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los pasillos de la agencia de jyp entertainment se encontraban casi vacíos a tales horas de la mañana, desafortunadamente mun gyeong era de esas pocas personas que se encontraban ahí para empezar su jornada laboral temprano. la azabache iba con su bolso, una caja de donas y dos cafés asegurados por el cartón, además de estar totalmente preparada para su reunión matutina.
su caminar bajo la velocidad al ver un bulto a mitad del vestíbulo y algunos camarógrafos a su alrededor que ya empezaban a desmontar las cámaras que estaban a su alrededor. curiosa se acercó, dando los buenos días a los camarógrafos que la saludaron cordialmente.
— buenos días –saludo una voz desde el piso. gyeong miró hacia abajo, encontrándose con seo chang-bin con la mitad de su rostro tapado por la manta y saludandola con la mano.
la azabache reprimió una risa y se sentó a su lado en el piso. no era primera vez que se veían, usualmente myeong iba varias veces a los sets de grabación para supervisar los detalles con los chicos de stray kids, ya sea en los videos musicales o dance practique, por lo que solían verla en varias ocasiones, sin contar cuando se la topaban en los pasillos o las múltiples veces que ella traía dulces para los miembros.
— ¿estuviste acá toda la noche? –pregunto todavía reteniendo su risa.
el menor asintió.
— creí que había perdido en un juego, pero seugmin hizo trampa y nunca me dí cuenta –respondió algo avergonzado, haciendo reir a la chica a su lado.
— ¿de verdad? –changbin asintió.
— de hecho, ahora estábamos hablando y se está burlando de mi.
el azabache le mostró la pantalla de su celular con los múltiples mensajes de seugmin burlándose de él. myeong no pudo evitar volver a reír antes de levantarse, changbin ayudándole con sus cosas.
— ¿donas? –pregunto leyendo el logo de pequeña caja, a lo que la mayor asintió.
— ¿quieres una?
— yo... no debería comer azúcar –dijo mirando a su alrededor.
— vamos a mi oficina si gustas. de todas formas necesito desayunar –propuso sonriente tomando la caja.
— eso estaría bien –myeong sonrió en respuesta.
el azabache tomo la manta y empezó a doblarla para poder llevársela consigo. myeong sonreía al verlo doblar la manta de gran tamaño y preguntarle al staff si necesitaban ayuda con algo, a lo cuál todos negaron. ambos se despidieron para ir a la oficina de la mayor.
— noona, tú oficina es muy fría –dijo changbin una vez en la oficina de myeong.
— lo sé, pero estoy acostumbrada – suspiró sacándose la chaqueta para estar más cómoda y sentándose en su asiento.
el menor tomo uno de los asientos desocupados frente al escritorio y lo puso al lado de myeong, tapando sus piernas con la manta que se había robado de utilería. myeong rió nerviosa mientras tiraba parte de la manta a las piernas del menor.
— ni se te ocurra enfermarte –bromeó con un pequeño tono amenazante, bebiendo un sorbo de café–. se viene duro trabajo para ustedes.
changbin suspiró con algo de frustración mientras myeong abría la caja de donas.
— ¿pasó algo? –pregunto tomando una de las donas de la caja.
— el último día que intentamos producir fue un desastre –expreso–. fue frustrante porqué las ideas no fluían y cuando lo hacían no podían salir correctamente de mi boca.
la azabache hizo pequeñas caricias en su hombro como consuelo.
— suele pasar seguido. la frustración siempre va y viene. lo importante es no hundirse en ella. quiero decir, no tienes idea de cuántos proyectos me han rechazado... de hecho, ni siquiera sé si van a aceptar este –la voz de la azabache fue bajando, empezando a preocuparse por su reunión y cambiando totalmente el rumbo de la conversación.
changbin paso un brazo por los hombros de myeong, ella se recostó en él sintiendolo masticar. eran solo dos idiotas hundiéndose en la frustración y comiendo las donas nerviosos por sus proyectos.
— ... estoy segura de que lo harás bien cuando vuelvan al estudio –hablo en voz baja myeong después de unos minutos en silencio–. siempre sales adelante. es decir, tú y los chicos siempre lo hacen.
la fémina sintió como el corazón del menor empezaba a acelerarse, sonrojándose suavemente al sentir sus latidos.
— son los mejores, especialmente tú, pero no me digas a seugmin o se va a ofender.
el azabache rió antes de insultarlo en voz baja, haciendo reir nuevamente a la chica. amaba su risa, amaba estar con ella.
— a ti también te irá bien, y si no, siempre encuentras soluciones para todo, noona.
— gracias.
el olor a café y a dulce inundio la oficina. myeong tomo aire, sintiendo los dedos de changbin acariciando su hombro, sus latidos e incluso como bebía del café que había traído. a pesar de lo fría que era su oficina, se sentía totalmente cálida.
— ¡... así los quería encontrar! –entró seungmin abruptamente a la oficina de la mayor, interrumpiendo el momento de ambos azabaches y haciéndolos separarse rápidamente.
— ¡tú, cabron! –lo señaló molesto changbin antes de levantarse y empezar a perseguirlo por los pasillos.
myeong reía mientras que bangchan intentaba disculparse por el comportamiento de dos de sus miembros antes de ir trás ellos, la azabache me resto importancia mientras sentía su corazón contento. sin duda, aquellos chicos tenían un lindo lugar en su corazón... especialmente changbin.
