🌬️
The mornin' sun
Shines on your skin
'Cause your white curtains
They are, paper thin🌬️
La luz dorada del atardecer se deslizaba suavemente a través de las cortinas, iluminando la habitación donde dos cuerpos cálidos yacían entrelazados en un nido de mantas. Brazos y piernas se entrelazaban perezosamente, y las manos se aferraban con suavidad sobre la cama.
Jorge usaba su brazo izquierdo como almohada para Miguel, aunque este ya se sentía adormecido. Aun así, permanecía quieto, soportando el entumecimiento hasta que, finalmente, volvió a sentir su brazo con un ligero cosquilleo. Miguel había logrado estabilizar su respiración hacía unos treinta minutos, y Jorge no quería interrumpir su descanso.
Los ojos verdes de Jorge se posaron en las marcas de mordida que adornaban el cuello de Miguel, y el Alfa en su interior se sintió satisfecho con la renovada reclamación. A diferencia de los omegas, las marcas en los betas requerían ser renovadas con mayor frecuencia, pero Miguel lo veía como una oportunidad para reafirmar su vínculo. Ambos disfrutaban del proceso, y Jorge sintió el impulso de morderlo de nuevo, aunque se contuvo, optando por un suave beso en la nuca.
Cerrando los ojos, Jorge inhaló profundamente el aroma combinado de ambos: chocolate amargo y un toque de canela, mezclados con la fuerte esencia de su vínculo de apareamiento. Jorge siempre mencionaba lo bien que olían juntos, mientras que el aroma ligero de Miguel actuaba como un bálsamo calmante en medio de los olores fuertes que Jorge enfrentaba en su día a día. Como Beta, Miguel no comprendía del todo la fascinación de Jorge por sus feromonas, pero siempre se ofrecía a Jorge cuando quería una bocanada fresca y no le importaba que usara su ropa para sentirse más cómodo en su ausencia.
Un débil gemido atrajo la atención de Jorge de vuelta a Miguel, cuyas piernas fuertes se movieron contra las suyas. Los dedos entrelazados de Miguel apretaron ligeramente la mano de Jorge antes de que se incorporara, dejando al descubierto su espalda musculosa y los hombros mientras las mantas caían.
Miguel miró hacia atrás, parpadeando.
"Hola", murmuró Miguel con una voz ronca que se asemejaba al croar de una rana. Luego, tosió para despejar su garganta.
Jorge le devolvió la sonrisa. "Hola".
"Hmm, ¿cuánto tiempo?", preguntó Miguel mientras se estiraba, exhibiendo los músculos definidos de su espalda ante la mirada atenta de Jorge.
"Solo un rato", respondió Jorge, deslizando una mano posesiva sobre la cintura desnuda de Miguel.
Miguel arqueó una ceja y se dio la vuelta, ocultando una sonrisa. "Me voy a vestir y preparar la cena. Puedes quedarte aquí, te invito". Apartó las mantas y se levantó, dejando que la mano de Jorge cayera.
"Mhm, Migue", susurró Jorge, acurrucando su rostro en el lugar cálido que Miguel había dejado en la cama. Una risa suave se oyó desde el pie de la cama.
Cuando Miguel salió, Jorge hundió su rostro en las almohadas, respirando profundamente. Tal vez podrían acurrucarse de nuevo antes de dormir, pensó, sonriendo para sí mismo.
🌬️
I don't ever wanna leave
I'll watch you sleep
And listen to you breathe
I don't ever wanna leave
I'll watch you sleep
I'll watch you sleepI never get
Bored of lookin' at you
'Cause every time
I see somethin' new🌬️
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watch you sleep.
FanfictionJorge y Miguel disfrutan de un momento íntimo al atardecer, acurrucados en un nido de mantas.