LA AMISTAD INESPERADA

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María José había estado alejada de Richard por un tiempo. Necesitaba espacio para reflexionar sobre su relación y sus sentimientos. Un día, mientras paseaba por El Poblado en Medellín, conoció a Fermín López, un español que había llegado a la Ciudad de la Eterna Primavera en busca de un nuevo rumbo en su vida.

—¿Te gusta el café de aquí?— le preguntó Fermín mientras se sentaban en una cafetería.

—Me encanta— respondió María José. —Es el mejor del mundo—.

—Estoy de acuerdo— dijo Fermín sonriendo. —He estado viajando por todo el mundo y no he encontrado un café como el de aquí—.

Comenzaron a hablar y descubrieron que tenían mucho en común, desde su amor por el fútbol hasta su pasión por la música.

—¿Te gusta el vallenato?— le preguntó María José.

—Sí, me encanta— respondió Fermín. —Me gusta la emoción y la pasión que transmite—.

A medida que pasaban más tiempo juntos, María José y Fermín se volvieron inseparables. Ella le mostró los rincones más auténticos de Medellín y le enseñó sobre la cultura paisa.

Richard vio a María José y Fermín caminando juntos por la Avenida El Poblado, riendo y sonriendo. Se sintió como si le hubieran clavado un cuchillo en el corazón. ¿Cómo podía ella reírse con otro hombre después de todo lo que habían pasado juntos?

Se acercó a ellos, su corazón latiendo con furia.

—Majo, ¿qué está pasando aquí?— preguntó, su voz temblando de rabia.

María José se dio la vuelta, sorprendida.

—Richard, ¿qué haces aquí?— preguntó, intentando calmarlo.

—Pero ¿qué haces tú con él?— gritó Richard, señalando a Fermín. —¿Te has olvidado de mí ya?—

Fermín intentó intervenir, pero Richard lo interrumpió.

—No, no quiero oírte— le gritó. —Tú no significas nada para mí. Pero ella... ella es mi todo—.

María José se puso firme, mirándolo a los ojos.

—Richard, por favor, cálmate— dijo.
—No hay nada entre Fermín y yo. Somos solo amigos—.

Pero Richard no la creyó.

—Mentira— gritó. —Te vi riendo con él. Te vi sonriendo con él. ¡Te vi feliz con él!—

Fermín intentó calmar la situación, pero Richard lo empujó.

—No te metas en esto— le gritó. —Esto es entre María José y yo—.

María José se puso a llorar, intentando calmar a Richard.

—Richard, por favor, no hagas esto— dijo. —No quiero perderte—.

Pero Richard ya había perdido el control.

—No te preocupes— gritó. —Ya te he perdido. Ya te he perdido para siempre—.

Y con eso, se dio la vuelta y se alejó, dejando a María José y Fermín en una situación dramática y tensa.

( por la cabeza del Richard paso la canción de eres mía de Romeo Santos  les recomiendo que la escuchen en lo que leen el capitulo)

María José se quedó paralizada, viendo cómo Richard se alejaba de ella. Fermín intentó consolarla, pero ella lo rechazó.

—No, Fermín, déjame— dijo, llorando. —Necesito estar sola—.

Fermín asintió y se alejó, dejando a María José sumida en su dolor.

El Hijo De Mi Jefe - Richard Ríos  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora