Único.

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Estaba cansado, respiraba agitado, se encontraba tumbado en el piso después de haber sido mandado a volar por el Arrancar peliazul, sin duda, su pelea contra el contrario estaba siendo difícil de llevar por lo que le estaba llevando unos segundos recomponerse.

Una vez que se sintió mucho más descansado, dio un pequeño suspiro y enseguida intentó levantarse, más tuvo la grata sorpresa de que sus piernas flaquearan temblorosamente hasta caer nuevamente en el suelo, su asombro no se hizo a esperar, juraría que podía continuar peleando, más su cuerpo parecía decir lo contrario.

¿Qué sucede Kurosaki? ¿Tienes miedo?─Escuchó burlonamente como Grimmjow, a unos metros lejos de él, se burlaba de su dificultad para levantarse, rechistó fastidiado, ese maldito era tan irritante con sus infantiles burlas.

Maldición─Murmuró por lo bajo con molestia clara en su rostro, otra vez intentando levantarse, pero para su alegría esta vez sí fue diferente ya que pudo lograr mantenerse de pie unos segundos, más al instante un intenso escalofrío recurrió su cuerpo, provocando que se tambaleará y por poco se volviera a caer. El calor que hace unos minutos se le había esfumado, ahora parecía volver a hacer presencia en él, pero está vez no era de cansancio, eso lo desconcertó de sobremanera pues inmediatamente se dio cuenta de lo que se trataba, su celo.

No podía ser, debía de tener la peor de las suertes para que le estuviera sucediendo eso en el peor de los momentos.

Juraría que su celo tenía que llegar en una semana, más parecía ser que ni siquiera estaba muy al tanto de ello pues literalmente su celo se estaba haciendo presente en uno de sus combates contra uno de los enemigos, todo hubiera estado bien si fuera con sus amigos pues estos automáticamente le ayudarían con pastillas y harían lo posible por alejarlo de la zona, más no tenía ni idea de que sería capaz de hacer un enemigo, como lo era el Espada frente a él.

"Mierda"Pensó tocando su cabello con fuerza mientras lentamente perdía la fuerza en sus pies y descendía hasta caer en el suelo, logrando sostenerse a tiempo con sus manos para no hacerse daño.

Oye shinigami ¿te estás rindiendo ante mi?─Escuchó como arrogantemente Jaegerjaquez le decía. Él no contestó pues ni siquiera podía articular alguna palabra que no fueran jadeos y gemidos que intentaba suprimir, no pensaba por ninguna razón ceder a sus primitivos instintos.

lentamente el sonido de pasos se hizo presente, provocando que se asustará, no tenía ni idea de la casta del otro y eso le hacía atemorizarse ya que si era un alfa estaba completamente jodido, aunque estaba casi un 100% seguro de que el Arrancar era un alfa, más no quería aceptarlo pues eso lo hacía asustarse mucho más.

"Maldito Grimmjow" se dijo mentalmente, estaba seguro de que él otro aún no se había dado cuenta de su estado y aún seguía creyendo que se estaba rindiendo ante el "Rey", como el mismo se había autoproclamado.

Lentamente los pasos dejaron de escucharse, deteniendose justo en frente de sus manos apoyadas en el suelo. Alzó un poco su mirada y pudo ver a el Arrancar de cuclillas con los ojos cerrados mientras parecía oler algo en el aire. Él lo miró con extrañeza ¿Qué carajos se suponía que hacía? ¿Acaso ya se había vuelto un animal salvaje? Bueno eso no le sorprendería.

Kurosaki, hueles bien─ finalmente el peliazul abrió lo ojos, mirándolo con sus ojos azulinos llenos de superioridad, para después tomarlo con rapidez de los hombros y presuroso acercó su nariz a la glándula de olor en su cuello, el abrupto acercamiento hizo que se inquietará, más su asombro fue mayor cuando se repitió mentalmente las palabras que acababan de salir de la boca del otro¿Cómo diablos había olvidado el pequeño detalle de sus feromonas? En ese justo instante había entendido porque el Espada se había acercado.

𝘊𝘦𝘭𝘰┃𝖦𝗋𝗂𝗆𝗆𝖨𝖼𝗁𝗂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora