V-RHN Z kookmin

I

—¡Jimin! ¡Hijo se te hará tarde, y no te dejarán pasar!— gritaba la madre de Jimin desde abajo de las escaleras, ya que este aún no se despertaba, todo porque anoche de durmió muy tarde por estar estudiando para su examen, tanto así que se durmió con el libro en la mano. Abrió sus ojos poco a poco, abriendo su boca lentamente sacando un leve bostezo mientras estiraba sus manos y piernas para así poder levantarse.

Una vez estando completamente despierto por así decirlo, quitó las cobijas de su cuerpo sentándose en la orilla de la cama tallando sus ojos con sus puños, mientras volvía a bostezar, miro el reloj de su mesa de noche y nisiquiera era tarde, bufo por el hecho de que su madre le mintió, siempre le mentía para que pudiera levantarse temprano, pero no sé quejaba más bien le agradecía.

Se paró de su cama poniendo las pantunflas en sus pies dirigiéndose al baño, se despojo de sus ropas aún un poco somnoliento y se adentro a la ducha abriendo ambas llaves de agua fría y caliente para que está saliera tibia, la acomodo a su gusto y se dispuso a ducharse, a jimin siempre le gustaba oler bien, se exfoleaba la piel, usaba jabón perfumado, e incluso mascarillas para su cabello.

Una vez termino salió de la ducha, a su habitación para vestirse, salió del baño y miro su uniforme en su cama planchado, sonrió levemente ya que su madre lo dejo ahí, siempre lo hacía, y para Jimin esa un gesto muy lindo, por fin se vistió, se acercó al espejo colocandose algunas cremas, su bloqueador solar y perfume, volvió a entrar al baño y cepillo sus dientes para así bajar con su mochila puesta

—ahi está tu almuerzo cariño, hoy cocine mochis— su madre le guiño el ojo y Jimin corrió a abrazarla besando su mejilla —ayy te quiero tantoo, me voy, gracias por el almuerzo —tomo el almuerzo y salió por fin de la casa, camino feliz hasta la parada y justo llevo el bus, subió, pago al conductor y se sento en un asiento vacío de hasta atrás, todo iba muy bien
hasta que diviso a lo lejos el grupito de idiotas hacerle la parada al bus y subirse, Jimin al instante supo que su trayecto hacia el instituto no sería nada cómodo

—¡miren quien está aquí!, Park Jimin el marica florecita— todo el grupo río a carcajadas y Jimin solo suspiro tratando de ignorandolos —hoy hueles muy bien, mejor que otros días, ¿Te hechaste del perfume de tu mamá?— el solo rodo los ojos, para Jimin eran solo unos homosapiens que no evolucionaron como se debía, así que solo se encogió de hombros y miro hacia la ventana. Ellos seguían burlándose de Jimin pero el simplemente les daba el avión, ya que iba repasando en su cabeza lo que había estudiado para el examen la noche anterior, una vez llegó el bus al instituto Jimin fue el primero en bajarse, entrando rápidamente antes de que el grupito de homosapiens lo acorralara, para su suerte los detuvieron en la entrada por portar el uniforme inadecuadamente, a lo que respiro con más calma y se dirigió al su salón de clases

Al subir las escaleras se topo con una chica que se miraba bastante pálida, sus ojos estaban rojos y llorosos, al igual que su nariz roja y con algunos mocos asomándose atravez de sus fosas nasales, tenía los labios bastantes resecos, su respiración entre cortada y balbuceaba incoherencias inentendibles, a lo que Jimin al instante se preocupo

—oye, ¿Estás bien? ¿Te sientes mal?— dijo Jimin buscando su mirada, pero está simplemente la tenía perdida -te llevare a la enfermería- tomo su brazo y lo paso por su cuello, y se sorprendió al sentir su piel demaciado fría, a lo que un escalofrío recorrió la espina dorsal de Jimin, pero aún así el se dispuso a llevarla a la enfermería, camino por los pasillos con la chica colgando sobre su hombro, y como era de esperarse la mirada de todos se posaban sobre él, pero lo que a él molestó fue que nadie se ofreció a brindarle su ayuda, pero él trató de concentrarse de que la chica no cayera al piso por lo débil que estaba ya que al caminar a ella se le doblegaban las piernas de la poca fuerza que ella tenía