TONTA CABEZOTA

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-Dulzinea, quieres porfavor darle un beso a tu madre, no te estoy pidiendo mucho, es solo un beso- sonrió mientras estiraba su mano.

Eh estado pensando que mi madre no ve como una hija, pero eso es lo de menos.
Tomé su mano y bese de ella, soy como una pieza más de su colección.

-Ya, retírate, tu cara estirada me arruina el día - gracias cara mía.

[...]

-Señorita Dulzinea, un paquete para usted.-

Otro más, porque sigue el señor sombrerero enviando más sombreros.
Lo pasado pisado, ni que yo fuera a cortar su cabeza.

-Dulzinea- mi madre entró a mi habitación. -¿Más sombreros?, me pregunto que vas a hacer con tanto sombrero. El sombrerero debería dejar de enviarlos, no van con tu... -su mirada me inspeccionó de pies a cabeza- Ja, como sea- hizo una seña con su mano en forma de que le daba igual y salió.

No van con mi que?.

[...]

Salir de esa cárcel llamada hogar es un alivio, lo único que hace mi madre es decirme que no soy linda, por el simple hecho de no tener sus... atributos.

Había salido a caminar un poco, eh recorrido demasiado este pueblo y ya hasta de memoria me sé las calles, pero esta vez había algo raro, quizás porque salí más temprano a caminar; había una tienda nueva, o más bien, una la cual siempre estaba cerrada, hoy está abierta.

- Señorita, no puede entrar ahí - guardaespalda, ni que tuviera 5 años dios mio.

-Porfavor, mi madre ni siquiera está aquí, además, que me va a hacer si entro, cortarme la cabeza?- dije en son burlón y entre a la tienda.

La tienda estaba llena de maniquíes de cabezas, con sombreros, sombreros en el techo, en las paredes, y muy colorida.

-Las medidas están tomadas, el sombrero estará listo en dos días, le haré llegar un recado para que pueda pasar a recogerlo- una voz masculina se escuchó, más o menos, joven.

-Muchass gracias, con permiso.- una señora ya grande, salio de la tienda, no sin antes voltear a verme, cuando me vio, jure que se iba a morir, su cara se puso pálida y salió corriendo de la tienda.

La persona que estaba atendiendo dirijo su mirada a mi, otro muerto?. Su cara pálida al verme era igual al de la señora, un chico; era un chico más o menos de mi edad, pelo naranja y traje de gala un poco roto, un sombrero cordobés, eh aprendido mucho de los sombreros debido a cada paquete que llega cada mes con un sombrero..nota y descripción de cada sombrero; y su mirada, pues que digo, me estaba viendo y parecía haber visto un muerto.

-Eh, disculpa...- al terminar de decir esas simples dos palabras, el chico se levantó de inmediato y nos empezó a hechar fuera de la tienda, con la excusa de que ya estaba cerrado.

¿Que le pasa?

-Señorita Dulzinea, será mejor que volvamos- el guardaespaldas tocó mi hombro y rápidamente quite su mano.

-No me pienso ir, no hasta que ese grosero me de una explicación del porqué me hecha de su tienda, que a caso no sabe quien soy?- volteé a verlo e hice una cara de pregunta, ya saben.

-Estoy seguro de que el chico sabe muy bien quien es usted señorita- dijo.

-Entonces, porque nos sacó así, como si fuéramos, perros.; No me voy a ir, hasta que ese idiota me escuche!- caminé hasta la puerta de la tiendo y empecé a tocar con insistencia para ver si así abría, pero valla que se negó, no escuche ningún ruido y por más que golpeaba no abría. -Por hoy te la dejo pasar, pero voy a regresar, te lo aseguro- dije, di media vuelta y volvimos a casa.

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⏰ Última actualización: Aug 19 ⏰

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