El extraño

1

Afuera hay muchos enemigos, tanto buenos y malos, otros llenos de maldad, otros de odio, y otros que parecen ser cualquier cosa menos humanos.
Hay cosas que pueden ser extrañas, pero afuera, en el bosque, hay siempre enemigos vigilando para ver a quien matar.
Siempre creí que era fácil terminar con los villanos, pero hay unos que son más difíciles de matar.

E L
E X T R A Ñ O

Miré la mesa dónde estaban las llaves del auto, miré mi sudadera en una silla, me gustaba observar por las ventanas los árboles enormes del bosque, no estaba solo, afuera hay varios vecinos con sus familiares en casa, estamos en otoño y los árboles ya tenían las hojas rojas y naranjas.
Me encanta ver todo de la forma más tranquila, tenía una vida normal, todo normal,  logré tener trabajo de carpintería, apenas llevo dos meses y hasta ahora todo marcha perfecto.
Edgar toca la puerta de la casa y me dirijo a la puerta, al verlo el sonríe y me da un beso en los labios, ni si quiera somos novios pero son bromas entre nosotros.

—carajo Edgar ya te eh dicho que no hagas eso.

—aver Fernando, no te gustan las mujeres y tampoco los hombres.

—jajaja pero no era necesario hacer eso.

—bueno, te tengo una noticia y necesito de tu tiempo.

—y ahora que pasa?— Edgar se sienta en la silla de madera cerca de una ventana, saca una carpeta que contiene un folder transparente con fotografías apenas visibles.

—y esto?— digo mirando a mi mejor amigo.

—apenas hace poco aquí en San Lucas, hubo una serie de desapariciones.

—cuánto tiempo lleva eso?

— apenas hace una semana, pero actualmente han desaparecido solo dos niños.

—y por qué me dices estas cosas?

—por qué es algo que me tiene preocupado, no creés que esto sea algo demasiado extraño?

—aquí desde hace 20 años no sucede algo así.

—si pero solo han desaparecido dos niños y tres adultos.—Edgar se veía algo preocupado pero parece no sentirse asustado.

—y Ficret?

—quien, tu amiga?

—sí.—dije cuando Edgar guarda las fotografías nuevamente en la carpeta.

—ella está en casa, ella ya sabe de esto pero creo que es mejor que la veas, hace mucho no hablan.

—supongo que es la verdad, ella hace mucho que no viene por estos rumbos.

—ya sabes cómo es ella.

Después de estar hablando con Edgar, su teléfono suena y me pide permiso para hacer la llamada en el patio, el deja la carpeta y el pequeño folder de las fotografías apenas se vé por una esquina, agarro la bolsa y al abrirla saco una de las fotografías.
Era una niña y a un lado sale la fecha de la desaparición, junto con donde fué vista por última vez por las cámaras de seguridad.
Hay cosas tan extrañas que el miedo siempre está presente, me causa terror pensar en el final de aquellos de ya no están.

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