We broke our silence (Reprise)

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Pequeñas maravillas, de Sergio Silva
Little Wonders, de Rob Thomas


❝ Tantas promesas, juramentos e ilusiones...
las palabras importantes
son acciones, no actuaciones. ❞



Penetró dos dedos en su vaso, sacando algún que otro hielo, y sin más se lo llevó a la boca. La frescura la invadió. Se llevó una servilleta y limpió los rastros de aquel líquido. Y, cuando empezó a dar un sorbo de su bebida, oyó pasos a su lado, y una figura sentarse a su costado. Su mirada se deslizó hacia su nuevo acompañante, y captó aquel emblemático pelo rojo── . . . ─al reconocerlo, emitió un gruñido, hosco y seco, y con enojo saludó a su acompañante recién llegado── Soñé que te disculpabas por haberme destruido ─fue su saludo. Unos instantes de silencio, y lo pudo escuchar reírse y eso la enfureció más. Volteó, contrariada──. ¿¡Qué es tan... !?

El pelirrojo no contesto enseguida, llamo al barman y, esperándole contesto──. Por favor, Meg. ¿Es tan extraño u algo malo para un hermano tenga que preocuparse un poco más de su hermanita? ─estaba a punto de abrir la boca para echarle en cara lo que ella pensaba, en hacerle ver el daño que le causó al sentirse abandonada por su única familia, pero, en solo un ademán, no la dejo terminar──. Solo deja esos tontos rencores del pasado, vine para dejar a un lado de una vez por todas nuestras diferencias. En arreglar las cagadas que me mande, y en disculparme por haberte lastimado ─manifestó en un ronco susurro, estaba hablando en serio. Y su mirada ambarina chocó contra su semejante, pero la masculina chispeo dándole entender que estaba hablando en serio. No quería desechar su orgullo así de fácil, así que se mantuvo firme, calcando la misma dureza que la de él.

Ese silencioso y mutuo reto de miradas parecía compaginarse con Bad To The Bone, de George Thorogood & The Destroyers que comenzaba a sonar por la radio del local── Nuestros padres están muertos, somos la única familia que tenemos. Así que deja ese odio ridículo que tienes sobre mí por algo estúpido. Yo mismo estoy arrepentido del como te ignore, y que, aún sabiendo que era lo único que te quedaba... aún así te deje de lado. Pero, hazme el favor, pon tú también de tu parte, para comprenderme: no podía simplemente olvidarme de lo que yo he sufrido después de "ese accidente" ─gruñó por lo bajo──... no podía simplemente darte prioridad a costa mía, y reprimir mis p*tos traumas. No eres la única que sufre, y, definitivamente, no eres la única víctima aquí, Meghan ─eso le pareció como un golpe bajo y directo, más no lo negó. Desconectó de esa conexión visual.

Lo dicho le dió justo en su ego...

En su mente, transitaba por un sendero, volviendo a la infancia, debajo un cielo de azul pálido, somnoliento y perezoso, dónde iban saliendo del viejo Volvo de su padre para una excursión a pie, su hermano persiguiendo a un petirrojo y a un Canario que volaban cerca, agitándose entre varias ramas y alzar el vuelo hacia el árbol más alto. Y ella practicando junto a papá para que termine dentro del equipo de béisbol... Y de pronto, en lentos destellos, sus recuerdos se tiñeron de un huracán de fuego, convirtiendo sus destiladas memorias en cenizas. Entre las ruinas, de la edificación incendiada, cada vez más negras y chamuscadas... su suave voz, esa que tanto le había recitado sus nanas y cantos que ella le acompaña, se va desvaneciendo. Su padre estaba siento devorado por las llamas, preso y atrapado en aquella cuna de fuego.

Intento correr en su auxilio, más los brazos de su hermano la retuvieron. Incluso aunque fuese una locura, quería salvarlo. Tu fría y suave piel... una desagradable sensación se instalo en ella, ese fue el primer momento que no lo quería cerca, y usaba toda la fuerza que poseía una niña de su edad para zafarse de su agarre. ¿Por qué la retenía? ¿Quiere dejarlo morir? Más ese sentimiento de quererlo lejos se esfumó una vez, cuando ya amanecía, y el fuego se extinguía, fue que se agarró a lo único que tenía. Y, al final, con un ojo palpitante, se quebró. Rompió en llanto. Su hermano la secundó, forzando su abrazo. Y lloraron. Lloramos, y lloramos hasta que nuestras lágrimas se secaran, y haya una sequía en nuestras miradas.

Catching FireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora