Crisantemo, brezo y jazmín español.
Tres tipos diferentes de flores que Seokjin ordenó enviar al hospital el día que descubrió por qué Jungkook no había ido a la escuela. El ramo venía con una tarjeta, de un blanco nítido con las palabras: "Por favor, cuídate" acompañadas de un garabato con el nombre de Seokjin. Simple. Al grano. Una señal.
Antes de salir del hospital por la noche, preguntó para ver si alguien conocía las otras dos flores, las blancas que rodeaban al crisantemo amarillo brillante.
—Brezo y jazmín español —le dijo una de las enfermeras. Reconoció las flores porque había crecido rodeada de ellas, sus padres eran jardineros. Jungkook interpreta eso como la segunda señal.
Él piensa en las flores incluso en el fondo de su mente cuando su padre sale del hospital y su madre le encarga que se alimente bien. Jungkook le hace un plan de alimentación a su padre que refleja el que tenía durante los primeros días de entrenamiento en el equipo de atletismo. Aun así, piensa en las flores.
Crisantemo, brezo y jazmín español.
Si fuera cualquier otra persona, Jungkook no le daría mucha importancia, pero fue Seokjin. Algo que notó y que ni siquiera está seguro de que Seokjin note en sí mismo es que siempre hace las cosas con cuidado, de manera reflexiva. Incluso sus planes de clase parecen tener motivos ocultos como un medio para preparar a todos para las clases universitarias de formas poco convencionales.
Crisantemo, brezo y jazmín español.
No está loco, es Seokjin. Tiene que significar algo.
—¡Jeon! —es el entrenador Woo. Jungkook se da vuelta para mirarlo desde donde está inclinado, con las manos entrelazadas sobre las rodillas, tratando de recuperar el aliento. Puede que se haya excedido. No suele quedarse sin aliento, pero tampoco suele dar veintidós vueltas a la pista en rápida sucesión—. ¿Estás bien?
—Bien —se las arregla para decir, distraído, pero bien.
El entrenador lo mira casi con simpatía, lo que hace que Jungkook quiera reír porque no sabía que el entrenador Woo fuera capaz de preocuparse por algo más que ganar. Pero está bien, en realidad. Porque a Jungkook también le importa ganar.
—Vete a casa y descansa.
—Pero, la practica...
—La práctica ha terminado. Ha pasado un tiempo. Me preguntaba cuánto tiempo pasaría hasta que te dieras cuenta.
En ese momento Jungkook mira a su alrededor y se da cuenta de que la mayoría de sus compañeros se han ido y solo quedan unos pocos que están sentados en las gradas sin hacer absolutamente nada. Jungkook se pone de pie y despliega su camiseta.
—Sí. Está bien. Fue mi error.
—Cuídate, no te agotes antes de que la competencia siquiera se caliente.
Jungkook no sabe lo que eso significa, pero asiente y, aturdido, se arrastra hasta su bolso y bebe un trago de agua. No hace calor afuera, pero se vierte un poco de agua en la cara para despertarse. El entrenador abandona el campo y Jungkook sube a las gradas, dando codazos a sus compañeros de equipo mientras se dirige a la cima, donde Lisa sigue dibujando.
—¿Estuve bien?
Lisa sonríe, pero no levanta la vista. El lápiz de carbón que tiene en la mano se mueve rápidamente sobre el papel.
—No sé, no te estaba mirando.
—Bien —Jungkook se sienta a su lado y dice, todavía jadeando un poco—. ¿Chaeyoung estuvo bien?
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Estás coqueteando de nuevo || Kookjin/Jinkook
FanfictionJungkook nunca ha deseado a nadie tanto. . . . Traducción sin fines de lucro.