𝗦𝗛𝗜𝗡𝗗𝗔.

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Hace tres décadas, la tierra fue azotada por la aparición de un ser oscuro conocido como Kurogami.

Este ente de origen desconocido, reanimaba cadáveres y los transformaba en monstruos horribles, conocidos como los "Inochi no nai senzoi" o simplemente "shinda."
Estos seres, parecidos a criaturas de pesadilla, extendían su maldición con mordidas y rasguños, condenando a sus víctimas a una inevitable y horrorosa metamorfosis.

Los shindas, junto al Kurogami, representaban una amenaza para todos. Sin embargo, extrañamente, no eran capaces de acercarse a los territorios "sagrados". Al percatarse de esto, los monasterios y santuarios unieron fuerzas, evacuando a tantos civiles como les fue posible. Además, construyeron pueblos alrededor de sus tierras sagradas para brindar protección a los sobrevivientes.

Desesperadas por encontrar una solución, las órdenes religiosas comenzaron a experimentar con mujeres embarazadas, con la esperanza de crear una generación de humanos capaces de enfrentar y erradicar a los shinda.
Tras años de experimentación, lograron su objetivo: una pequeña fracción de niños y niñas, al cumplir siete años, comenzaban a manifestar un poder sagrado, identificado por una marca que aparecía en su cuello.

Considerando esto un milagro, las órdenes religiosas comenzaron a entrenar a estos niños como sus guerreros.
Al cumplir quince años, eran enviados en misiones para exterminar a los shinda que acechaban las tierras no protegidas.
Aunque la amenaza principal seguía siendo Kurogami. Su paradero era un misterio, y desde su caída en la tierra, nadie había tenido contacto directo con él.

Con el fin de enfrentar esta amenaza, los monasterios y santuarios crearon las "Relicarios de la Luz": armas sagradas únicas, forjadas con la intención de que cada niño marcado tuviera un arma destinada a combatir a los shinda y, eventualmente, a Kurogami mismo.
Estos relicarios se manifestaban en diferentes formas, desde espadas y lanzas hasta arcos y pistolas, cada uno adaptado al portador elegido.

Aquellos padres que se resistían a entregar a sus hijos al monasterio o al santuario eran brutalmente ejecutados, mientras el resto observaba impotente cómo sus pequeños eran transformados en la última esperanza de la humanidad.

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— ¡Él aún no ha cumplido los siete años! ¡Por favor, no se lo lleven! —suplicó la mujer, de rodillas, mientras los hombres tiraban de su hijo. El niño gritaba y se resistía, llamando desesperadamente a su madre.

— Conoces las reglas —dijo uno de los hombres con frialdad—. Si su marca desaparece, podrá regresar. No interfieras si no quieres ser ejecutada.

— Pero...

— ¡Llévenselo! —ordenó el hombre.

Uno de los guardias levantó al niño sobre su hombro, llevándoselo al monasterio. El pequeño seguía llamando a su madre, rogando que no lo dejara. Ella, entre lágrimas, observó impotente cómo se lo llevaban, sintiéndose destrozada. El niño, mirando hacia atrás, se sintió traicionado al ver que su madre no corría para salvarlo.

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— ¿Este es el niño? —preguntó un hombre de túnica oscura, examinando al pequeño albino frente a él.

— ¡Sí! Su condición le dará algunas limitaciones, pero no será un problema —respondió el guardia.

— Dios nos ha enviado a uno de sus ángeles encarnados en este niño albino... Es un milagro.

— ¿Un ángel? —preguntó el guardia, con escepticismo.

— ¡Claro que sí! Encárgate de que reciba un cuidado especial y llévalo con nuestra cazadora estrella. Él será su nuevo compañero de cuarto.

• Maddnes Of Devotion • Murder Drones - NxUzi Human AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora