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*también me gusta el hockey y al ver a Max jugar, me inspiró.

Max Verstappen era conocido por su liderazgo, y también, por ser una bestia en el rink. Los toros rojos eran la pesadilla de cada equipo escolar. Desde su primer año, habían ganado cualquier copa, desde ligas estatales a internacionales. No había duda de que el Verstappen menor llegaría a la NHL.

Además, su defensa en contra de los otros capitanes también pertenecía a los puntos por lo que Max era famoso. No tenía piedad. Todo eso Checo lo había aprendido cinco minutos antes de que el juego comenzara.

—Es muy probable que termines en el hospital, pero te iremos a ver. No te preocupes, Checo— Albon le apretó el hombro, a modo de consolación —Te llevaremos lo que pidas. 

Lo habían sacrificado porque era el nuevo. Dos meses atrás, a Checo ni siquiera le gustaba el hockey, pero los chicos del equipo le habían rogado y Checo tuvo que aceptar para que lo dejaran en paz, y además le ofrecieron el puesto de capitán, lo que alentó su ego, pero ya sabía la verdadera razón y se sentía timado. Tampoco sabía patinar sobre hielo, así que los chicos pasaron horas enseñándole, y Checo no quería desperdiciar el tiempo invertido en él. 

—Son unos cabrones traidores— Checo les dijo, pero ellos no veían qué habían hecho mal. En definitiva, los europeos y los asiáticos no tenían moral. El único que parecía estar arrepentido era Nico, el subcapitán.

No iba a durar el primer periodo, posiblemente terminaría tacleado, sin un diente, o tal vez dos, porque Max Verstappen le llevaba una cabeza. 

Checo se colocó el protector bucal y después el casco sin saber que cierto capitán lo estaba observando embelesado. 

Max juró que alrededor del capitán de Sauber, estaban cayendo pétalos de rosa y sus movimientos pasaban a cámara lenta. Su cabello azabache se estaba moviendo con aire que salía de la nada. Sus ojos eran bonitos, y sus delgados labios formaban una línea recta. Se tocó el pecho. No iba a hablar de sus pecas, porque caería completamente rendido. ¿Así era como se sentía un flechazo? Max supuso que sí.

—Max, ¿seguiremos las estratégias?— Dani quería saber, no se lo preguntaban al entrenador porque Max era el más competente.

—Si, yo me encargo del capitán— Max respondió. 

En el descanso después del primer tiempo, Max fue acorralado por sus compañeros.

—Max, ¿qué diablos? Eso no es encargarse del capitán. Nos están ganando y estamos hablando de Sauber. Lo más bajo.

Los reclamos de Carlos le entraron por un oído y le salieron por el otro.

—No es mi culpa que yo tenga que cargar con este equipo yo solo— Max alzó los hombros.

El capitán los dejó con la boca cerrada. En vez de estar de quejosos, deberían hacer más por el equipo en vez de dejarle todo el trabajo.

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Sus dientes seguían siendo veintiséis, había perdido una muela por las caries además de las muelas del juicio. Max incluso le ayudaba a levantarse cada vez que terminaba estampado en el hielo. Llevaban la delantera, pero debía de ser un milagro. Eran el último equipo en la tabla de resultados, pero si ganaban, Force India pasaría al final.

—No puedes ser la excepción a la regla. Siempre destruye a los capitanes— Alex lo apuntó con su stick.

Los demás asintieron. Checo no entendía a qué se refería, pero él estaba agradecido de estar completo.

—Le gustas al capitán— Zhou recalcó —Lo que es raro porque su novia es una belleza universitaria. Aunque, creo que escuché rumores de que habían terminado.

—No importa. Más a nuestro favor. Si le das unas miraditas y una sonrisa, tal vez podamos tener ventaja y ganar el partido.

—No le gusto y no voy a hacer eso. Ya dejen de sacrificarme cuál cordero— Checo se quejó y se puso de nuevo el casco. Solo quería que el partido terminara e ir a casa.

El segundo periodo dio inicio. Max le cedió el disco y pudieron anotar de nuevo al inicio. Checo estaba procesando lo que sus compañeros habían dicho. No era verdad, ¿o sí? Checo iba a comprobarlo. Estaba luchando por el disco con el número 3 de los toros rojos, le sonrió a Max, aún con su protector bucal y el capitán le regresó la sonrisa. Eso no significaba nada, pero el disco estaba siendo guiado por su bastón. 

Al final, ganaron el partido. Levantaron a Checo en una ola de gritos. Era el MVP, pero en realidad había sido por la ayuda de Max, sino, los toros rojos los hubieran aniquilado.

Nico, siendo el mayor, era el único que tenía acceso a un auto, así que él los llevaría al lugar donde festejarían. Checo cargó su equipo a la espalda, dispuesto a seguir a sus amigos (ese término aún estaba por confirmarse). 

—Ey, Checo.

Checo detuvo su andar y volteó. Se encontró con Max. Él también estaba en ropa casual, con su equipo al hombro. Él se veía sumamente atractivo, y era un pensamiento que ambos compartían. 

—Felicidades por ganar.

—Gracias por la ayuda— Checo le sonrió, llevando todo un remolino por el cuerpo de Max, luego, pensó en espantar a sus compañeros —¿Quieres venir con nosotros a festejar? Comeremos hamburguesas. 

—No creo que sea bienvenido.

—Serás mi invitado. Vamos— Checo lo agarró de la muñeca y lo llevó con él.

Los chicos se miraron entre sí. No podían evitar estar nerviosos y un poco temerosos frente al enigmático Max. 

—Irá con nosotros. Espero no les moleste— Checo les sonrió dulcemente. Él no se había percatado de lo que su mano sobre la muñeca le estaba causando a Max.

Sus compañeros asintieron. Checo sonrió triunfante. Si era honesto, su victoria había sido gracias a Max, así que él merecía ser parte de la celebración. La vida estaba llena de sorpresas, y tal vez, Checo terminaría asistiendo a los partidos de su novio el jugador profesional más joven de la NHL, Max Verstappen 

*Al rato subo otro, tengo que seguir limpiando :'v

Gracias por leer!! ,^^

Chestappen Plot BunniesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora