El beso

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¿ Solo trajeron una revista sobre círculo familiar ? - les preguntó Blas.

Esto me tiene harto, no puedo sacar una maldita ventaja de esta estupida y maldita enfermedad, solo viene cuando no quiero y siempre en los peores momento, hijo de puta. - el mayor puteo muy enfadado.

Dijiste 4 frases sin ningún tic. - hablo Fran con vos tediosa.

Pero puteo unas diez veces ¿ cuál es la diferencia ? - dijo el pelinegro muy hostigado.

Vos mejor... cerra el orto Blas. - trató de hablar pero sus tics se lo impidió.

Ah, ya volvió. - respondió Blas con tono burlón.

Bienvenido al circo de fenómenos. - musito el de rulos.

¡ Ahora ! ¡ Por qué carajos ahora ! - exclamo Esteban muy enfadado.

Hay que rajar antes de que se den cuenta de que no tenemos para pagar la nafta. - dijo Fran. 

Absolutamente no, yo entraré a comprar algo para comer. - pronunció Blas muy decidido.

Ustedes quédense aquí, y estén listos para cuando vuelva. - dictó el menor.

Ambos mirando muy confundido a Blas y voltean a observarlo, y este solo hace una seña para que entren en el vehículo.

¿ Enserio ? - pregunto el rubio.

Blas se acercó al mini supermercado, eso si, sin antes  abrir y cerrar la puerta.

¿ Buenas noches señor, donde puedo encontrar los guantes de látex ? - pregunto el menor mientras miraba al trabajador.

Uhh, carajo...carajo. - Esteban maldecía por sus tics.

Esteban relájate. - dijo Fran mientras trataba de poder estar algo tranquilo.

Tengo un duende en mi cabeza que se la pasa riéndose de mi, que siempre hace que diga lo más inapropiado en el momento menos apropiado y relajarme es lo que menos puedo hacer. - explicó  Esteban muy afligido.

¿ Vos por qué no comes ? - pregunto el castaño mirando al Fran.

¿ Que ? -

Mi cerebro está descompuesto, pero vos solo tenes que comer algo. - mencionó el mayor.

Yo...ja... no es tan sencillo. - balbuceó el de ojos verdes.

¿ Por qué no ? - volvió a preguntar el mayor, pero son interrumpidos por Blas.

¡ Vámonos ! - gritó el menor apurándolo. 

Dale. -

¡ Lo hiciste ! -  dijo Esteban muy extasiado.

Los tres lograron su cometido, nuevamente.

Agarralo hasta que te haga... - Fran le estaba enseñando a Esteban como fumar, y este le cuesta un poco el no tragar el humo.

Exacto. - dijo Fran algo sonriente ver como al castaño el costaba fumar.

¿ Por qué lo estoy haciendo ? - cuestionó Esteban.

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