𝗔𝗹𝗼𝗻𝗲 𝗪𝗶𝘁𝗵 𝗠𝗲 || 𝙅𝙊𝙎𝙃𝙏𝙄𝙉

Cuando entras en una habitacion donde yo me encuentro, es como si el mundo se ralentizara a mi alrededor. Llevas una belleza inefable que provocas que no logre mirarte ni a través del cristal de la ventana. Te veo caminar tan tranquilo y callado hacia la puerta principal de mi casa.

Mis ojos se abren demasiado al momento que decides mirar hacia el segundo piso, notándome a través del vidrio que nos apartaba del otro. Quizás pensaste que no me daría cuenta, cuando te reíste de mí al descubrirme mirándote desde mi habitación. Me avergoncé y me moví de la ventana para que dejaras de burlarte por una vez, pero seguiste riéndote mientras me veías tropezar de la vergüenza.

Papá no se encontraba en casa; sólo mamá y yo como siempre. Nos llevó un tiempo dejarte entrar, mamá estaba tomando una siesta, mientras a mi me resultó difícil llegar rápido a la puerta y permitirte entrar.

Una vez que te veo frente a mi sin que la puerta nos separe, inmediatamente tu mano ahuecaba mi nuca y me acercabas más a ti, siento como mi corazón palpita con fuerza, cuando tus labios besan mi frente. Y aún así tu sonrisa no se desvanece de tu rostro.

Sé que nunca te vestiste a la perfección y no me importa si no te preocupas por hacerlo. Te veo de arriba a abajo, llevas una camisa oversize, generalmente blanca o negra, junto con unos pantalones holgados de mezclilla que hacen que tu trasero se vea bien, a veces también usas tu famosa chaqueta de cuero que a veces te robo, siempre supiste que me encanta cómo emana tu olor de ella.

Tu humildad me lleva de regreso al día en que sentí que mi corazón latía con fuerza por ti. Nunca te has interesado en la cursilería, las flores y los chocolates nunca fueron algo en ti que regalar. Pero haces tu esfuerzo, conociendo el afán que tengo por los deportes inmensamente, te veo sostener entre tu antebrazo una caja.

En el momento en que me entregas la caja, se me hace aún más difícil controlar mis sentimientos, tu toque en mis manos me pone nervioso cada minuto. Lo único que puedo hacer ahora es regalarte una sonrisa en agradecimiento por haberte tomado la molestia de darme algo. Te tomo lentamente de la mano derecha y te guío conmigo a través de la casa hasta que llegamos a mi dormitorio.

Parece que el tiempo pasa tan lento, cuando charlamos, vemos alguna película, o hacemos lo que más amamos, cantar en coro, juntos. De repente, escucho una respiración tranquila y baja, unos brazos rodean mi cintura, inclino la cabeza hacia arriba y te miro fijamente. Recordando cómo llegamos a esa posición, estábamos recostados sobre mi cama, se sentía bien estar a tu lado ahora mismo.

Tu voz suena como la de un ángel cuando tarareas una de las canciones de nuestra banda. Me siento como en el cielo cuando una de tus manos me acerca aún más a ti, sin permitirme separarme de tu lado, mientras tu mano libre se mueve hasta mi muslo, la piel de gallina recorre mi cuerpo cuando levantas mi pierna y la mueves por encima de tu cintura, dejándola reposar allí por completo.

"Podría acostumbrarme a esto." Le dije en un momento de silencio acogedor.

Ví como sonreíste ante mi comentario, siempre te veías increíblemente guapo cuando sonreías, pude ver cómo ponías los ojos en blanco burlonamente, luego sentí como te inclinaste y capturaste mis labios en un dulce y corto beso antes de responder. "¿Qué, pasar todo el día en chándal y no hacer nada?" Luego reíste un poco.

Reí suavemente y asentí. "Sí, eso también. Pero más que nada.. estar contigo. Sin cámaras, sin gente, solo nosotros."

"Yo también podría acostumbrarme a eso, pero creo que ya nos hemos vuelto bastante buenos en hacernos tiempo el uno para el otro."

"Sí, creo que lo hemos hecho," Asentí.

Nos quedamos así un rato, disfrutando de la cercanía, de la simplicidad de estar juntos. La mano de JC continuó con sus movimientos lentos y relajantes sobre mi, mientras que mis dedos jugaban distraídamente con el dobladillo de su camiseta. Después de unos momentos, levanté la cabeza y lo miré con una sonrisa suave y afectuosa.

"Sabes, a veces todavía no puedo creer que estemos aquí. ¿Cómo llegamos a este punto?" Le pregunté curioso. Sabía que la pregunta era muy estúpida y cursi, pero eso no me impidió preguntarle.

Los ojos de él se encontraron con los míos. "Creo que simplemente.. dejamos que sucediera. Dejamos de intentar luchar contra lo que sentíamos y simplemente nos dejamos llevar."

Lo único que logré acatar fue ampliar mi sonrisa. "Sí, supongo que tienes razón. Y me alegro de que lo hayamos hecho."

"Yo también." Murmuró él, inclinándose para darme otro suave beso en los labios.

El beso fue lento, una simple expresión del amor que compartíamos. No se trataba de pasión ni urgencia, se trataba de conexión, de reafirmar el vínculo que había crecido entre nosotros a lo largo de los años. Cuando finalmente nos separamos, ambos estábamos sonriendo, una comprensión compartida que se transmitía.

No pasó mucho tiempo hasta que me quedé dormido en tus brazos. Era acogedor. No importaba nada más allá de lo que estaba pasando en ese momento, éramos sólo nosotros, juntos contra el mundo.

Vale, sé que puede que esto no sea legal y que puede resultar algo perturbador, pero no me importa lo que puedan decir los demás. He visto muchos fics sobre ellos en AO3 y, como he dicho, es más perturbador lo que esos escritores escribieron sobre ellos que lo que esta historia realmente retrata. Sí, sé que la diferencia de edad entre ellos es de unos cinco años, al menos, pero no los estoy sexualizando como hacen otros. Eso es todo.
𝐍𝐨𝐭𝐞 𝐛𝐲: 𝐇𝐢𝐜𝐜𝐬_𝐀𝐥𝐞