Era 1968, un año que para muchos marcó el inicio de una era revolucionaria en más de un sentido. Para mí, sin embargo, fue el año en que papá trajo de Estados Unidos un disco que cambiaría mi vida: "Revolver" de Los Beatles. Recuerdo la emoción al v...
Era 1968, un año que para muchos marcó el inicio de una era revolucionaria en más de un sentido. Para mí, sin embargo, fue el año en que papá trajo de Estados Unidos un disco que cambiaría mi vida: "Revolver" de Los Beatles. Recuerdo la emoción al verlo por primera vez, el vinilo reluciente aún sin tocar, y cómo ese mismo día, lo pusimos en el Winco para escucharlo.
A partir de ese momento, nuestra casa se llenó de música. Las fiestas se hacían con un long play de Los Beatles, y las noches se convertían en charlas interminables acompañadas por las melodías que salían del tocadiscos. Era un tiempo en el que la música unía, en el que cada nota era un lazo que nos conectaba más allá de las palabras.
No solo los Beatles llenaron nuestra vida, también otros grandes como Los Rolling Stones, quienes, al igual que los Fab 4, lograron traspasar generaciones. Hoy, al mirar atrás, me doy cuenta de que esas melodías no solo fueron la banda sonora de mi juventud, sino que siguen siendo parte de mi vida, un recordatorio de tiempos pasados que aún vibran en el presente.
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