Hace millones y millones de años cuentan los humanos mucho antes de lo que es la “época actúal”. Dicen que antes en las tierras lejanas de Japón habitaban gigantes castillos a los cuales los humanos tenían prohibido pisar. Esto es gracia a que antes los demonios tenían todo el poder de la época feudal pero ojo,no todos los demonios estas tierras se dividían en cuatro puntos Norte,Sur,Este y Oeste cada punto cardinal pertenecía al demonio más fuerte de cada uno. Estos cuatro puntos pertenecían a los nueve dioses de las tierras y los cielos y estos decidieron dividirlas en cuatro puntos cardinales.Los punto más destacado y más poderos eran el Este y el Oeste estos pertenecían al Gran Rey bestia Kirinmaru y al Gran General Perro Inu no Taisho. Claro esto fue decidió de generación en generación pero estos serían los dueños para toda un vida.
Lo que nadie nunca se esperaba era que también existía un solo clan y este se llamaba “El clan de la media luna”. Donde comandaban dos dioses un hombre y una mujer era un clan muy poderoso estos eran dueños de las tierras occidentales. Estos dioses decidieron buscar más poder de el que ya poseían así que empezaron un largo viaje por cada punto. El dios de la medía luna no quedaba complacido con ninguno nadie era capaz de ofrecerle el poder que quería pero todo cambió cuándo llegaron al Oeste conociendo al Lord Inu no Taisho. El Lord les había preguntado que tenían para ofrecer,el dios le respondio «Nuestra hija». Inu no Taisho no se sentía muy cómodo con esas palabras pues había resivido propuestas de muchos reinos demoníacos y ninguna era suficiente. Este decidió aceptar había escuchado que las mujeres de el clan de la luna eran «Brujas mezcladas con ninfas y bellezas»pero esto no eran más que rumores.
El día más esperado para los dioses había llegado el Lord visitaría sus tierras y estos ofrecerían a su hija como recompensa.
El Lord caminaba con mucha impotencia por los pasillos de el castillo hasta llegar a un hermoso jardín lleno de flores y árboles de Sakura.
__¿Con que eres tú?.-Hablo una voz afeminada el Lord voltio hasta encontrarse con una hermosa mujer ella era alta su piel era blanca como la nieve,clara comí el agua y pálida como la suavidad de el viento en su rostro adornaban unas hermosas marcas justo en el Medio de su frente había una Luna menguante de color magenta y en sus dos mejillas una marcá igual de color magenta y ni que decir de sus ojos echizeros eran como el mismísimo oro líquido plateados.
Entonces si era verdad aquellos rumores que decían que este clan estaba llenó de Brujas hermosas.
__¿Y tú eres?.-Pregunto el Lord mirándola.
__Irasue Kami hija de el dios y la diosa lunar.-Hablo suave viendo fijamente al hombre jamás había visto a un hombre tan apuesto como el,alto de piel un poco morena,fuerte, grande y grueso,sus hermosos ojos color ámbar y sus marcas de color magenta como ella«Si por los hombres matarán yo moriría por este»penso la muchacha.
__Yo soy el Lord de el Oeste.-Se presento.
No había nada que decir Inu ni Taisho terminó aceptando a la belleza de mujer así que la tomo como esposa sin pensarlo y la mujer encantada. Pero más contentos estaban los dioses no se imaginaban el poder que ahora poseían pero de un momento a otro todo cambió pues ahora los cuatro puntos cardinales estaban en guerra y los nueve dioses decidieron entrar en un acuerdo «Que gane el más fuerte ese será el que tenga el poder de todo Japón»dijieron los dioses así qué ningún Lord se quedó a trás desatando una larga guerra dónde los primeros afectados fueron los dioses de la luna muriendo rápidamente debido a que este no era un clan grande estos dioses como última voluntad decidieron darle todo su poder a su única hija legítima y heredera la princesa Irasue la cuál ahora era lady de las tierras de el Oeste y ya en su vientre llevaba a un bebé esperando por nacer. La Guerra continuaba pasaban los años y todo seguía igual pero una noche una mujer gritaba fuertemente en sus aposentos.