Pacto con el diablo

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Lilith

Me despierto sobresaltada, el corazón latiendo desbocado. Tuve una pesadilla diferente, una que se siente demasiado real. Bajaba a por un vaso de agua cuando, de repente, un hombre extraño apareció ante mí. Aún puedo recordar sus ojos rojos, dilatados por... ¿el deseo?   El dolor en mi cabeza es estrepitoso, como si mil martillos golpearan mi cráneo. Tengo la peor resaca de mi vida, lo extraño es que no he bebido... o al menos no lo recuerdo. Me froto los ojos mientras trato de orientarme en esta oscuridad confusa.  Miro a mi alrededor y... ¡¿QUÉ COÑO?!  
No estoy en mi habitación. En lugar de eso, me encuentro en un espacio enorme, con un ventanal que ofrece vistas a una ciudad desconocida. ¡EL CIELO ES ROJO!

Trato de calmar mi respiración, pero el pánico me invade como una marea oscura. Lo de anoche no fue un simple sueño; ocurrió de verdad.  No tengo señales de haber sido abusada... o eso creo. No me duele nada, excepto la cabeza. ¡DIOS MIO! ¡HE SIDO SECUESTRADA EN MI PROPIA CASA! ¿¡CÓMO ES ESO POSIBLE!?  Me levanto de la cama y me acerco a la puerta que supongo es la salida.

Sorprendentemente, no está cerrada.  Al abrirla, me encuentro con un largo pasillo lleno de puertas que se extiende hacia la oscuridad. Al final del pasillo hay una escalera de caracol que parece llevar a algún lugar más aterrador aún. Muevo mis pasos en silencio, el miedo se apodera de mí cuando escucho pasos detrás; acelero el paso hasta llegar al primer piso.  El lugar está decorado con sofás elegantes alrededor de una mesa central y una barra en un lado. Una puerta lleva a otro pasillo lleno de puertas que son un misterio total.  Escucho pasos más cerca esta vez y abro la primera puerta que encuentro: detrás hay una cocina deslumbrante.

—Veo que ya te has despertado —dice un hombre sentado en la barra, bebiendo algo oscuro, que no estaba allí antes—. ¿Has dormido bien?

—¿Quién eres? —pregunto, mi voz temblando entre la incredulidad y el miedo. 

—No recuerdas nada de anoche —afirma con calma—. Soy tu amo a partir de ahora.

—¿Mi amo? —repito con perplejidad; ¿ahora tengo dueño? 

—Como escuchaste, Lilith, soy tu amo.

—Esto no puede ser... esto es una broma, ¿cierto? —Si lo de anoche es real, eso significa que él es... 

—Lucifer no hace bromas; esto es muy serio. 

Mis lágrimas comienzan a agolparse mientras las preguntas asaltan mi mente

—. Esto no puede estar pasando...

—Al contrario, nena; sí está pasando —toma un trago del vaso y sonríe maliciosamente —. Aunque si quieres irte, puedes hacerlo. 

—¿En serio? —mi voz refleja sorpresa y esperanza. 

—Sí, pero... —su tono se vuelve ominoso— tendrás que ganar siete desafíos: uno por cada pecado capital.

—¿Cómo que siete desafíos? 

—Como escuchas: si quieres irte tendrás que ganarlos todos. Si pierdes alguno... serás mi esclava para siempre.

—¿Y si los gano podré irme?

  —Así es.

  —¿Sin trampas? 

—Sin trampas —me hace un gesto para acercarme—. ¿Tenemos un trato? —extiende su mano hacia mí. 

Me lo pienso un momentos; ¿nada puede empeorar, verdad? 

—Tenemos un trato —acepto su mano y él agarra mi muñeca con fuerza antes de hacer un corte con un cuchillo que pareció aparecer de la nada en su otra mano. 

—¡Joder! —exclamo al sentir el frío filo del cuchillo rasgando mi carne.  Él repite el procedimiento en su palma y une nuestras manos ensangrentadas.

—Muy bien, Lilith —me sonríe pícaramente—. Acabas de hacer un pacto con el diablo. 

Pues si que podía empeorar.

Tras sellar aquel oscuro pacto con el misterioso individuo que se hacía llamar "el diablo", una sensación helada recorrió mi cuerpo. Observé horrorizada cómo la sangre brotaba de nuestra conexión mortal, mezclándose en un acto impío. Su sonrisa maliciosa y sus ojos penetrantes me llenaban de inquietud. 

—¿Qué has hecho? —pregunté apenas siendo capaz de articular las palabras entre el terror y la incredulidad.  El hombre se limitó a reírse; era un sonido helador que parecía hacer eco en las paredes del lugar vacío. Sentí un escalofrío recorrerme la espalda mientras intentaba procesar las consecuencias de aquel pacto oscuro. ¿Qué destino aguardaba tras esos siete desafíos? 

La incertidumbre y el miedo se entrelazaban en mi mente, creando un torbellino de emociones perturbadoras.
Mientras me enfrentaba al perturbador reflejo en el espejo, una presencia siniestra pareció materializarse en la habitación. Un escalofrío recorrió mi espalda al percibir su llegada, y cuando giré lentamente para enfrentar al origen de aquella aura maligna, me encontré con los hermosos y a la vez escalofriantes del hombre que se hacía llamar Lucifer.
Su mirada ardiente parecía atravesar mi alma, y su sonrisa retorcida revelaba un conocimiento oscuro y antiguo. Con voz
grave y penetrante, comenzó a dictar las reglas de la casa con una solemnidad que helaba la sangre.

—Aquí las reglas son claras— comenzó, su tono resonando en la habitación como un eco lejano. —El desayuno se servirá puntualmente a las 8 de la mañana, y la cena a las 10 de la noche. Durante tu estancia aquí, tendrás libertad para vagar por la mansión, pero te advierto: no entres a la puerta oscura.

Las palabras del diablo resonaron en mi mente como un ominoso presagio, y su presencia imponente llenó el espacio con una energía opresiva. Antes de desvanecerse en las sombras como si nunca hubiera estado allí, añadió con un tono de advertencia:

—No serás obligada a abandonar esta habitación a menos que haya un desafío. El primero llegará en 7 días.

Quedé sola en la habitación, con el eco de las palabras del diablo resonando en mis oídos. ¿Qué desafíos me aguardaban en los días venideros? ¿Y qué oscuros secretos acechaban tras la puerta prohibida?
Acababa de sellar un pacto con el diablo ¿Me arrepentía? Si, pero no había tenido ninguna otra opción.
Solo de una cosa estoy segura.
Ganaré los desafíos y regresaré a casa.

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NOTA IMPORTANTE:

Como se menciono, la protagonista haré 7 desafíos cada uno por un pecado capital.
En este libro los pecados capitales están un poco cambiados para que los desafíos fueran más entretenidos.
Los pecados quedan de esta forma:

Soberbia= arrogancia

Avaricia= esta se mantiene

Ira= rencor

Envidia= celos

Gula= indulgencia

Pereza= desinterés

Lujuria= esta se mantiene

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⏰ Última actualización: Aug 24 ⏰

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