Un amor adolescente [Milo j] (TERMINADA)

SOLA /7/

Había salido de casa por la mañana. Como ya era costumbre, estaba Milo esperando en la puerta de casa. Pero esta vez se veía un poco más desanimado que de costumbre.

— Buen día Cami, todo bien?, te veo algo desanimado — dije mientras le abrazaba por los hombros — sisi, estoy bien, solo algo cansado — dijo dándome una sonrisa falsa. No le creía nada que estaba cansado, pero no quise preguntar más para no incomodarlo.

Narra Cami

Estaba en la puerta de casa de Maia esperándola para ir a la escuela. Pero lo único que podía pensar era en Mateo y en ella tan juntos. Sabía que Mateo no era buena influencia para Mai. Es muy tóxico, muy posesivo y por su culpa Mai deja de hacer muchas cosas. Solo que Maia no se da cuenta, pero al verla a ella tan feliz con él... no quiero arruinarle la relación de amistad.

Después de estar esperando un rato, salió Mai. Tan linda y hermos- no, no puedo pensar en eso, somos amigos, y ya.

En un momento de estar hablando, centré mi mirada a su cuello. Una pequeña cadena colgaba de él. Era el collar que le regalo el estúpido de Mateo. No podía parar de recordar aquella escena, él y ella abrazándose y riendo juntos...

Narra Maia

Durante la clase noté como Milo me miraba constantemente. Me ponía nerviosa cada que me veía. Sentía que sus ojos miraban hasta mi alma.

Mateó no se presentó las primeras clases. Eso me dio la libertad de jugar básquet con los pibes y con Cami.

Estuve bastante concentrada en el juego, pero de vez en cuando notaba a Cami distraído mirando hacia las gradas, al verle decidí mirar hacía que prestaba tanta atención. Era ni más ni menos que Mati viendo como jugaba. Me puse un poco nerviosa y me comenzaron a sudar las manos, él nunca me había visto jugar.

Sentía que se había enojado conmigo, pero cuando acabó se acercó a mi sonriente y me abrazó.

— Estuviste increíble boluda, porque no me contaste que jugabas básquet? — pregunto sin soltar el abrazo — Gracias, que sé yo, no se me ocurrió decirte — dije mintiendo, hace un par de días le conté que a lo mejor me apuntaba a un club de básquet, ya que me encantaba jugar. Supongo que no me escuchó... o no le importaba lo que decía...

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Ya estaba saliendo de la escuela para ir hacia mi casa, pero comenzó a llover y había bastante viento. No traía ningún tipo de campera, y a causa del frío empecé a temblar.

Hasta que sentí como me acercaban un buzo. Miré confundida a Mati.

— boluda, ponételo, te vas a congelar si no — dijo Mateo acercándomela aún más — pero si me la das vos no tendrás — dije — no importa boluda, enserió, tomá.

Al final accedí al buzo y me lo puse, era unas cuantas tallas más grandes, pero eso no me importaba, me quedaba bastante bien.

—eu, te quería decir que te espero esta tarde a las 5:30 en la puerta de tu casa, ponte linda — dijo — per- — me dejó con la palabra en la boca y se fue. Qué mierda fue eso?, acaso es una cita?

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Ya eran las 5 y me comencé a preparar. Me bañé, me maquillé un poco y me vestí con unos cargo color beige, un top blanco y una campera tejana con unas zapatillas color blanco