El sol comenzaba a ocultarse tras el horizonte, cubriendo el cielo con tonos de rosa y naranja que se filtraban por las ventanas de la casa que James y Regulus habían convertido en su hogar. A pesar de la guerra que azotaba el mundo exterior, dentro de esas paredes se sentía una paz que ambos se habían esforzado en mantener. James estaba en la cocina, sirviendo dos tazas de té, cuando sintió un par de brazos delgados rodear su cintura.
"Siempre tan puntual con el té, Potter," murmuró Regulus, recostando la cabeza en el hombro de James.
James sonrió, sintiendo el calor del cuerpo de Regulus contra el suyo. "Sabes que no puedo resistirme a nuestra pequeña tradición, ¿verdad?" Se giró para besar suavemente la frente de Regulus, pero su mirada se desvió hacia el vientre redondeado de su pareja, un recordatorio de la vida que estaban creando juntos. "¿Cómo te sientes hoy?"
Regulus le devolvió la sonrisa, aunque un rastro de preocupación nublaba sus ojos grises. "Mejor que ayer. Aunque no puedo dejar de pensar en lo que pasará cuando… cuando llegue el momento."
James dejó las tazas sobre la mesa y tomó el rostro de Regulus entre sus manos. "Todo va a estar bien, Reg. Lo prometo. Haré lo que sea necesario para protegerte a ti y a nuestro bebé."
El aire en la habitación se tornó más pesado con sus palabras, y Regulus apartó la mirada, incapaz de ocultar su inquietud. "James, sé que harías cualquier cosa por nosotros, pero no puedo evitar pensar en lo que Voldemort haría si se entera de que estoy embarazado. O peor, si descubre que tú eres el padre."
James suspiró, sintiendo el peso de la guerra y sus responsabilidades aplastándolo por dentro. Habían discutido este tema en varias ocasiones, pero las circunstancias ahora eran diferentes. Con un hijo en camino, las decisiones que tomaran no solo afectaban a sus propias vidas, sino a la de esa pequeña alma inocente que crecería en un mundo marcado por el conflicto.
"Es precisamente por eso que he estado pensando en lo mejor para ti y para el bebé," dijo James, su voz más seria de lo habitual.
Regulus frunció el ceño. "¿Qué quieres decir?"
James tragó saliva, sabiendo que lo que iba a decir podría romper la frágil burbuja de paz que habían construido. "He decidido que necesito alejarme por un tiempo."
Regulus dio un paso atrás, como si las palabras de James lo hubieran golpeado físicamente. "¿Qué estás diciendo? ¿Vas a dejarnos?"
"No es eso, Regulus." James estiró una mano para agarrar la de Regulus, pero él retrocedió, temblando. "Voldemort me está buscando, y cuanto más cerca esté de ti, más peligro corro de llevarlo hasta aquí. Si me alejo, no tendrá manera de encontrarte a ti ni a nuestro bebé. Es lo único que puedo hacer para asegurarnos de que estén a salvo."
Regulus sintió cómo el miedo y la desesperación se apoderaban de él, pero intentó mantener la compostura. "James, no puedo hacerlo solo. No puedo criar a nuestro hijo sin ti."
"Y no tendrás que hacerlo," respondió James con firmeza. "No estarás solo. Sirius y Remus estarán aquí para apoyarte. Y Evan y Barty también. No puedo quedarme, pero te prometo que siempre estaré velando por ti, aunque no lo veas."
Regulus sintió cómo sus ojos se llenaban de lágrimas. Por más que entendiera las razones de James, la idea de quedarse sin él, especialmente ahora, le resultaba insoportable. "No quiero que te vayas," susurró, pero su voz se quebró al final.
James se acercó a Regulus y lo abrazó con fuerza, sintiendo el temblor del cuerpo de su pareja contra el suyo. "Tampoco quiero irme," susurró en su oído, acariciando su cabello. "Pero lo hago porque te amo. Porque no puedo imaginar mi vida sin ti y sin nuestro hijo. Por eso, necesito asegurarme de que estés a salvo."
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Pa donde se fue
Fanfictionregulus queda embarazado en medio de la guerra James decide irse para no poder en riesgo a regulus, nacen dos niños Harry James Potter black y Venus Potter black ambos al no tener una figura paterna la buscan en sus padrinos 15 años pasan y James vu...