - dije en un intento de calmarle.

- ¿Vas a explicarnos que demonios a sucedido en el comedor? - pregunto volviendo a poner su mirada de 'Te pateare el trasero sino me dices'

Hize un mueca, y pasee mi vista por los jardines en los que nos encontrabamos.

- Empezemos por algo sencillo ¿Porque te negastes a mostrar tus placas? - pregunto Alex. - Podrian haberte acusado de desacato a un superior, Ann.

Gire mi rostro hacia Alex, y contemple su ceño ligeramente fruncido. Sonrei. Era tierno ver como se preocupaba tanto por mi.

- No se identificaron como nuestros superiores. Ni si quiera sabemos sus nombres o rangos. - suspire y cruze mis brazos sobre mi pecho - Tenemos derecho a negarnos si ellos no se han identificado primero.

- ¿Que dices? - pregunto Gabriel con los ojos bien abiertos.

- ¿No lo sabiais? - observe sus caras de sorpresa.

Max, tenia las cejas tan fruncidas que parecian una sola, Alex apretaba sus labios hasta convertirlos en una fina linea, y el resto de chicos me miraban extrañados y sorprendidos.

- No - hablo Gabriel - ¿De donde lo sabias tu?

Mierda. ¿Y ahora que les decia yo? Yo lo sabia porque un viejo amigo que era militar me lo conto, pero contarles eso seria tener que explicarles mi vida completa.

- ¿No habeis leido los libros? - dije recordando todos los libros que comenzariamos a usar pronto.

- ¿Libros? - pregunto Lion totalmente espantado.

Rei al ver su cara de horror.

- ¿No lo sabes, Lion? - disfrutaba de todo esto. Quizas demasiado.

- ¿Que tengo que saber? - su rostro era de panico absoluto.

- Empezaremos las clases en esta semana. - comente.

Lion gimio asustado, y con todo el dramatismo que pudo se dejo caer en el cesped como si se hubiese desmayado.

- Nadie me dijo que habia clase . ¡Malditos! - gruño teatralmente. - Me siento estafado.

Todos reimos ante esto.

Mrs. SmurfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora