Capitulo 1

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                             La llegada.


Mariam.

En el momento en el mi tacon pisa suelos Colombianos vuelvo a sentirme en casa, una sensacion de hogar me recorre el cuerpo entero, por lo tanto tambien de felicidad, mas sin embargo mi exprecion facial sigue siendo la misma, fria, sin animos, y neutra.

Miro llegar una Range Rover y ya se quien es la persona que viene en ella, me acerco a la camioneta y un escolta me abre la puerta, al subirme a esta la persona que veo casi no la reconozco, cambio tanto desde la ultima vez que nos vimos.

- Pero miren quien por fin se digna a volver a casa - dice sonrriente, lo miro neutra - no piensas saludar a tu hermano que te vino a recoger? - y es en ese momento cunado mi exprecion por fin cambia a una feliz, con una sonrisa inmenza en mi cara, me le voy encima en un furte abrazo, de verdad que lo extrañe mucho.

- Dios, te extrañe tanto, tanto siento que pasaron siglos - le digo todavia en el abrazo.

- Bueno, mas o menos, te fuiste 8 años, ya no soy el mismo niño de 15 años que dejaste atras hermana - me dice burlon, pero se que en el fondo esta dolido aun por la manera en la que me fui.

- Pero ya no mas, volvi para quedarme definitivamente - le sonrei, para que supiera que hablaba en serio, el me devolvio una sonrisa brillante, como las que me daba cuando estabamos pequeños y estabamos siempre juntos.

- Papa esta emopcionado de verte, me pidió que guardara el secreto de tu llegada tal cual como se lo pediste, por que no querias que nadie mas que el y yo supieramos que venias? - su pregunta me agarro de bajada, no la esperaba.

Mientras nosotros hablabamos la camioneta comenzo a avanzar camino a la finca de mi padre, la verdad me sentia muy emocionada de volver, solo que creo que hay personas que no estarán felices por mi repentina llegada.

- Queria que fuera una sorpresa para todos, pero sabes que a ti no te puedo guardar ningun secreto, y cuando lleguemos a la casa me gustaria contarte algunas cosas - me miro con sospecha, pero frente al escolta no le podia contar nada, no le tengo confianza al hombre.

- Bien, pero yo tambien te tengo que decir algunas cosas importantes, no eres la unica que guarda secretos hermanita - me mira burlon, odio cuando hace eso.

Miro por la ventana y me doy cuenta de que estamos por llegar a la finca de mi padre, la cual fue mi hogar por muchos años, pasamos por los retenes de seguridad y no falta mucho para que el escolta que esta manejando estacione la camioneta en la entrada de la casa grande, baja primero mi hermano y me tiende la mano para ayudarme a bajar a mi, en ese momento sale mi padre, Don Ignacio Santos a recibirme con los brazos abiertos, apenas lo veo practicamente corro a el, a sus brazos, a mi hogar, se que es la unica persona en este mundo, ademas de mis hermanos que son incapaces de hacerme daño o hacer algo en mi contra.

- Te extrañe tanto mi niña hermosa - apenas escucho su voz me entran unas ganas inmensas de llorar, no es igual que por telefono - no te me vayas otra vez, por que si lo intentas no te voy a dejar cruzar esa puerta - sonrio cuando escucho eso y me separo del abrazo para mirarlo a los ojos, esos ojos que son identicos a los mios y de mi hermano mayor.

- Yo tambien te extrañe mucho papito, y no, no me voy a ir de nuevo, esta vez volvi para quedarme y nadie me va a hacer cambiar de opinion - le sonrei de esa forma que solo lo hago con el y con mis Hermanos.

- Pues bueno hija, vamos adentro para que te vea la familia, los convoque a todos para la sorpresa, es decir para tu llegada mija.

Bueno, no esperaba verlos a todos de golpe, pero llego la hora de afrontar las cosas como me lo enseño mi padre, porque no tengo el apellido Santos de lujo.

Por que tuviste que ser tu?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora