O2

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(n/a: lo pongo en el principio, por motivos bn weyes, ayer perdieron las chivas y por lo tanto también perdieron ustedes, cancelé todas mis obras, pero al volver a publicarlas se quitó el guión largo y a mí no me gusta el guión corto. por eso, estoy actualice y actualice para ps ponerlo de nuevo. disculpen las molestias, pero no prometo que no vuelva a pasar. si chivas no corre a gago, ya se la saben.)

—¿Qué tal te va en la escuela de derecho?

Gala sonrió, rodeando con la punta de su dedo su vaso de whiskey. Sonrió.

—Excelente, de las mejores calificaciones, me estoy ganando varios contactos con mis profesores, ya tengo 3 ofertas de trabajar en otros despachos—esa sonrisa llena de confianza, esa postura erguida.

Karime sintió cómo su respiración se entrecortaba y mordió sus labios, tragando saliva de una forma casi seca. Su vista casi se ladeaba sólo para verla, sólo para verla sentada, tomando, sentada de esa forma característica y que sus labios volvieran a esa sonrisa segura, altanera.

Su madre había criado a una mujer, y qué mujer. Mordió su labio de nuevo, de forma discreta, pero un chasquido la hizo volver.

—Oye.... Karime — ella la vio fija, sonriendo, fingiendo que no se había comido con la mirada a la de 23 años. La vio.

—¿Qué pasó?

—Te estaba preguntando por tu trabajo..

—Ah sí, excelente 3 diseños y ya me han contratado, creo que hasta Barbara de Regil me quiso contratar pero la paga era proteína.

Cosa que hizo reír a más de 4 personas que escucharon, y Karime, sólo se fijó en cómo la castaña la veía desde el sillón, tomando de su whiskey. El sonido de los hielos golpear contra el vidrio, el líquido resonar. Karime se excusó que tenía que ir al baño, acomodando su camisa, y ahí se topó a la castaña.

Sonrió.

—Qué coincidencia, vine a tu baño, no quise molestar, Gali, estabas muy ocupada platicando con Isabel*—sonrió, asintiendo.

—Nunca molestas, Kari.

La mirada de la otra la hacía temblar como nadie.

De sólo imaginar que esas manos venosas sujetaban su cintura, cómo esos labios la besaban y dejaban el sabor agrio del alcohol, pero que llegaría a pasar dulce, que llegaría a arder luego y después, quemar.
Karime se vio en el espejo, viendo el sonrojo que su propio pensamiento le dejó, suspiró, y arregló su labial.

Tendría que hacer algo en contra de sus deseos de señora de la mediana edad.

Era la hija de su mejor amiga, era básicamente una depredadora.

Su propia moral se encontraba retorcida ante ella, tal como un gusano ante unos gramos de sal, gimiendo, retorciéndose, quejándose.
Su moral se estaba deshaciendo frente sus ojos, pero las avellanas que la vieron fija mientras salía del baño y que bajó por todo su cuerpo, la hacían pasar a segundo plano.

Karime fingía hablar con las últimas mujeres que quedaban en la reunión para irse unos minutos después, donde sólo quedaban a solas ellas dos, sólo ellas.

La pelinegra se acercó, sentándose, con el martini en una mano mientras la otra bebía whiskey. La vio reír.

—¿Ya acostumbraste a hacer martinis sólo para mí?—la otra asintió, acercándose a ella, relamiendo sus labios.

Dicen que el alcohol te da valor, que te anima a hacer cosas que normalmente no harías, pero básicamente Gala se sintió cobarde por haberse ocultado entre esa capa líquida que no tenía ningún peso, más que el que se medía en litros.
Tragó saliva, oliendo el perfume de la otra.

MOMMY'S BEST FRIEND + garimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora