Esto no puede estar pasando pero todo parecía real, pensó en volver. Sí, se levantó de la cama por la mañana. ¿Esa era la razón por la que su día iba de mal en peor? No, comenzó ayer cuando Seokmin Runner entró en su vida, el Warsarian le hizo desear cosas, su voz le envió un escalofrío de placer por su espina dorsal y su toque envió fuego corriendo a través de él y no estaba seguro de que le gustase, no, eso no era cierto, le gustaba pero no quería que le gustase. ¿Tenía eso sentido? Esperaba que sí, incluso con una pistola apuntándole.
Observó el arma, siempre supo que su muerte sería violenta, mucha gente lo odiaba. ¿Qué es lo que el hombre con la pistola dijo? ¿Había sido llamado a casa? Era algo así. ¿Tenía una casa? Su hermano lo había vendido por lo que no lo quería. ¿El hombre que lo compró pensó que su lugar era su casa? Tal vez este hombre lo había confundido con otra persona que también tenía ojos violetas y pelo oscuro, negó con la cabeza eso era poco probable.Seokmin se paró frente a él actuando como un escudo, probablemente le odiaba también, desde que se conocieron había visto a dos hombres abusar de él y ahora otro hombre estaba amenazando con matarlo, quería pasar más tiempo con el Capitán Runner, no sabía por qué pero había algo en el Guerrero que lo hacía sentirse querido.
― Parece que tengo que ir con ese idiota ― dijo y parpadeó mientras su voz revelaba su miedo, el hecho de que sabía que su muerte sería violenta no significaba que quería morir, nunca antes se sintió tan seguro de que su vida había terminado por eso nunca se dio cuenta de que quería vivir.
― ¿Por qué lo quieres? ― preguntó Seokmin.
A diferencia de él su voz nunca vaciló, odiaba sus manos temblorosas y el cuerpo débil, el Guerrero era fuerte mientras que él estaba tratando de sujetar su miedo. No dejaría a Seokmin morir por él, intentó dar un paso alrededor del Guerrero pero esté lo empujó a hacia atrás.
― ¿Quién eres tú? ― Seokmin exigió.
Los labios del hombre se arquearon hacia arriba, ellos eran la única parte visible de su cuerpo lo que hizo que su sonrisa fuese espeluznante y continuó apuntando la pistola hacia Seokmin pero el Warsarian nunca vaciló. La certeza de que la acción era al parecer estúpida obligó al extraño a dar un paso atrás.
― Contéstame, ― Seokmin exigió.
Si esta voz se dirigiera a él se pondría de pie y obedecería.
― Él tiene obligaciones familiares para atender y ellos lo quieren en casa.
La familia que lo vendió lo estaba llamando de vuelta.
― Me vendieron ― dijo y la tristeza y el dolor hicieron que su voz saliera como un chillido. Seokmin se endureció ante sus palabras. ― Ellos no quieren tener nada que ver conmigo.
― Me contrataron para hacerte volver. No puedo matarte ― el hombre lo miró antes de centrarse en Seokmin ― Pero puedo matarlo a él, la elección es tuya.
Seokmin resopló.
Algo estaba mal, este hombre hablaba demasiado para ser un verdadero profesional, no debía una explicación a Seokmin pero el tono del Guerrero imponía respeto por lo que este hombre le respondió, trató de detener el temblor de sus manos pero estaba apenas aguantándo, a continuación, el aire pasó a través de él y cuando levantó la vista y Seokmin se había movido, parpadeó y el hombre con la pistola estaba siendo presionado contra la pared y levantado del suelo por el Capitán con sus dedos alrededor de la garganta y la otra mano estaba agarrando su muñeca, y el hueso se rompió con un crujido repugnante y el hombre gritó de dolor, la pistola cayó al suelo y Seokmin la pateó lejos.
― ¿Otro amigo tuyo? ― el Guerrero preguntó con un dejo de sarcasmo, cada vez que lo había visto alguien estaba atormentándolo. ¿Pero amigos? Eso tenía que ser parte del sentido del humor del Guerrero.
― Los amigos no se disparan entre sí.
― Desde que te conocí alguien te atacó, otro hombre te golpeó y ahora alguien trató de dispararte. ¿Qué sigue? ¿Lucha a cuchillo? Eso parece un poco soso en comparación con el resto. ― La voz de Seokmin se sacudió con ira.
Había interpretado mal su control, el Guerrero se inclinó y presionó algunos botones en su ordenador de muñeca.
― Los guardias estarán aquí pronto. ― miró al gran cuarto de baño en el que cabían por lo menos veinte hombres al mismo tiempo. ― Toma tu baño, yo te protegeré.
Los ojos de Seokmin recorrieron su cuerpo en una forma menos―que―casta y todo el miedo se le fue rápidamente.
― Yo prefiero no desnudarme y lavarme el culo cuando los guardias están a punto de entrar.
En un momento estaba solo y al otro tenía a Seokmin contra él.
― ¿Crees que dejaría que alguien entrara aquí si estuvieras expuesto? Nadie va verte limpiar tu culo, sólo yo y después de algunas noches largas en mi cama, te ayudaré a lavarlo y solo será mi esperma el que esté enterrado profundamente dentro de ti.
El sexo era sólo una palabra para él, había estado tanto tiempo huyendo de los avances de los otros hombres que no sabía cómo reaccionar y este era un intento obvio de seducción, pero ¿cómo debía responder?, no se oponía a unas cuantas noches con el fuerte cuerpo de Seokmin sobre el suyo, tomó una respiración profunda, si no dejaba de pensar así necesitaría un baño de agua fría y no un baño caliente.
― ¿Qué quería decir con llevarlo a casa? No dejes nada fuera, dime todo acerca de la familia que te vendió.
La voz de Seokmin era persuasiva como si estuviera tratando con un animal herido y eso no lo ayudó a calmarse.
― No he visto a mi familia desde que los traficantes de esclavos me llevaron, no sé nada de ellos.
Eso era cierto, su familia era lo suficientemente poderosa para que solo tuviera que leer las noticias para estar informado pero no fueron buenos con él y ser vendido aún le molestaba así que evitaba leer sobre ellos.
― ¿A quién te vendieron?
― A un anciano que apenas sabía cómo mantener un esclavo. ― el hombre lo había golpeado y lo dejó hambriento, los primeros meses fueron un infierno pero sabía cómo estas casas funcionaban y a diferencia de otros esclavos, podía leer y eso le hizo más valioso, el viejo le dio otros puestos de trabajo. ― Un día tomé el dinero de su seguro y hui.
Su corazón había golpeado todo el camino hasta el puerto espacial pero él fue capaz de pagar el transporte a uno de los mundos exteriores, se había mezclado y vivió con un grupo de niños abandonados.
― Fui al mundo exterior, a los planetas donde los esclavos pueden esconderse, me uní a una banda y comencé a robar.
Los Warsarians odiaban a los ladrones más de lo que odiaban a los esclavos, esperó la ira de Seokmin pero el Capitán se limitó a asentir.
―Trabajaste para el hombre entonces él debería haberte pagado, yo no considero coger ese dinero como un robo, ningún hombre debe tratar de poseer a otro y en cuanto a ir a los mundos exteriores fue un buen movimiento, solo robaste lo que necesitabas para sobrevivir, no estás orgulloso de ello pero tu voluntad de vivir es fuerte. Me gusta eso. ― ¿Por qué Seokmin no lo odiaba? ― ¿Por qué dejaste el mundo exterior?
― Yo quería un cambio ― se encogió de hombros como si no fuese un gran problema. ― Yo quería más que comer basura y robar para sobrevivir, me puse a buscar una casa mejor y vine aquí.
Había más en su historia pero no lo compartió, llegó a este mundo para estar cerca de su planeta de origen y en las noches claras podía mirar las estrellas y ver el planeta al que una vez había llamado casa, era extraño que las personas que habían estado en su vida no significaban nada para él pero el mundo que había dejado le hizo anhelar volver, se frotó las marcas de los esclavos que lo mantuvieron apartado.
― ¿Qué sucedió? ― El Rey Warsarian preguntó mientras entró en el cuarto de baño.
Parpadeó, Vernon nunca se aventuró en el área de los criados antes.
― Ese hombre vino por Minhao, es nuevo en esta línea de trabajo pero al parecer la familia de Minhao puso un contrato en él.
Vernon levantó una ceja y lo miró, desvió la mirada, se sentía de dos centímetros de altura bajo ese ceño fruncido.
― Vernon ― Seokmin dijo con una advertencia en su tono, para su sorpresa, Vernon sonrió y miró hacia otro lado.
― Bueno, mi pequeño sirviente, los hombres no atacan a las personas que viven dentro de mi palacio pero conseguiste que eso sucediera y hasta que el asunto se resuelva vas a permanecer con el Capitán Runner.
― ¿Qué pasa con mis derechos? Seongkwan me está esperando. ― sin su amigo, no tenía a nadie con quien hablar y estaría solo.
― Si fueras atacado cuando Seongkwan está cerca entonces mi compañero podría estar en peligro también ― dijo el Rey y sus ojos brillaban de color rojo cuando se imaginó este escenario.
Cerró los ojos, nunca pensó en ello, una mano fuerte presionó su espalda.
― Me quedaré contigo.
El calor del cuerpo del Guerrero hizo qué su corazón vibrara y sus rodillas estaban débiles. Seongkwan estaba seguro y Seokmin era peligroso, él podría escapar por algunos días sabía cómo sobrevivir en las calles pero sus piernas no cooperaban, mientras su mente sabía que tenía que ir lejos, su corazón quería quedarse.
― Voy a seguir interrogando al cautivo. ― el Rey miró a Seokmin. ― Sácalo del palacio, tu casa está lo suficientemente escondida y nadie va a encontrarlo allí. Si descubro algo nuevo voy a entrar en contacto contigo.
― Claro que sí.
El Guerrero puso un brazo alrededor de sus hombros y el tacto era muy íntimo, no se molestó en clasificar el tacto, no, era peor le gustaba el toque.
― Espera. ¿No tengo una palabra que decir sobre el tema? ― ya no era un esclavo, no lo había sido en años, Vernon apenas le hizo un gesto con desdén. ― Sólo porque seas el Rey no significa que voy a permitir que me mandes fuera. ― los recuerdos cruzaron su mente de otro Rey, aquel hombre había pensado que no era nada más que basura, también.
Seokmin lo atrajo. ― Shh, está bien.
Vernon nunca respondió a su explosión irrespetuosa, no sabía por qué pero él quería que el Rey le hiciera daño y ahora estaba muy crudo y quería sentir dolor. En menos de media hora a pie llegaron al lugar de Seokmin, no era sorprendente ya que los hombres ricos y poderosos vivían cerca del palacio, y el Capitán lo era mucho, el corto viaje no le dio tiempo suficiente para que se preparase mentalmente, estar a solas con el Guerrero podría empujarlo sobre el borde dejándolo caer en horas de juego sexual. Esto tenía que ser una prueba para ver cuánto tiempo podría resistir sin permitirse a alguien en su corazón pero desde que Seokmin usó su cuerpo para protegerlo del atacante fue perdiendo su resolución, quería descansar en la comodidad y la seguridad de los brazos del Guerrero.
Seokmin mantuvo la puerta abierta, lo miró, no estaba listo y si entraba su vida cambiaría.
― Voy a quedarme aquí ― dijo dando un paso hacia atrás.
Seokmin levantó una ceja. ― No pensé que fueras un hombre que huía, no puedes dormir en el pasillo.
― No estoy huyendo. ― bueno, tal vez eso no fuera verdad. ― Yo no quiero forzar mi camino a la casa de otro hombre, tú no esperabas compañía, eso es bueno. Voy a esperar aqui fuera, problema resuelto. Además, he dormido en lugares mucho peores, por lo menos tengo calor. ― ¿Por qué seguía hablando?.
El Guerrero se tensó, quería correr sus manos sobre los músculos duros pero no se atrevió a acercarse y tocarlo, no tenía miedo del guerrero, pero si él cediese esto llevaría a otras cosas, deseaba al Capitán como un hombre hambriento ansiaba los alimentos y el calor lo calentó, quería desesperadamente ser conquistado y reivindicado por este hombre.
― Yo te invité a mi casa antes del ataque y no te preocupes por forzar tu camino hasta aquí ― dijo Seokmin. ― Piensa en mi casa como en tu hogar.
― Nunca he tenido un hogar, yo he vivido en diferentes lugares pero no eran mi hogar. ― le dolía el corazón por algo que nunca había conocido.
― Entonces, no des la espalda a lo que te estoy ofreciendo. Entra, no pasará nada que no quieras que suceda.
Creía en estas palabras pero no confiaba en sí mismo, le temblaban los dedos con la necesidad de tocar a Seokmin, nadie lo había tratado como un hombre capaz de tomar decisiones. El Guerrero pasó un brazo alrededor de sus hombros y lo guió a la casa antes de que pensara en resistir, la sala principal no era grande para los estándares de algunos hombres era pequeña pero para él era perfecta. La mayoría de las casas Warsarian tenían bancos duros y sillas de madera, la comodidad nunca influyó en su decoración pero esta habitación tenía un sofá suave y sillas de grandes dimensiones, se imaginó hecho un ovillo en el sofá descansando junto a Seokmin con el brazo del Guerrero caído sobre él.
― El mobiliario vino de otro mundo ― dijo necesitando romper el silencio.
― Mi padre viajaba, este era su lugar y después de su muerte, nos los dejó a Chan y a mí.
Había tristeza en la voz de Seokmin, quería saber más sobre el tema pero no quería entrometerse. ― ¿Has elegido cualquiera de los muebles?.
No sólo era cómodo sino que también la luminosidad destacaba, los Warsarians decoraban con madera y colores oscuros pero esta habitación era tan brillante, con un sofá blanco y sillas, cortinas, y una alfombra beige, Seokmin sonrió y su corazón latió más rápido. ― ¿Estás interesado en el diseño?
¿Él estaba?
― En realidad no. ― esa era la verdad. ― Este lugar es diferente.
― Mi padre era diferente y no seguía las costumbres Warsarian.
― Mi padre nunca vaciló en seguir las reglas sociales de mi mundo en casa.― es por eso que no había sido nombrado, no era nadie y un nombre le habría hecho alguien. ― ¿Cómo murió tu padre? ― la expresión Seokmin estaba triste de nuevo. ― No tienes que decírmelo, mi padre recibió un disparo. ― lo más probablemente por su hermano pero dejó esas acusaciones sin decir.
― Mi padre era Capitán de la fuerza espacial, calculó mal un ataque y su nave fue destruida y todos a bordo murieron.
― Nunca he oído hablar de un Warsarian que cometiera un error. ― eran perfectos y tan diferentes de él, es por eso que su arrogancia le irritaba, caminaban alrededor con una confianza que él nunca tuvo, a veces se sentía tan pequeño que sólo podía atacar, era como un hombre gritándole a una persona sorda con la esperanza de que la persona le oyera, actuaba con bravuconería haciendo que lo miraran y no vieran al esclavo asustado.
― Los Warsarians cometen un montón de errores pero no viven a través de ellos. Mi padre se convirtió en una víctima de lo que hizo y su error se llevó a doscientos Guerreros con él.
Algo de esta historia le hacía daño a Seokmin, se aproximó, era su turno de ofrecer comodidad, tocó la cara del Guerrero y la mano de Seokmin se posó en la suya.
― Los errores suceden y no quiero que mueras a causa de uno ― dijo, se acababan de conocer pero no podía imaginar un mundo sin Seokmin, no tenía ningún sentido pero hay cosas que no pueden ser explicadas.
― No voy a morir tan fácilmente, tengo que protegerte, e incluso si estás pateando y gritando voy a estar cerca para arrastrarte del peligro.
Se inclinó un poco más cerca.
― Nadie nunca me ha protegido. ― la mayoría de la gente quería hacerle daño, lo más próximo que él llegó de un amigo era el Compañero del Rey. ― Seongkwan me protegió pero solo fue eso.
― Mira, hay alguien que quiere mantenerte a salvo y estoy pensando en ser tu protector, también. ― Seokmin lo estudió con una intensidad que lo dejó temblando. ― Ahora, me tienes como tu campeón.
Sus rodillas se sentían inestables, Seokmin lo llevó al sofá y lo posicionó de tal manera que estaba enrollado alrededor del Guerrero, tal delicadeza no le sorprendió tanto como sus propias acciones, él permitió esta posición íntima y en lugar de saltar hacia arriba, se inclinó para el calor de Seokmin. Estaba tan cansado de la gente atormentándolo, de despertar solo y ahora de hombres contratados para llevarlo a casa, lástima que él no sabía dónde estaba esa supuesta casa, tal vez su familia lo quería de vuelta, hacía algunos años habría sido más receptivo a ellos pero ellos ya no importaban. Seokmin frotó suavemente su espalda trayéndolo de vuelta al presente, parpadeó, pero él ya se había perdido en un mar verde.
― ¿Qué quieres de mí? Estoy demasiado cansado para luchar. ― estaba luchando desesperadamente para no molestar a Seokmin con la mano.
― No quiero nada de ti. Yo te quiero a ti.Cerró los ojos, todo el mundo quería algo.
― Entonces quieres sexo. ― respiró el perfume masculino y limpio del Guerrero.
― ¿Tener sexo conmigo es tan malo? ― preguntó Seokmin.
Movió la cabeza.
― No hago sexo casual, si eso es lo qué quieres de mí, entonces vas a estar muy decepcionado. ― nunca dejó que nadie lo tocara, algunos lo habían intentado pero él vivía en una banda que mató para protegerse mutuamente de los depredadores que vagaban por las calles buscando destruir la inocencia. ― Encontrarás que no soy un compañero de cama dotado. ― esa era la verdad, no quería decepcionar a Seokmin con su falta de experiencia y esperó el rechazo, la mano del Guerrero subió por su espalda y descansó sobre su cuello.
― Mírame ― Seokmin ordenó.
Alzó la vista, no quería escuchar las palabras, tal vez fuera apenas a echarlo fuera, eso era mejor que escuchar el rechazo del Guerrero, el calor llenaba los ojos verdes oscuros de Seokmin.
― Tú eres mío y nunca me decepcionarás.
― Todo el mundo piensa que soy decepcionante.
El Guerrero se inclinó y acarició su cuello con su nariz, ronroneó de placer.
― Yo no soy todo el mundo. ― la respiración del Guerrero hizo cosquillas en su piel, Seokmin se apartó y sus ojos se encontraron, se lamió los labios con expresión de hambre, los Warsarians se alimentaban de sangre pero él no estaba seguro de si eso era una mirada de "quiero beber tu sangre" o una de "yo voy a hacerte mío", y cuando Seokmin se acercó más él lo encontró a mitad del camino, sus labios se tocaron y el beso fue lento cuando ellos se probaron el uno al otro, la lengua del Capitán se frotó contra sus labios antes de presionar entre ellos, se abrió para el Guerrero que entró con facilidad.
La lengua experta de Seokmin tocó cada centímetro con tanta delicadeza que le sorprendió, esperaba duro y rápido, no dulce y suave, el Guerrero le acarició la espalda deteniéndose justo por encima de su culo, su piel cosquilleaba y se quemó de necesidad, presionó su pecho contra Seokmin y saboreó la sensación de acero duro contra él, quería aproximarse pero la ropa les separaba y era demasiado cobarde para eliminar esas capas y Seokmin no trató de descartar esa capa protectora, se estremeció. Poco a poco, se alejó rompiendo el beso, el Guerrero gimió con una leve protesta pero lo dejó ir y le sujetó la cara. ― Voy a cuidar de ti.
Asintió y por primera vez, creía en la promesa.
― Soy un esclavo ― le espetó, Seokmin necesitaba saber la verdad. ― Me escapé, es por eso que vivía en las calles. ― bajó la cabeza y confesó. ― No soy una persona fácil de gustar.
Los ojos del Guerrero nunca perdieron su luminosidad. ― Ya sé sobre tu pasado y eso no hace de ti menos mío. Y me gustas así.
― Legalmente, pertenezco a otro hombre.
― Perteneces al hombre que quiere poseerte.
Seokmin le empujó hacia arriba la manga derecha y expuso las marcas que decían al mundo que él era un esclavo, intentó tirar del brazo, pero el Guerrero no le dejó y con los dedos trazó los símbolos que nombraban al hombre que lo había comprado.
― No se puede quitar, la tinta es permanente.
― Si quieres que se vayan, voy a hacerlo. Las líneas pueden
transformarse en otra cosa.
Las marcas de esclavos nunca fueron removidas, el tinte negro era muy oscuro y la parte fina de piel que contiene las marcas era muy delicada para la cirugía.
― Esto no te marca como una víctima. ― Seokmin continuó frotando las marcas. ― Esto demuestra que sobreviviste.
Envolvió sus brazos alrededor del cuello de Seokmin y abrazó al Guerrero, su corazón se hizo más ligero con las palabras que quería oír y empezó a creer que podía ir más allá de la ira que lo tenía atacando al mundo. Y sólo tal vez, Seokmin sería una parte de eso.
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6_ SeokHao [G.E]
Fanfic- No quiero nada de ti, yo te quiero a ti. 🔸_ +18 🔸_ Contenido sexual explícito 🔸_ Capitulos largos 🔸_ Saga "Guerreros Espaciales"