Ya han pasado casi cuatros años, cuatro años desde que nos separamos, desde la última vez que lo vi, desde la última vez que hablé con él. A día de hoy muchas veces doy las gracias que nos hayamos separado y con el tiempo me haya dado cuenta de quién realmente era él y quién era yo. Además, de darme cuenta quién hizo realmente bien las cosas y quién mintió durante toda la relación. Desde que nos separamos han llegado personas a mi vida y se han ido igual que habían llegado, pero siempre enseñándome algo.
A veces me preguntó cómo se perdona a una persona que nunca te pidió perdón por haberte cogido del pelo, por haberte pegado o por haberte maltratado psicológicamente y lo pienso y llego a la conclusión de que no se perdona y mucho menos se olvida. O a lo mejor se perdona para poder continuar con tu vida y no tener cuentas pendientes con el pasado, pero nunca nunca en la vida se perdona ese tipo de comportamiento que hayan tenido esas personas contigo, si es que tienes amor propio, te respetas y te valoras como MUJER.
Maldito el día que los de protección a la mujer de violencia de género me llamaron y me dijeron que iba a salir en verano del 2030, porque es como una bomba de relojería de marcha atrás, como me dijo una amiga. Te están dando un tiempo limitado para volverte más dura, más fuerte mentalmente y físicamente para que cuando esa persona se presente delante tuya, tú ni siquiera te pares a mirarlo porque ya no lo ves de tanto amor propio que tienes dentro de ti.