𝙆𝙚𝙚𝙥 𝙞𝙩 𝙞𝙣𝙨𝙞𝙙𝙚

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Lisa aceleraba con precisión, dominando cada curva mientras el motor rugía al límite. Su concentración era impecable; sus manos firmemente en el volante y sus ojos atentos a cada señal o posible obstáculo. Sabía que cualquier error podía atraer la atención de un policía, lo cual no podían permitirse en ese momento.

En el asiento trasero, Rosé, con una mezcla de ternura y deseo, limpiaba el semen de Jennie. Usaba el bóxer de Lisa, moviéndolo con cuidado sobre el rostro de la chica, asegurándose de no dejar rastro alguno, mientras Jennie esbozaba una sonrisa satisfecha. Las dos intercambiaban miradas cómplices, ansiosas por llegar a casa y continuar lo que habían comenzado.

El auto estaba vestido de un vapor y un calor impresionante. Lisa había dejado su camiseta en el asiento del copiloto; el calor que irradiaban sus cuerpos la habían obligado a deshacerse de ella. Solo llevaba sus pantalones, con su verga guardada a duras penas, marcando claramente en la tela mientras su mente seguía maquinando lo que vendría después.

A pesar de la velocidad y el peligro, en el aire se sentía una mezcla de adrenalina, deseo y un profundo anhelo por seguir explorando sus cuerpos.

Llegaron al edificio sin contratiempos, el rugido del motor se apagó suavemente mientras Lisa aparcaba el auto con precisión. A pesar de la velocidad y la intensidad del trayecto, ninguna de las tres mostraba señales de fatiga; al contrario, sus ojos brillaban con una emoción incomparable.

La siempre atenta rubia le entregó a Jennie la camiseta de Lisa para que cubriera su cuerpo y disimulara cualquier rastro de lo sucedido minutos antes. Con una sonrisa cómplice, ayudó a Jennie a acomodarse la falda, asegurándose de que todo estuviera en su lugar antes de salir del auto.

Rosé y Jennie fueron las primeras en bajar, ajustándose con calma sus ropas como si acabaran de terminar una salida casual. Detrás de ellas, Lisa cerró el coche y se unió a ellas, con una actitud serena pero segura, controlando la situación como siempre. Las tres caminaron juntas hacia la entrada del edificio, sus movimientos sincronizados y relajados.

Una vez dentro del ascensor, mantuvieron la compostura. Rosé y Jennie intercambiaban miradas discretas, pero su lenguaje corporal denotaba la impaciencia que sentían. Lisa, por su parte, permanecía aparentemente imperturbable, aunque la tensión en su mandíbula y la postura ligeramente rígida traicionaban la excitación que intentaba ocultar.

Con la cámara del ascensor observándolas desde una esquina, actuaban con total normalidad, como si fuera un día cualquiera. Ninguna se permitía un gesto o mirada que pudiera levantar sospechas, pero la energía entre ellas era innegable. La subida al piso se hizo eterna, y la expectativa crecía con cada número iluminado en el panel del ascensor. Estaban a segundos de reanudar lo que habían dejado en pausa.

El ascensor se detuvo con un suave "ding" y, apenas se abrieron las puertas, las tres salieron con pasos decididos, casi sin mirarse entre ellas, pero con una coordinación natural que reflejaba la anticipación que sentían. El pasillo hacia el apartamento de Rosé se hizo corto, como si sus cuerpos estuvieran guiados por una fuerza sobrenatural. La rubia, con manos ágiles, sacó las llaves y abrió la puerta en un solo movimiento. Apenas habían cruzado el umbral, Lisa y Jennie ya estaban dentro, sin perder tiempo, mientras Rosé cerraba la puerta con un clic casi imperceptible.

La mirada de Rosé fue directo al sofá, el mismo donde aquella vez Lisa las había presenciado accidentalmente en un momento privado, un recuerdo que ahora avivaba aún más el deseo. No hizo falta decir nada; Lisa se acercó a Jennie con una determinación feroz y la empujó suavemente hacia el sofá, haciendo que cayera con gracia sobre los cojines. En cuanto Jennie estuvo sentada, Lisa se arrodilló frente a ella, con una intensidad que desbordaba ansiedad. Sus manos, temblorosas de deseo, se aferraron a la tela de la falda de Jennie y, con un tirón brusco, la hizo deslizarse por sus piernas, revelando la piel que tanto había anhelado.

No chains - JenlichaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora