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Diana estaba leyendo un gran libro de historias de la magia cuando escuchó un suave golpeteo en la puerta. Se giró confusa y se levantó de la silla para abrir.

-Oh! Akko, eres tú. ¿Necesitas algo?

-Sí! Quería saber si me podrías ayudar con mi tarea.

Diana había comenzado a ayudar a Akko de vez en cuando con su tarea unos meses atrás.

-Claro! -Diana respondió, intentando ocultar una sonrisa-. Pasa. Hagamoslo aquí.

Akko entró a la habitación y se sentó en el piso con un libro, su varita y un cuaderno en mano.

-¿Cuál es tu tarea? -le preguntó la rubia, sentándose frente a ella.

-Debo encontrar un hechizo que haga crecer las plantas con rapidez y aprenderlo -respondió Akko.

-Bien. Busquemos en la sección de botánica.

-¿No lo sabes? -preguntó Akko.

-¡Claro que sí lo sé! -respondí Diana, ofendida-. Lo buscaremos para que hagas toda tu tarea correctamente.

-Sí, lo siento -dijo Akko nerviosa con una sonrisa extraña.

-Mira, busca aquí.

Akko comenzó a buscar y Diana se mantuvo observándola. Sus mejillas comenzaron a sentirse calientes y sus ojos estaban muy abiertos, despegó la mirada de la japonesa y se mantuvo viendo al piso hasta que escuchó a Akko exclamar.

-Lo tengo! Es Kraki-thambia, ¿cierto? -Diana asintió.

-Ese es. Anotalo y vayamos al campo a buscar una planta, ¿sí? -Akko asintió y obedeció.

Ambas se levantaron y salieron de la habitación, caminaron por los pasillos sin dirigirse la palabra o tan siquiera mirarse hasta pasar por la puerta y sentir el sol contra su piel. Avanzaron hasta el campo, esta vez echándose miradas de reojo.

-Aquí, mira -Diana señaló una pequeña flor rosa.

-Bien.

Akko soltó un suspiro y se posicionó para decir el hechizo y...

Nada.

Diana negó, sin saber si frustrarse o sonreír divertida.

-kraki-thambia -dijo con tranquilidad Diana, apuntando a una pequeña flor amarilla. La flor pronto dejó de ser pequeña y ahora era tan grande como un pequeño árbol.

-Wow! -Akko la miraba asombrada.

-Intentalo -la animó Diana, sentándose contra el tallo de la flor amarilla.

-Kraki-thambia -la flor creció unos cuantos centímetros. Akko dio un par de saltos festejando y riendo. Una pequeña sonrisa se formó en los labios de Diana.

-Bien hecho -dijo levantándose.

-Quiero intentar hacerla más grande -le dijo Akko.

-Bien, te esperaré -Diana se giró para que Akko no la viera sonreír y se recostó nuevamente en el tallo, esta vez parada.

Akko repitió el hechizo tantas veces que el cielo ya había pasado de celeste a naranja cuando logró el tamaño deseado. Diana la observaba con una sonrisa de orgullo y admiración que esta vez no se molestó en ocultar.

-Lo hiciste muy bien -dijo en un tono bajo y dulce, acercándose a la castaña. Akko sonrió agradecida-. Volvamos. O caerá la noche.

Diana tomó la mano de Akko y comenzaron a caminar por el campo.

-¿Cómo te ha ido en tus lecciones privadas de vuelo? -le preguntó Diana.

-Aún no avanzo mucho sin caerme -murmuró Akko algo triste.

-Ya podrás hacerlo. Mientras tanto yo te llevaré a dónde quieras -dijo Diana, sin antes pararse a pensar.

Akko sonrió.

-Vamos rápido o nos perderemos la cena, es muy tarde -la noche comenzaba a caer.

Akko sonrió divertida al tener una idea y comenzó a correr de repente, obligando a Diana a hacerlo también, al principio esta parecía querer quejarse, pero al final ambas terminaron corriendo entre risas.

-Estás riendo mucho -dijo Akko agitada al llegar a su destino.

-Contigo es difícil no hacerlo -respondió Diana sonriente. Akko se posicionó tras Diana y saltó a su espalda de golpe.

-¿Me llevas? -preguntó, apoyando su mentón en el hombro de la rubia. Diana rodó los ojos con diversión por su atrevimiento, pero asintió.

-Vamos, pero bajaras en el pasillo.

Y así fue, al llegar frente a la puerta del comedor Diana bajó a Akko y entraron. En una mesa grande estaban sus 7 amigas sentadas y dos sillas libres con dos platos llenos.

-¡Hola! -Akko las saludó al llegar.

-Hola -dijo también Diana y se sentaron, una junto a la otra.

-¿Estuvieron todo el día en el campo? -preguntó Lotte. Diana respondió con un asentimiento, al notar que Akko ya estaba devorando su comida.

Todas terminaron de comer y salieron del lugar hacia el pasillo.

-Buenas noches -dijo Diana con seriedad y comenzó a alejarse sin dejar a nadie responder. Sus amigas se fueron segundos después murmurando un "adiós".

-Bueno, iré a dormir -dijo Amanda, retirándose y sus amigas la siguieron.

-¡ADIÓS, CHICAS! -gritó Akko como despedida.

-Vamos también a la habitación -dijo Sucy y las otras dos asintieron.

-Oigan, ¿alguna vez les gustó alguien? -preguntó Akko.

-¿Quién te gusta? -dijo Sucy. Sin rodeos.

-¡¿EH?!

-Es obvio que sí preguntas es porque te gusta alguien.

-Yo sé quién le gusta -dijo Lotte con seguridad.

-¿Quién? -preguntó Sucy.

-Trata de adivinar -ya hablaban como si Akko no estuviera presente.

-¿Andrew?

-Iugh -masculló Akko. Lotte rió.

-No, tonta. Diana -aclaró la peliroja.

-Oooh.

Las mejillas de Akko se volvieron completamente rojas.

-¿Qué debería hacer? -preguntó cubriéndolas.

-Descubre si le gustas -Lotte se encogió de hombros-. No soy una experta en el amor, pero...

Llegaron a la habitación y se acostaron en sus respectivas camas.

-Buenas noches -murmuraron todas y pagaron las luces, pero Akko no podía conciliar el sueño.

Estás En Mis Sueños ✪ (Diakko) || (Wlw) ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora