The donor -Lingorm

Capítulo 24

ORM POV

Lingling ha estado nerviosa todo el camino a casa de mis padres, conduciendo en silencio y golpeteando los dedos en el volante. Ranlada estaba contenta en su silla, cantando las canciones de otro CD de Disney que hizo Lingling. El viaje no era largo, a poco más de una hora y media, lo que pareció poner a Lingling más nerviosa cuando puso la dirección en el sistema de navegación de su auto. Tomé su mano derecha y me abracé a su bicep, y en vez de golpear el volante, ahora acariciaba mi mano con su pulgar.

Es el cumpleaños 16 de mi hermanita y mis padres organizaron una fiesta en casa; invitaron a toda la familia y a muchos amigos de Nene. Claramente llegó la mayoría de invitados, pues había poco espacio para estacionar en nuestra calle. Al llegar a la puerta de la casa y tocar, se escuchaba risa, música y charlas provenientes de dentro de la casa y más allá, desde el jardín.

Es la primera vez que Lingling conocerá a mi familia y sus nervios se intensificaron cuando toqué el timbre. La ojicafé mordiéndose el labio, mirando el césped y con sus piernas temblando ligeramente.

— Van a amarte, amor. —Le susurro a mi novia. Mis padres abren la puerta justo en ese momento, escuchando el cariñoso término. Lingling y yo alzamos la mirada hacia ellos, mi mamá sonríe de oreja a oreja y mi papá nos sonríe de manera más conservadora—. ¡Mamá! —Saludo con entusiasmo, besando su mejilla. Hago lo mismo con mi papá una vez que veo que finalmente soltó a Ranlada. La pequeña había corrido hacia sus abuelos en el instante en que abrieron la puerta.

— ¡Pasen, pasen!

Cuando entramos a mi casa de infancia, mi padre le sonríe a Lingling alentadoramente.

— Papás, ella es mi novia, Lingling. —Les digo, sosteniendo la mano la nerviosa mujer—. Lingling, ellos son mis padres, Koy y Auk.

— Es un gusto conocerlos a ambos. —Saluda Lingling tímidamente, dándole la mano a los dos—. Orm me ha dicho muchas cosas buenas de su familia.

— El gusto es nuestro. —Comenta mi papá con todo su acento, sonriendo—. También hemos escuchado mucho de ti. —Provoca. Yo escondo la cara en el cuello de Lingling, cubriendo mi sonrojo por ser delatada de que hablo mucho sobre ella.

Mi padre me aleja de Lingling y me abraza por los hombros, llevándome más dentro de la casa, saludando algunos invitados por el camino. Doy un vistazo sobre mi hombro y veo a Lingling riendo libremente con mi madre, quien la está agarrando del brazo, probablemente comentando que es terrible caminando con tacones y la está usando para equilibrarse como lo hace con mi papá.

— Te ves muy feliz, hija. —Comenta papá en voz baja mientras caminamos, mis ojos ahora viendo a mi hermana con sus amigos.

— Lo soy, papi. —Digo con una sonrisa, viendo a mi hija correr hacia su tía, quien inmediatamente la abraza—. Vamos a ver a Nene, pero nos pondremos al día pronto. —Beso la mejilla de mi padre y me giro para buscar a Lingling, que ya está a mi lado.

Con una mano en mi espalda baja, Lingling camina cerca de mí hacia mi hermana, quien también nos está mirando. Ranlada está con ella, apuntándonos y hablando alegremente con la cumpleañera. Puedo sentir a la ojicafé rozar la tela de mi vestido con su pulgar, y asumo que es un acto de nervios, pero recuerdo que su pulgar siempre está acariciando mi piel cuando me tiene cerca; mi mano, mi cara, mis piernas cuando las estiro sobre las suyas en el sofá. Me giro un poco y le doy un beso en la clavícula, caminando más despacio, alcanzando a mi hermana.

La jovencita me abraza y chilla emocionada por que llegamos a su fiesta. Sus amigos están reunidos detrás de ella y les ofrezco una sonrisa como saludo, pues los conozco a todos desde que eran muy pequeños.